Vox resiste el efecto Ayuso y vuelve a tener la llave del gobierno

BarcelonaA las puertas de la campaña electoral, todas las encuestas vaticinaban una ligera bajada de Vox y algunas, como la del CIS, incluso la situaban al umbral del 5% de los votos necesarios para obtener representación. Con miedo de la gran popularidad de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, la dirección del partido de extrema derecha decidió poner toda la carne en el asador mientras anunciaba que las encuestas propias les daban entre 17 y 18 escaños para subir la moral entre sus votantes. Los ultras, con Rocío Monasterio al frente, se quedaron ayer lejos de esta optimista predicción, pero no sucumbieron al efecto Ayuso, ganaron un diputado y vuelven a tener la llave de la gobernabilidad, porque la candidata popular se quedó a cuatro escaños de la mayoría absoluta.

En la rueda de prensa de valoración de los resultados, Monasterio ya avanzó que facilitarán la investidura de Ayuso y que esperan tener un rol “decisivo” en los próximos dos años. Con una campaña agresiva, marcada por el polémico mitin en Vallecas, el cartel xenófobo contra los menores no acompañados y su negativa a condenar las amenazas de muerte a dirigentes de izquierdas como Pablo Iglesias, Vox ha revertido la tendencia inicial de los sondeos y ha movilizado a su fiel electorado. Resultado: obtiene 40.000 votos más y pasa del 8,8% al 9,1% de apoyo. “Vox ha resistido, ha crecido y será decisivo los próximos dos años”, enfatizó ayer el líder del partido, Santiago Abascal, antes de sentenciar: “Madrid ha derrotado al frente popular”. Espoleado por los resultados de la derecha, que atribuyó a un “cambio de ciclo político”, Abascal reclamó elecciones anticipadas en el Estado y avisó de que su formación saldrá “a por todas” para ser la primera fuerza.