Vox rompe con sus juventudes entre acusaciones de corrupción

La formación de extrema derecha se desmarca de Revuelta después de enfrentarse a ella legalmente

Manifestantes con una pancarta de la organización Revuelta.
10/12/2025
4 min

BarcelonaGuerra abierta en la extrema derecha española con acusaciones de corrupción que han provocado la ruptura entre Revuelta, juventud muy cercana a Vox, y el partido de Santiago Abascal. Revuelta es una entidad que nació en el contexto de las negociaciones por la investidura de Pedro Sánchez, contra el supuesto "golpe de estado" del presidente español por la amnistía, pero que se asomó con fuerza por la dana al País Valenciano. Y es precisamente su acción en las jornadas posteriores a la gota fría del año pasado la que ha enfrentado a ambas organizaciones.

Desde el inicio, Revuelta emergió con el corpus ideológico de Vox y la implicación de cuadros, militantes y trabajadores del partido de extrema derecha, también de la sede de la calle Bambú de Madrid, y con la ayuda directa del jefe de la delegación europea, Jorge Buxadé, según ha contrastado el ARA con fuentes. Ahora bien, hace tres meses que las sospechas de malversación de fondos provenientes de donaciones por la dana propiciaron lo consumido esta semana: el estropicio total de Vox con Revuelta, que niega la corrupción y habla de un intento de Vox de "apropiarse" de la organización. ¿Qué ha pasado y cómo se ha roto el juguete de Buxadé y Vox?

El partido de extrema derecha ha presentado una denuncia contra Revuelta por desviación de fondos que implicarían "cientos de miles de euros" provenientes de ayudas por la dana que habrían ido a parar a dirigentes de la organización oa acciones distintas a las que prometían. La Autoridad Independiente de Protección del Informante ha recibido el texto de los de Abascal, avanzado por Ok Diario y confirmado por el ARA.

Hay una retahíla de personas vinculadas al partido que han levantado la voz con acusaciones de corrupción, como el exportavoz de la entidad Elsa Almeda –vinculada a Vox– o Pau Ruiz –trabajador de Vox en el Parlament y conocido en las redes sociales como Españabola–, además de otras como Arturo Villarroya, asesor de Buxadé en la Eurocámara y miembro de la junta de Revuelta. El Plural ha publicado unos audios en la que Villarroya comenta que tras las sospechas de corrupción, Buxadé quiere "liquidar" a Revuelta porque "muerta la luciérnaga, muerto el veneno" y que sería él quien actúa, también, como correa del alto dirigente del partido. La liquidación era una condición para evitar la denuncia, que ha terminado llegando.

Según apuntan fuentes de Vox conocedoras de la situación, se encendieron las alarmas cuando supieron que Revuelta no era ni una entidad jurídica, sino tan sólo una marca, y que todo se gestionaba a través de Asoma —una asociación que teóricamente ayuda a las personas mayores— y no aportaba los movimientos bancarios ni el detalle de lo que se hizo con las mujeres. Los señalados son Jaime Hernández, líder de Revuelta, conocido por haber trabajado en Vox, al igual que Pablo González Gasca, también asiduo en la sede estatal del partido. Dos miembros de la dirección de Revuelta, Villarroya y Javier Esteban —con el impulso de Buxadé—, han presentado una denuncia de que el ministerio fiscal ya estudia con el argumento de que en octubre pidieron información sobre la gestión económica y el destino de los fondos de la dana y que no recibieron respuesta alguna. De hecho, la portavoz en el Congreso, Pepa Millán, desvinculó al partido de Revuelta, porque "no forma parte" de Vox, siguiendo la estrategia de recalcar que no hay ningún vínculo "orgánico".

Cuando la entidad se niega a pasar las cuentas, llega la ofensiva contra la cúpula de Hernández, a la que llaman el Pelos desde Vox. Sospechan que existen donaciones que, en lugar de llegar a las víctimas de la dana, se han destinado a actos promocionales o "viajes" al extranjero. El parecer de Revuelta es muy distinto y sitúa a la guerra suscitada en "la negativa a entregar documentación confidencial para que sea utilizada por estructuras partidistas". Exdirigentes de Vox como Iván Espinosa de los Monteros o el ex líder castellano-leonés Juan García Gallardo también se han enganchado a la polémica.

Y, por si podía parecer poco, ha emergido el apoyo a la cúpula de Revuelta de dirigentes vinculados a la secta religiosa ultraconservadora El Yunque, como Javier Villamor o Marcial Cuquerella.

El factor Buxadé

Las protestas en la sede del PSOE en la calle Ferraz eran sólo un eslabón de la cadena de agitación, que a menudo terminaba en altercados, pero todo empezó con la calidez de los que ahora son denunciantes: "Unos eran del partido y otros no, pero había trabajadores de Vox, de comunicación y juventud vinculada al partido", sostienen fuentes de la formación consultadas por este diario. Ahora bien, en los últimos tres meses se movieron cosas y Buxadé, que estaba "muy implicado" con "muchas colaboraciones" con Revuelta, "ha cogido las riendas" de la situación, según las fuentes. Recuerdan que el eurodiputado tiene un bagaje importante como abogado del Estado y que llevó las cuentas de la Fundación Joan Boscà, instrumental para Societat Civil Catalana, y que "les prestó ayuda".

Buxadé ha dado mucho protagonismo a entidades como Revuelta, además de otros "satélites" como Reconquista, Estudiantes por el Cambio o el sindicato Solidaridad, en plena estrategia de ganar músculo en la calle, entre los jóvenes y los obreros. Pero más allá de que el sindicato es una obra directa del partido, hay toda una retahíla de asociaciones con el espíritu de Vox que fuentes de la formación reconocen que "como todos los partidos, Vox también quiere controlarlas", pero que cuando no hay transparencia y hay sospechas graves de corrupción, era necesaria la ruptura.

Piulada de Abascal apoyando a Revuelta hace un año
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