Si comes 7 huevos a la semana no tendrás el colesterol alto y sí más memoria

Los alimentos ultraprocesados y los dulces sí que están tras el llamado colesterol malo

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Amb los huevos se pueden hacer mil y un platos

Comer huevos es beneficioso. Si durante muchos años eran los malos de la alimentación porque comer dos supone ingerir 385 miligramos de colesterol, cifra que es más de lo que se ha considerado que se tenía que tomar al día (300 mg), los estudios actuales han demostrado que la ingesta ni de uno ni de dos al día la aumenta. Además, el huevo contiene colina, que el cuerpo aprovecha y convierte en acetil colina, que es un neurotransmisor que permite al cerebro dar las órdenes de los movimientos de detalle, de precisión, y que actúa en la función de memorización. Dicho con otras palabras, comer huevos, sobre todo la yema, beneficia la psicomotricidad fina y tener más memoria.

“Ahora sabemos que el hígado es el encargado de fabricar colesterol, y lo hace según la cantidad que se haya ingerido”, afirma la doctora en nutrición Anna Costa, que matiza que la recomendación de comer uno al día es para la población sana. “El llamado colesterol malo (LDLc), que es el que puede chocar con las paredes de las arterias y, por lo tanto, hacer aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, proviene mayoritariamente de los alimentos ultraprocesados y también de los azúcares añadidos, de todos los tipos, incluida la miel”.

La nutricionista explica que “como mínimo el 85% del colesterol que circula por nuestro organismo lo fabrica nuestro hígado”, y el resto lo aportan los ingredientes de origen animal, que es de donde proviene. “Esto quiere decir que en el caso de las alimentaciones vegetarianas, el hígado tiene que encargarse de fabricar al 100% el colesterol, porque nuestras células lo usen”.

Los huevos han dejado de estudiarse en nutrición como culpables del colesterol

Entre algunos de los beneficios del colesterol como molécula hay el hecho de que es precursor de la vitamina D, de hormonas como los estrógenos, la progesterona y la testosterona, y también de la bilis, que ayuda a digerir las grasas dentro de los intestinos.

Sobre los beneficios particulares de la ingesta de los huevos, hay que señalar que aportan proteínas, depositadas proporcionalmente tanto en la yema como en la clara. “También predominan las grasas insaturadas y poliinsaturadas, que son las mismos que proporcionan el aceite de oliva y el pescado, respectivamente”, detalla la nutricionista.

Y todavía hay más beneficios nutricionales. “En las yemas hay vitaminas del grupo B y también otras, como la A, la D, la E y la K”. Por eso no es recomendable comer solo la clara, porque en la yema hay los nutrientes más remarcables. De hecho, “la clara solo aporta proteínas, agua y minerales”.

Igualmente, hay que decir que el huevo no aporta hierro directamente aprovechable para el organismo, porque su forma química no pasa la barrera intestinal. Ahora bien, si el huevo se come combinado con verdura y fruta, el hierro se transforma en Fe2+, del cual el organismo sí que saca provecho. “La vitamina C y los pigmentos de las frutas y las verduras son los responsables que el hierro de los huevos cambie químicamente”, dice la nutricionista Anna Costa. Así pues, un huevo con una escalivada, por poner un ejemplo, se convierte en un plato nutricional "bien interesante".

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