PSC y ERC aplazan la incorporación de los republicanos al gobierno Collboni
Tras el fracaso del congreso del 13 de junio, Esquerra reactivará el debate en función de las negociaciones por la investidura de Salvador Illa
BarcelonaPSC y ERC anunciaron un pacto para que los republicanos entraran en el gobierno de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona justo después de las elecciones europeas, un acuerdo que ya estaba cerrado desde hacía semanas, pero que los dos partidos, especialmente los republicanos, esperaban para presentar en el momento oportuno. Nada salió como estaba previsto, porque el congreso que la federación de Barcelona convocó para el 13 de junio se acabó aplazando porque la militancia desbordó las previsiones de aforo. Al día siguiente, la presidenta del partido en Barcelona, Eva Baró, intentaba enderezar las diferencias con la dirección nacional y se abría a acompasar la decisión de Barcelona con las negociaciones para investir a Salvador Illa. Estas conversaciones siguen en marcha y, según diversas fuentes consultadas, la federación barcelonesa no tiene previsto reactivar esta cuestión hasta que se haya despejado el camino de la legislatura catalana. Desde el PSC, además, no presionarán a los republicanos y, por tanto, la incorporación de Esquerra al gobierno barcelonés se pospondrá una vez más.
Los socialistas han decidido no hacer sangre de la situación delicada que atraviesan los republicanos, por la división que hay sobre si deben entrar a gobernar con Collboni y también por la pugna entre Oriol Junqueras y los roviristas por liderar el partido , aunque fuentes del partido admiten que los diversos frentes abiertos que tiene Esquerra impactan en cómo se desarrollan las negociaciones. Y todo, además, se ha visto agravado por el caso de los carteles destapado por el ARA. Para evitar poner más presión a quien podría ser su próximo socio en el gobierno en Barcelona, el PSC no pedirá a los republicanos que aceleren su decisión sobre Barcelona, sino que fuentes socialistas municipales afirman que "respetan los procesos internos de los partidos". El pacto se ha ido retrasando en varias ocasiones, primero por las negociaciones de los presupuestos de la Generalitat y después por el adelanto electoral y los comicios europeos. En el caso de los socialistas, se pilotaron desde la federación de Barcelona y fuentes de la dirección del PSC recalcan que siguen siendo los socialistas barceloneses quienes tienen el control sobre las conversaciones.
Además, en los últimos días ha habido un giro de discurso en una de las figuras de peso que veían con reticencias el pacto de Barcelona. Se trata de la secretaria general de ERC, Marta Rovira. En la asamblea que la federación de Barcelona celebró el lunes, en la que participó la dirigente republicana –en el marco de las asambleas que ya ha ido haciendo por todo el territorio para poner el termómetro a la militancia sobre las negociaciones de la investidura– , aseguró que veía "interesante" y un "buen preacuerdo" lo que los republicanos habían firmado con el PSC. Ahora bien, también dijo que todo ello debía realizarse en coordinación con la dirección nacional. Es decir, que el pacto no se someta a votación antes de que culminen las negociaciones para investir a Salvador Illa.
Al día siguiente del congreso fallido –los partidarios del pacto acusaron a los contrarios de haber boicoteado el congreso–, Rovira apostó por hacer el congreso en los siguientes días porque "la afluencia de militantes" había demostrado que las bases querían decir la suya: "este congreso debe hacerse", dijo en una entrevista en SER Catalunya. Ahora bien, este lunes, en rueda de prensa, la secretaria general evitó repetir estas palabras y se limitó a decir que la decisión sobre convocar el congreso debía tomarse "muy coordinadamente" entre la dirección nacional y la federación de Barcelona .
Los partidarios y detractores del pacto
El debate sobre si ERC debe entrar en el gobierno municipal de Barcelona se arrastra desde hace meses al partido y tiene partidarios y detractores. Los más contrarios al acuerdo estaban en el Palau de la Generalitat, mientras que Oriol Junqueras había dado su visto bueno. Sin embargo, los bandos no eran graníticos. La dirección del partido en Barcelona, y la mayoría de concejales del consistorio, era generalmente partidaria de entrar en el gobierno de Jaume Collboni, pero también había voces que se oponían. Ahora, un mes después de ese 13 de junio, hay miembros de la formación que defienden posponer el debate, aunque aseguró que la decisión de entrar a gobernar con el PSC en Barcelona es independiente de la que se tome por la investidura de Salvador Isla. Ahora bien, también hay otros que admiten que un no en Salvador Illa, por ejemplo, llevaría a Catalunya a unas nuevas elecciones y dejaría el pacto con Collboni en el aire.