Selectividad 2025

Selectividad 2025: El modelo único por todo el Estado tendrá más ejercicios de redacción y no permitirá descartar temario

El decreto aprobado este martes establece que el 10% de la nota dependerá de la ortografía y la coherencia

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Los correctores, poco partidarios del cambio

BarcelonaAhora sí que, tras casi tres años de toma y daca, de infinidad de borradores y convocatorias electorales que detenían el proceso, este martes el consejo de ministros ha aprobado el decreto para regular la nueva selectividad. Unas nuevas pruebas de acceso a la universidad que se aplicarán en junio del próximo año (2025) y que, por tanto, harán los estudiantes que este curso han hecho primero de bachillerato.

La norma, que según la ministra de Educación Pilar Alegría, configura "el modelo de selectividad más debatido de la historia" se ha trabajado conjuntamente en más de 200 reuniones entre comunidades autónomas, docentes y universidades. El decreto pretende establecer una estructura, unas características básicas y unos criterios de corrección comunes por todo el Estado para armonizar la prueba y hacer que se adapte a la nueva ley de educación española (Lomloe), que define un currículum de bachillerato más competencial. De hecho, según Alegría, será "la primera vez" que se establecen criterios "comunes y homogéneos por todos los territorios".

A pesar de la novedad del decreto, las características de la nueva selectividad que se aplicará en toda España son bastante similares a las de las pruebas que hasta ahora se han hecho en Cataluña y aleja las primeras ideas que imaginaban una selectividad con una prueba de madurez que suponía el 75% de la nota.

Un único modelo de examen con un 70% de respuestas escritas

En la nueva selectividad desaparecerá la opción de elegir entre distintos modelos de examen. Habrá un único modelo de cada materia y dentro de éste se "podrá incluir la posibilidad de escoger entre varias preguntas o tareas". Ahora bien, la norma deja claro que esta posibilidad de elegir preguntas en ningún caso "implicará poder estudiar menos temario", algo que sí ocurría actualmente con exámenes como los de filosofía, historia o historia del arte, en la que los alumnos calculaban que una parte de los autores o de determinadas épocas podían no estudiarlas porque al escoger examen podrían evitarlos.semiconstruidas" y otras respuestas abiertas. En este sentido, una de las novedades es que la norma establece que al menos un 70% de los puntos del examen tendrán que corresponder a respuestas abiertas o "semiconstruidas", lo que hace pensar que habrá más ejercicios de redacción y menos preguntas tipo test.

El decreto aprobado este martes también marca que las preguntas de las PAU se tendrán que contextualizar "preferentemente" en entornos cercanos a la vida de el alumnado". Un criterio que sí se dio en la selectividad catalana del pasado año, donde se hicieron preguntas, por ejemplo, sobre series de Netflixpero que este año había estado algo menos presente, con pocos ejercicios de la fase común que estuvieran relacionados con la realidad de los jóvenes que hacen el examen.

Además, la nueva norma también estipula que en la selectividad los alumnos podrán utilizar "documentos o herramientas auxiliares como diccionarios, calculadoras, formularios o tablas”. En este sentido, serán las comisiones organizadoras de cada comunidad las que dictarán en qué exámenes se puede utilizar o no cada material.

Criterios de corrección comunes y un 10% de ortografía.

El texto que define cómo será la selectividad a partir de ahora fija claramente que deberá haber "unos criterios de corrección mínimos comunes para todo el territorio". En este sentido, tal como ya se avanzó hace unos meses, en todos los ejercicios los criterios de corrección incluirán "parámetros que permitan valorar", por un lado, la adecuación a lo que pide el enunciado y, por otro, la coherencia, la cohesión, y la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos. Es en esa segunda parte donde el decreto dice que la valoración de estos criterios "no podrá ser inferior al 10% de la calificación de la pregunta". Por tanto, un 10% de la nota del ejercicio dependerá de la buena redacción del alumno. De esta forma se prevé que se acabe con el baile de criterios sobre penalizaciones ortográficas que había en la selectividad en función de en qué comunidad se hacía la prueba.

Cuatro materias comunes y una específica

Los exámenes seguirán siendo de 90 minutos como hasta ahora –y no de 110, como se había especulado– y los alumnos con necesidades especiales tendrán más tiempo para realizarlos. Las PAU continuarán teniendo una fase común con cinco asignaturas (cuatro en las comunidades donde sólo existe una lengua oficial). Así, los alumnos que hagan la selectividad el próximo año se examinarán en la fase común de lengua y literatura catalanas, lengua y literatura castellanas, y lengua extranjera (inglés, francés, italiano o portugués). También tendrán que elegir entre historia de España o filosofía y se examinarán de una materia específica obligatoria en función del bachillerato que hayan cursado.

Como hasta ahora, las pruebas se evaluarán del 1 al 10 y la nota de la fase común se obtendrá haciendo una media aritmética de los cinco exámenes con un resultado con tres decimales que, como mínimo, tendrá que llegar al 4.

Hasta cuatro pruebas optativas

Una vez superada la fase común, los que quieran mejorar la nota podrán realizar las pruebas de las asignaturas optativas. En la nueva selectividad los estudiantes podrán examinarse de hasta cuatro optativas, y no de tres como hasta ahora. De este modo, podrán escoger tres materias que hayan cursado o no y que no hayan realizado en la fase común. Una de las novedades es que entre las optativas se podrá incluir la prueba de historia de España o de filosofía que no se haya realizado en la fase común. Además, los alumnos podrán realizar un cuarto examen optativo de una segunda lengua extranjera.

¿Y ahora qué?

Aunque la norma establece unos criterios comunes básicos, desde el ministerio de Educación se insiste en que "serán las comunidades autónomas las encargadas de concretar estos exámenes en sus territorios". Por tanto, habrá que ver cómo el departamento de Investigación y Universidades y el de Educación adaptan esta nueva normativa a la selectividad catalana, de la que, de momento, sólo se conoce que se querrán hacer preguntas más competenciales y que se dejarán de incluir preguntas concretas sobre lecturas obligatorias.

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