Salud

Frenar alzheimer: los retos de tratar una enfermedad en aumento y que no se conoce del todo

El primer fármaco contra la enfermedad degenerativa, que afecta a 85.000 catalanes, está en vías de aprobarse en Europa

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Investigadores examinando imágenes del cerebro

BarcelonaLa ganancia de años de vida ha hecho que el Alzheimer se haya convertido en una enfermedad cada vez más común: afecta a unos 85.000 catalanes y se estima que en el 2050 esta cifra se habrá duplicado. Sin embargo, por ahora la degeneración del cerebro no cuida y su avance es implacable: desnuda a quienes la sufren de sus recuerdos, de su autonomía y, a la larga, de sus vidas. El Alzheimer es ya la séptima causa de muerte y uno de los principales motivos de discapacidad de todo el mundo, y tanto los investigadores como la industria farmacéutica trabajan a contrarreloj para conseguir tratamientos que la frenen. El objetivo es ralentizar o detener la enfermedad en las etapas más tempranas y parece que, después de dos décadas sin resultados, comienzan a haber novedades farmacológicas y mejoras en el diagnóstico precoz. Obtener un tratamiento es un reto, pero conocer y prevenir la enfermedad también.

Comprender la enfermedad

Mucho antes de que empiecen los síntomas cognitivos, como la desorientación, la pérdida de la memoria o la incapacidad de hablar, el Alzheimer ha podido causar cambios en el cerebro de quien lo sufre durante décadas. Sin embargo, todavía hay muchas incógnitas en torno a esta enfermedad degenerativa progresiva. "Existe una gran ignorancia sobre las causas porque no se ha invertido lo suficiente a pesar del elevado coste sociosanitario que supone. Identificamos cada vez mejor la fisiopatología y qué ocurre durante la enfermedad, por ejemplo que se acumulan proteínas (péptidos beta- amiloides y tau) y se forman placas en las neuronas, pero todavía no sabemos qué dispara la patología en la mayoría de los casos", admite el director de la Fundación Pasqual Maragall, Arcadi Navarro.

Diagnosticar tempranamente el Alzheimer es clave, ya que es el momento en que existe una mayor probabilidad de beneficiarse de tratamientos o de participar en ensayos clínicos. Y aunque la detección va en aumento, actualmente las pruebas de diagnóstico –tomografía por emisión de positrones (PET) con beta-amiloide o análisis del líquido cefalorraquídeo– son todavía demasiado caras o invasivas. "Ahora empezamos a tener nuevas herramientas [que todavía no han llegado al sistema de salud] que nos permitirán detectar las proteínas con un análisis de sangre. El objetivo es tener unos biomarcadores que nos clasifiquen la población en función de su riesgo a quince años vista y así indicarles qué hacer para evitarla", añade Navarro.

Tratar la enfermedad

La mayoría de las moléculas y fármacos en estudio buscan alterar el curso de la enfermedad y esto sólo es posible si el deterioro no está en una fase demasiado avanzada. El regulador de los medicamentos de Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA), aprobó en el 2021 un medicamento llamado aducanumab, de las compañías estadounidenses Biogen y Eisai, que se presentaba como el primer tratamiento capaz de frenar la enfermedad. Pero había dudas persistentes sobre su efectividad y, de hecho, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) rechazó su autorización por considerar los resultados "ambiguos" y que no ofrecían ninguna mejora clínica.

En cambio, el EMA está revisando ahora el lecanemab, un anticuerpo también de Biogen y Eisai que, ahora sí, podría ganarle años en el Alzheimer. Como el aducanumab, también actúa contra las placas de proteínas que se acumulan en los cerebros de los pacientes y conseguiría frenar un 27% el deterioro cognitivo entre enfermos tempranos. Pero no todo son flores y violas, y también hay polémica en torno a este fármaco, después de que estudios posteriores hayan constatado que puede empequeñecer el cerebro y causar hemorragias y lo hayan vinculado a la muerte de dos personas en EE.UU., donde ya está aprobado. "Tiene algunos efectos secundarios y pocas personas pueden beneficiarse, pero lo importante es que sea el primero. Llegará un abanico de potenciales tratamientos en unos años y pasará como con el VIH, que se puede cronificar con múltiples tratamientos" , ejemplifica Navarro.

Prevenir la enfermedad

Según la encuesta Actitudes y percepciones de la población española sobre el Alzheimer de la Fundación Pasqual Maragall, el Alzheimer es la segunda condición de salud que más preocupa a los españoles (63%), a poca distancia del cáncer (68%). Pasa por delante del ictus (57%) y el infarto (46%). La inquietud aumenta aún más en la población que tiene 55 o más años –el 79% lo considera el principal problema al que se enfrentan las personas mayores– y es una preocupación lícita, ya que la edad es un factor de riesgo: afecta el 2% de los catalanes mayores de 59 años; el 6,5% a partir de los 79 años; y el 8,8% de los mayores de 89 años, según datos del departamento de Salut.

Mientras llegan estos avances, los expertos recomiendan tener unos hábitos de vida saludables, cómo controlar la tensión, el peso y el azúcar; seguir una dieta mediterránea; no fumar y minimizar el alcohol; hacer ejercicio físico; y mantener una vida social activa. Aunque un 57% de la población considera que el alzhéimer es hereditario, la huella genética sólo es determinante en un 1% de los casos. "Uno de cada tres diagnósticos anuales podrían evitarse con el control de estos factores de riesgo", asegura Navarro.

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