Salud

¿Qué podemos hacer para reconocer y evitar un golpe de calor?

Beber mucha agua, evitar la exposición al sol y buscar espacios con aire acondicionado ayuda a protegerse de las altas temperaturas

Ambiente en la playa de la Barceloneta  en un día con pico de calor.
3 min

BarcelonaAnte los avisos de pico de calor extremo que se prevén para esta semana, niños, gente mayor y trabajadores que se exponen al sol tendrían que tomar ciertas precauciones para evitar insolaciones, agotamientos y golpes de calor que pongan en riesgo su vida. La médico internista de urgencias del Hospital Clínic de Barcelona Elisenda Gómez-Angelats ha dado algunos consejos para identificar a las personas más vulnerables y afectadas por el calor y para amortiguar el impacto del aumento de las temperaturas en su salud.

Síntomas

Sudoración y sed intensas, náuseas y dolor de cabeza

Sed intensa, sudoración abundante, dolor de cabeza y náuseas. Estos son los primeros síntomas que se relacionan con el agotamiento por exposición a las temperaturas altas y que pueden ser la antesala de un golpe de calor. "La sospecha de que alguien puede estar sufriendo por el calor se da con una gran diversidad de síntomas, porque los problemas de termoregulación, cuando el cuerpo excede los 40 grados centígrados, afectan a todo el cuerpo", advierte Gómez-Angelats. El calor también puede hacer que el corazón lata excesivamente rápido (taquicardias) y que se respire deprisa y profundamente (hiperventilación), y puede comportar alteraciones del estado mental, como por ejemplo convulsiones, delirios o, en el peor de los casos, entrar en coma.

En personas mayores, con patologías cardiovasculares o demencia, estos síntomas pueden descompensar sus enfermedades incluso antes de que se pueda considerar un golpe de calor. Les puede afectar al cerebro y hacer que caigan, tiemblen o tengan somnolencia; que sientan que les falta el aire, tengan la presión arterial baja o muy baja (hipotensión) o que sufran algún mareo que acabe en pérdida de conciencia (lipotimia).

Consejos

Beber agua, llevar ropa ancha y esquivar el sol

Para evitar un golpe de calor lo más importante es refrescarse con un ventilador, con aire acondicionado o con un baño de agua fría e hidratarse mucho. "Hay que beber mucha agua, dejar espacios de corriente de aire en casa y preparar toallas mojadas por si hay que rebajar la temperatura corporal", dice la experta. También es importante vestir adecuadamente para proteger la piel expuesta (ropa ancha y ligera, de colores claros) y cubrirse la cabeza con un sombrero, utilizar gafas de sol con protección de rayos UVA y UVB, y aplicarse protector solar de manera regular. Evitar el alcohol también es una buena manera de protegerse del calor, puesto que actúa en el organismo como un elemento deshidratador.

La experta recomienda no salir durante las horas de máxima exposición solar, entre las 12 y las 16 horas, y dejar el ejercicio físico (andar o correr, por ejemplo) para la primera hora de la mañana o la última de la tarde, cuando las temperaturas son más suaves y es más fácil encontrar zonas de sombra. Es recomendable bajar las persianas en las zonas de casa donde da el sol para forzar cierto aislamiento térmico. La mejor hora para ventilar la vivienda será al atardecer.

Si el domicilio no es una zona segura, habrá que buscar alternativas próximas, como centros comerciales con fuentes de refrigeración potente. En caso de que los síntomas no desaparezcan, la experta recomienda llamar a los servicios de emergencias médicas.

Consultas

La gente mayor tendría que ir al médico a los primeros síntomas

24 o 48 horas después de que empiece una ola de calor, las urgencias del Clínic empiezan a recibir a personas con síntomas compatibles con un golpe de calor incipiente. El año pasado les llegaron 12 pacientes en condiciones extremas. En toda Catalunya fueron 120. "Es evidente que la población cada vez está más envejecida, cosa que favorece el aumento de golpes de calor, pero el cambio climático también lo favorece", apunta la experta. 

Los pacientes acostumbran a ser personas de edad avanzada o con dependencia, que sufren enfermedades crónicas que se descompensan por las altas temperaturas y que viven en ambientes perpetuadores del calor, como por ejemplo pisos sin suficiente ventilación o sin ningún sistema de refrigeración. "Llegan desorientados, caen al suelo y necesitan recuperar la temperatura corporal normal para no sufrir el golpe de calor, que puede ser muy grave".

Con todo, muchos llegan pensando que lo que les pasa es por "su enfermedad", explica la médica. A menudo las personas mayores no son capaces de beber agua por sí solas o no se dan cuenta de que tienen sed. A pesar de que la mayoría reciben el alta al cabo de unas horas, algunas pueden quedarse ingresadas unos días hasta que se estabilizan.

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