"No somos Annibals Lecters ni tenemos el gen del mal"
Personas con un diagnóstico mental critican las declaraciones de la consejera Parlon respecto a los últimos crímenes en el país
BarcelonaEntre las personas con trastornos mentales, las palabras de la consejera Núria Parlon relacionando los últimos crímenes en Catalunya con "una derivada vinculada a la salud mental" ya "un patrón de inestabilidad emocional" han caído como un cubo de agua fría. Tras muchos años de picar piedra contra la etiqueta de locos o violentos, alimentada por el imaginario popular y también por el cine y la literatura, entidades como Obertament o Veus han logrado cambiar la mirada, así que critican que la vinculación con la violencia de la titular de Interior supone "volver atrás" y perpetuar el estigma que arrastran.
El presidente de'Obertamente, Francisco Rubio, explica que ha habido indignación y también dolor en el colectivo, que ya de por sí, sufren "recelos" en su día a día. El lunes, Parlon y Obertament se encontrarán en la conselleria para tratar la polémica.
Carla Gil Martínez, una integradora social de 24 años y con un diagnóstico de salud mental, admite que se sintió "ofendida" al sentir Parlon, sobre todo por la relevancia de la consellera. La joven relata que muchas veces ha tenido que realizar "esfuerzos" para dejar claro que es inofensiva. "Yo no soy peligrosa y no haré daño a nadie, antes me lo haría a mí misma", afirma. En este sentido, Rubio exclama que las personas con una salud mental inestable "son más víctimas que agresores". Víctimas de violencia física, insultos o discriminaciones."No somos Annibals Lecters ni tenemos nada del mal", indica.
Aunque a raíz de la pandemia, la salud mental se ha situado en el centro de la preocupación social y médica, y hay mucha más concienciación colectiva, todavía sigue siendo a menudo un arma para desacreditar a un contrincante político o un insulto recurrente. Es más, este panorama no sólo cala entre la comunidad, sino también entre las mismas personas con un trastorno, que llegan a infligirse un autoestigma, señalan los expertos en esta materia.
Afirma Rubio que tener un diagnóstico de trastorno mental no justifica ni aumenta la posibilidad de protagonizar "actitudes inapropiadas". Y, en cualquier caso, se refiere a otros factores más determinantes que la salud mental a la hora de potenciar un comportamiento violento, como puede ser el consumo de drogas, las injusticias sociales o la falta de esperanza, enumera.
Falta de empatía e ignorancia
Rubio entiende que la intervención de Parlon fue "desafortunada" y lamenta que la "simplificación" de relacionar salud mental y violencia puede legitimar los discursos igual de simples que difunden youtubers sin ninguna base científica. Uno de los activistas de Obertament habla "de falta de empatía y de desconocimiento" sobre la realidad de la salud mental. Otro reflexiona que si bien "el estigma y las explicaciones reduccionistas" están muy generalizados, una representante institucional debe conocer los "mitos" para no repetirlos y debe ser consciente de que la repercusión de sus palabras es mayor y, en consecuencia, hace que la población confíe más que si se trata de un ciudadano normal. También Antonio apunta , desde el personal, hasta el familiar o laboral.
Gil Martínez recuerda cómo en un anterior trabajo tuvo que sufrir miradas y comentarios de los compañeros sobre el motivo de sus ausencias y el estado anímico. "Me llegaron a decir si tenía problemas con las drogas", afirma, y asegura sentir mucha incomodidad porque en todo momento tenía la sensación de que la "juzgaban" sin entender ni saber su realidad. Cuando explicó que sufría brotes y crisis recurrentes que requerían ingresos psiquiátricos, la reacción más común entre la plantilla fue la de colgarle "la llufa" de distinto. ¿Cómo actuar sin caer en el estigma? Responde esta integradora social: "Se puede preguntar con tacto, desde la curiosidad, pero desde la empatía".