Crónica

PP y Vox acorralan a Sánchez con la crisis de los precios

El presidente español defiende que la factura de la luz bajará entre un 15% y un 20% con el tope del gas

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Pedro Sánchez subiendo a la tribuna del Congreso .

MadridEn el hemiciclo del Congreso todavía resonaba la diatriba del líder de Vox, Santiago Abascal, contra las políticas verdes impulsadas por la Unión Europea en los últimos años, a las cuales ha culpado de la crisis actual de los precios, cuando ha subido a la tribuna el portavoz del grupo de Unidas Podemos, Pablo Echenique, y ha planteado la pregunta que sobrevolaba la cámara: "¿Cómo se frena a la extrema derecha?" Y es que la suma de las intervenciones de este miércoles de la portavoz del PP, Cuca Gamarra, y la de Abascal, había dejado en el ambiente la sensación de que la derecha ha puesto un pie sobre el cuello del presidente español, Pedro Sánchez, que no ha conseguido desde el inicio de la guerra frenar la subida de los precios de la energía y los carburantes. La inflación, y todo el que comporta en cuanto a salarios y pérdida de poder adquisitivo, es hoy una losa que está asfixiando al gobierno español y al conjunto de la izquierda e insuflando aire en las velas del PP y Vox, que acarician una amplia mayoría en Andalucía el 19 de junio.

La sesión ha arrancado con una anodina intervención de Sánchez sobre el contenido del consejo europeo de los días 30 y 31 de mayo, en la que ha subrayado su compromiso con la OTAN y el aumento de la inversión en Defensa, y también con la repetición de los argumentos ya sabidos a favor del cambio de posición respecto al Sáhara Occidental, que básicamente se reducen al hecho de que ha sido un peaje para normalizar las relaciones en todos los ámbitos con un socio estratégico como es Marruecos. Pero, claro, Sánchez no tiene el apoyo de la mayoría que lo trajo a la Moncloa ni para una cosa ni para la otra. Y aquí la derecha, obviamente, ha mojado pan.

Entremedias, Sánchez ha aprovechado para pedir el apoyo, por "sentido de estado", tanto a la prórroga de las medidas anticrisis como al decreto sobre el tope del precio del gas que se tiene que votar este jueves. Y ha avanzado un nuevo cálculo sobre cuál será el impacto de la medida cuando finalmente la Comisión Europea le dé luz verde, cosa que todavía no ha hecho: una rebaja de entre el 15% y 20% de la factura de la luz. El retraso en la medida, que está castigando severamente a las economías familiares, es otro de los motivos que explica el momento crítico por el cual pasa el ejecutivo estatal.

La portavoz popular, Cuca Gamarra, ha ironizado sobre la demanda de Sánchez con argumentos también ya muy gastados: "Difícilmente puede creer en el sentido de estado quién ha puesto en el puente de mando a todos los enemigos de la nación", ha dicho. Y a continuación ha puesto el dedo en la llaga de la división en La Moncloa: "Usted se ha comprometido con Bruselas con cuestiones que no tienen el consenso del consejo de ministros". Gamarra ha extendido la mano del PP para cuestiones de seguridad, como por ejemplo el apoyo a la OTAN y el incremento de la industria militar, pero no en la cuestión del Sáhara, donde ha recordado al líder socialista que está "solo" en la cámara.

La euforia que ha provocado la intervención de Gamarra en la bancada popular se debe de haber transformado en preocupación después de escuchar la intervención de los que están llamados a ser sus socios si quieren volver a la Moncloa: Vox. Abascal ha hecho un discurso de carácter euroescéptico. Y su objetivo ya no ha sido solo el gobierno español, sino incluso los verdes alemanes ("financiados por Putin") o los "burócratas sin rostro" de Bruselas. ¿Cómo podrá el PP gobernar con Vox? Esta es una pregunta que no ha hecho nadie pero que también ha flotado en el ambiente.

Y es que la izquierda parece ya prepararse para el peor. No solo por la pregunta de Echenique, sino por el tono de todos sus portavoces. Desde Gabriel Rufián (ERC) hasta Íñigo Errejón (Más País), pasando por Joan Baldoví, de Compromís. El representante valenciano también ha planteado una pregunta a Sánchez, con correlato bíblico incorporado, interesante: "¿A qué vino su gobierno?" La sensación de que ahora mismo en España los conservadores están cogiendo fuerza es muy patente. "No es el miedo a la extrema derecha, es el miedo a no llegar a final de mes", ha proclamado, solemne, Errejón. Y es una obviedad que, con todos los PERTE y fondos europeos que se reparten cada semana después del consejo de ministros, los recursos no están llegando a los bolsillos de los ciudadanos. Y esto afecta especialmente a la base social progresista.

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