Sánchez agudiza su fragilidad en el Congreso

El líder del PSOE y Yolanda Díaz exhiben unidad al día siguiente de la ruptura por la ley del audiovisual

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El presidente español, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en un acto a la Moncloa.

MadridPedro Sánchez y Yolanda Díaz han querido escenificar este viernes que la coalición funciona y que aguantará hasta el final de la legislatura, el día siguiente de una ruptura importante entre el PSOE y Unidas Podemos en el Congreso: por primera vez, la formación lila votó diferente del partido socialista un proyecto del Gobierno, la ley del audiovisual, impulsada por la vicepresidenta Nadia Calviño, una de las ministras con la que Unidas Podemos tiene más problemas de digestión. A raíz de la votación de este jueves, sin embargo, Calviño y Díaz ya tienen en común haber aprobado leyes de su ministerio gracias al PP –la reforma laboral, por el error del diputado Alberto Casero, y ahora la del audiovisual–, prueba de la fragilidad creciente que el ejecutivo de Sánchez sufre en la cámara baja.

La relación con los socios de investidura y de presupuestos pasa por uno de los momentos más difíciles de la legislatura, cuando falta un año y medio para que se agote el mandato. En ERC no esconden que la jornada de este jueves “complica” las confianzas que hasta ahora habían mantenido con los socialistas: las explicaciones de Sánchez sobre Pegasus, lejos de desvanecer dudas, fueron una justificación política del espionaje al independentismo. “En 2019 había sabotajes diarios”, esgrimía el presidente español, que evitó explicar, fruto de una pregunta, qué vinculación tenía el ahora president de la Generalitat, Pere Aragonès, que también fue espiado, con las protestas postsentencia. El líder del PSOE mantiene que desconocía quiénes eran las personas perseguidas porque el CNI decide autónomamente sus operativos, y así puede justificar el cese de la exdirectora del organismo, Paz Esteban, aunque lo vincule al espionaje externo a miembros del Gobierno español.

A esta situación se suma que la ruptura del pacto por el audiovisual por parte del PSOE dejaba a los republicanos fuera de la ecuación, con el inconveniente de que fue la moneda de cambio de su apoyo a las cuentas de 2022. Fuentes de ERC lamentan ahora el maximalismo con la ley del audiovisual a finales de 2021. Una beligerancia que, aseguran, ordenó la dirección del partido. Primero, los 13 diputados de Madrid ya tuvieron que aceptar una solución “realista” sobre las cuotas de producción en lenguas cooficiales diferentes del castellano, que pasaba por excluir las plataformas con sede fuera de España. Y más allá del catalán, los republicanos subrayaban que había muchos puestos de trabajo en juego: la enmienda del PSOE que perjudica a los productores independientes ha hecho inviable que ERC apoyara. Desde Unidas Podemos consideran, incluso, que hablar de “deslealtad” de los socialistas con sus socios por estos cambios de última hora es quedarse corto. 

Reavivar la mesa de diálogo -previa encuentro de Sánchez y Aragonés para abordar el Catalangate- se presenta como la única manera para que la formación independentista pueda reconducir la situación con el PSOE. El presidente español se ha comprometido a convocarla, si bien la necesidad de salir con algunos tipos de acuerdo dificulta que no sea más que una fotografía. Y ERC no quiere más fotos. Igualmente complicados se divisan pactos para normativas importantes en tramitación como la reforma de la ley mordaza, la de memoria histórica y la de vivienda. “Iremos ley por ley y pondremos los umbrales muy altos”, avisan desde el grupo parlamentario. En este sentido, ERC juega la carta de que con la derecha difícilmente se aprobarán, de forma que el PSOE tendrá que ceder a algunas peticiones que planteen los aliados de la investidura.

Los pactos con el PP

A pesar de la confrontación permanente, ya se ha demostrado que el PP ha sacado las castañas del fuego al Gobierno español en más de una ocasión, ya sea por la torpeza de algún diputado o por las presiones de grandes corporaciones como Mediaset y Atresmedia. Este viernes ministros del PSOE ya han lanzado mensajes favorables a entenderse con los conservadores para reformar la ley de secretos oficiales y la que regula el control judicial del CNI, dado que afecta cuestiones de estado. Una de las respuestas al Catalangate, ¿pactada con el PP? Habrá que ver si se aviene Alberto Núñez Feijóo, que aprovecha la división a la coalición para retirar la mano al PSOE. “Nos piden apoyo, pero lo pactan todo con los independentistas. ¿De verdad tenemos que participar en este teatro? Conmigo que no cuenten”, ha afirmado este viernes en una intervención abierta ante los grupos parlamentarios del PP en el Congreso, en el Senado y en el Parlamento Europeo. Feijóo ha asegurado que, después de los ataques de Sánchez por la corrupción de anteriores épocas del PP, el líder socialista ya empieza a “hacer oposición a un gobierno del PP”.

Con las encuestas en contra y los aires de optimismo de Feijóo, la Moncloa ha querido exhibir músculo en la presentación de un PERTE sobre economía social dotado con 800 millones de euros. Ha hablado “de orgullo de equipazo”, en sintonía con todos los ministros del PSOE que han negado que la coalición esté en riesgo. En Unidas Podemos preocupa que sí que lo estén los apoyos parlamentarios y fuentes lilas lamentan la inercia de los socialistas a buscar la geometría variable. Y esto que, en privado, fuentes del PSOE admiten que no hay alternativa al bloque de la investidura.  

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