Salud

Ganar medio año en los tumores cerebrales: dos pacientes se someten a una terapia experimental

Un grupo de investigadores prueba la inmunoterapia CAR-T en los cánceres más agresivos

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Un glioblastoma (verde y azul, de color artificial) crece en el lóbulo frontal del cerebro de una persona.

BarcelonaEl glioblastoma es el tumor cerebral más agresivo, tiene un pronóstico muy malo y no existen opciones efectivas de tratamiento. Las terapias inmunológicas son una posible salida para el abordaje de este cáncer, según demuestran dos estudios, uno de ellos publicado en la revista The New England Journal of Medicine y otro en Nature. Las investigaciones son complementarias y abren la puerta a futuros tratamientos para este tipo de cáncer. Uno de los equipos, formado por investigadores del Hospital General de Massachusetts y del Dana-Farber Cancer Institute, ha logrado una regresión "considerable y rápida" del tumor con una inmunoterapia experimental en un paciente al que la quimioterapia y la radioterapia no le habían funcionado. El otro, dirigido por la Facultad de Medicina Perelman, de la Universidad de Pensilvania, ha logrado que un participante no muestre signos de progresión del tumor desde hace siete meses. Sin embargo, en ambos casos los científicos subrayan que se trata de conclusiones de un ensayo clínico en fase 1 y admiten que es necesaria más investigación para que ésta sea una opción terapéutica accesible.

La terapia experimental que han utilizado los dos grupos de investigadores se basa en el CAR-T (del ingléschimérico antígeno receptor-T), que consiste en crear unfármacocon células del mismo paciente: se le extraen los glóbulos blancos (los linfocitos T), que son reprogramados genéticamente en el laboratorio para que reconozcan las células tumorales, y se les vuelven a infundir para que neutralice el cáncer. Hasta ahora, esta inmunoterapia se ha aprobado en España para tratar la leucemia y hay estudios que evalúan su eficacia contra el cáncer de mama, otros cánceres de sangre como el mieloma múltiple, los linfomas y el lupus.

Los investigadores del Hospital General de Massachusetts y del Dana-Farber Cancer Institute incluyeron a tres pacientes con glioblastoma en el ensayo para probar esta inmunoterapia experimental. Uno de los participantes, después de una única infusión de células CAR-T, experimentó una reducción del tamaño del tumor de un 18,5% ya en el segundo día de recibir el tratamiento. Cuando habían pasado 69 días de la infusión, el tumor había disminuido ya en un 60,7%. El hombre, de 72 años, siguió mejorando la respuesta y, en total, se benefició de un único tratamiento durante más de 150 días. Este paciente ganó entre cinco y seis meses de vida.

Los otros dos pacientes que participaban en el ensayo no obtuvieron tan buenos resultados y acabaron sufriendo recaídas. Según los autores del trabajo, en estos dos casos en los que el glioblastoma se abrió paso de nuevo se debió a que las células CAR-T que infusionaron a los pacientes no perduraron durante las semanas posteriores al tratamiento. Así, los autores apuestan por continuar con la investigación y aumentar la duración del efecto terapéutico, por ejemplo con una preparación diferente con quimioterapia o con dosis adicionales de CAR-T.

"Nunca lo habíamos visto"

El otro equipo, encabezado por el neurooncólogo Stephen Bagley, de la Universidad de Pensilvania, utilizó células CAR-T y constató que el tamaño de los tumores también se reducía. El glioblastoma de un participante empezó a crecer de nuevo en un mes, pero otro participante no muestra signos de progresión del tumor desde hace siete meses. "Los resultados son prometedores, pero el objetivo es generar respuestas más duraderas", afirma Bagley. Fue emocionante, dice, ver cómo se redujeron los tumores el primer día después de la terapia CAR-T: "Nunca lo habíamos visto". Sin embargo, de los cuatro participantes restantes, uno abandonó el ensayo y los tumores no han reaparecido en el resto de casos, que siguen recibiendo el tratamiento.

Ambos estudios son relevantes porque sientan las bases de un fármaco prometedor que ayude a los pacientes de glioblastoma. Los neurocirujanos se enfrentan a varios retos frente a este tipo de cáncer, tales como que tienen una forma muy difusa. De hecho, esto complica la eliminación por cirugía de las células tumorales, ya que, a menudo, estas células pueden mezclarse con tejido sano. La cirugía, quimioterapia y radioterapia suelen ser las únicas opciones de tratamiento, pero el beneficio suele ser parcial y de corta duración. "[Este estudio] Mujer credibilidad al poder potencial de las células CAR-T para marcar la diferencia en los tumores sólidos, especialmente el cerebro", valora el neurocirujano del Hospital General de Massachusetts, en Boston, y autor principal de el artículo en New England Journal of Medicine, Bryan Choi.

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