La derecha endurece la pugna interna y le da aire al PSOE

Los partidos batallan por el voto rural, decisivo el 28-A y que pone en dificultades a Rivera

Dani Sánchez Ugart
4 min
01. Manifestació per l’“Espanya buidada”, ahir, a Madrid. 02. Albert Rivera dalt d’un tractor. 03. Rivera a la manifestació.

MadridLa derecha española llegará a las elecciones del 28 de abril partida en tres, cediendo espacios al que apunta a convertirse en principal partido del Congreso, el PSOE, y con serias dificultades para construir una alternativa de gobierno, por mucho que se sumen esfuerzos tras las elecciones, buscando coaliciones que podrían demostrarse insuficientes, según apuntan las encuestas. El cierre de las listas electorales sin los acuerdos preelectorales que había implorado Pablo Casado dio fuerza a esta idea la semana pasada, y el PP, Cs y Vox han empezado a asumir que Pedro Sánchez se acerca a una posición de dominio incontestable, que tendrán muy difícil de desafiar -aunque las dudas sobre las posibles sumas de gobierno posteriores siguen siendo muy elevadas.

Por ello, tanto Pablo Casado como Albert Rivera y Santiago Abascal, llamados a convertirse en socios de gobierno si lo permiten los números, han centrado más esfuerzos en la batalla interna de la derecha, que dirime quién aspira a liderar la alternativa a Sánchez más que a darle la pelea al presidente español. Los mensajes de los tres partidos han ido más dirigidos a buscar el primer lugar del bloque que a ganarle terreno al actual inquilino de la Moncloa, y esto ha dado alas a un Sánchez decidido a arriesgar lo menos posible en campaña.

Fuentes del PP reconocen que, a estas alturas, la suma de las tres derechas parece quimérica, y eso les ha llevado a centrarse en mostrar una posición de dominio de la derecha, como se puso de relieve con el ofrecimiento envenenado a Rivera de la cartera de Exteriores que hizo Casado la semana pasada. También en esta batalla se enmarca el endurecimiento del discurso del líder del PP contra Vox, e incluso el enganche entre Aznar y Abascal, esta semana.

La pugna se volvió a poner de manifiesto ayer, cuando ganó peso una de las principales batallas de la derecha: la del voto rural. Las provincias pequeñas serán decisivas en estos comicios, marcados por la fragmentación. La mayoría de las 26 circunscripciones que reparten seis o menos escaños se corresponden en gran parte con estos entornos y la fragmentación del panorama político hace decisivo para cada uno de los tres partidos en lucha asegurarse un buen resultado en estos territorios, si no quieren quedar condenados a la irrelevancia por efecto de la ley D'Hondt.

Por eso, los partidos de la derecha han recuperado debates fuertemente vinculados al mundo rural, como los toros, la caza y la despoblación, que han tenido impacto desde la elaboración de las listas electorales -llenas de toreros en el caso del PP y Vox - y de las propuestas. El líder del PP, Pablo Casado, quien hace cuatro días que recorre Castilla y León, puso ayer el colofón a este discurso en un mitin en León, muy centrado en la necesidad de cuidar la España rural, y en el que cargó casi en exclusiva contra Rivera, aparcando por un día su duro discurso contra Sánchez.

En paralelo, en Madrid se hacía una manifestación reivindicativa de la "España vaciada", a la que asistió su rival de la derecha Albert Rivera, quien es, de los tres líderes, el que tiene más problemas para conectar con el mundo rural porque Ciudadanos nació como propuesta muy centrada en las ciudades, como demuestra el mismo nombre del partido.

Desde Madrid, Rivera propuso la creación de un pacto de estado contra la despoblación. Pero el líder del partido naranja está teniendo problemas para construir una campaña coherente. Las apuestas de un partido que quería conectar con las clases medias eminentemente urbanas habían llevado a Ciudadanos a abanderar debates con poco predicamento en estos entornos rurales, como la necesidad de reducir la administración pública, o asuntos como la gestación subrogada. Además, el auge de Vox, que conecta bien con el mundo rural, los hacen correr el riesgo de caer en la irrelevancia en estos territorios. Por ello, en las últimas semanas, el líder naranja ha improvisado un nuevo discurso que lo ha llevado a prometer rebajas fiscales en zonas rurales y ofrecer imágenes que han servido de munición a los otros partidos, como cuando se subió encima de un tractor en Guadalajara.

Casado aprovechó la aparente contradicción de su rival y hurgó en que Rivera defendiera poner fin a las diputaciones o disminuir el número de municipios y ahora se quiera reivindicar como abanderado del mundo rural. Según Casado, el PP es un partido "de pueblo", comprometido con los valores de la España interior y despoblada. De hecho, presumió de sus orígenes familiares, situados en un pueblo leonés, para reivindicarse como conocedor de la realidad rural, y se colocó en la solapa un pin que decía "Soy de pueblo". Y comentó la imagen de Rivera y el tractor: "Ha descubierto que es algo con dos ruedas grandes detrás y dos pequeñas delante".

Manifestación masiva

Pero la batalla rural no es sólo de la derecha. La manifestación que recorrió ayer Madrid para exigir atención a la España despoblada contó con la participación de 50.000 personas, según la Delegación del Gobierno -100.000, según los organizadores-. Asistieron políticos de todos los partidos, encabezados por Rivera, pero también hasta cinco ministros de Pedro Sánchez, Pablo Echenique de Podemos y Vicente Tirado, además del torero Miguel Abellán, del PP. El mismo Sánchez también hizo referencia, desde Tarragona, cuando dijo que la "mal llamada España vacía" necesita "oportunidades" como las que, según él, ofrece su ejecutivo.

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