"En veinte años podríamos ver nuevos tipos de cáncer de pulmón por culpa de los vapeadores"

BarcelonaHasta los 80, recibir un diagnóstico de cáncer de pulmón era una sentencia de muerte, te quedaban seis meses de vida. Con la llegada de la quimioterapia se mejoró ligeramente el pronóstico de los enfermos, que vivían por encima del año gracias al tratamiento, pero hace diez años hubo una auténtica revolución con la irrupción de las inmunoterapias, que estimulan las defensas del enfermo para atacar a las células malignas y han logrado supervivencias de cinco, seis e incluso más años después de un diagnóstico. Sin embargo, no son perfectas. Los tumores acaban generando resistencia al tratamiento y el cáncer de pulmón sigue siendo el más letal: es la primera causa de muerte por cáncer en todo el mundo.

Aquí uno de los grandes deberes pendientes es reducir incidencia del tabaco, que está detrás de más de un 80% de los casos, y los expertos se miran con recelo las nuevas formas de fumar, como los vapeadores y los cigarrillos electrónicos, que son más populares entre las nuevas generaciones y todavía no se conoce el alcance del impacto que pueden tener sobre la salud de los consumidores. "Puede estar dentro de veinte años tendremos nuevos tipos de cáncer de pulmón por culpa del vapeo. Sabemos que es un hábito adictivo que inflama el pulmón y lo pone en riesgo, pero aún no sabemos todas las consecuencias negativas que puede tener para quien fuma", advierte la oncóloga del Reguar A No una 'concóloga' del Hospital Clínic.

La experta es también una de las presidentas de la Conferencia Mundial sobre Cáncer de Pulmón que organiza este fin de semana la Asociación Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón en Barcelona. La capital catalana será el epicentro mundial de esta enfermedad entre el sábado y el lunes, con cerca de 8.000 profesionales de todo el mundo que repasarán los principales retos que tienen los tumores torácicos actualmente y compartirán los últimos avances en el tratamiento de estas enfermedades. Reducir el número de fumadores, acabar con la resistencia que los tumores oponen al tratamiento y desarrollar programas de cribado para detectar casos en estadios iniciales son algunas de las líneas prioritarias para los expertos.

Otra fijación de los oncólogos es el aumento de casos entre las mujeres, mientras que entre los hombres la incidencia está descendiendo. Esto se explica porque las mujeres empezaron a fumar más tarde y en los últimos años los diagnósticos están creciendo. De acuerdo con el análisis de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), las muertes por cáncer de pulmón son ya casi equiparables a las de cáncer de mama en el Estado y, como Reguart, también ponen el acento en desplegar más políticas públicas que endurezcan el cerco contra el tabaco. En concreto, defienden que debe prohibirse en las terrazas de bares y restaurantes, en las playas, en los parques y en las paradas de transporte. "Hay que evitar el tabaco en todos los lugares públicos", argumenta la oncóloga.

Conocer los apellidos del cáncer

Aparte de reducir la cifra de fumadores, que en Cataluña está estancada desde 2017, los expertos señalan otros aspectos a tener en cuenta en la lucha contra el cáncer de pulmón. Santiago Viteri, director del servicio oncológico de Clínicas Mi (UOMI) y uno de los ponentes del congreso, advierte que también están subiendo los diagnósticos entre las personas que no fuman y hace un llamamiento para conseguir más financiación que permita investigar a fondo por qué ocurre. La principal hipótesis es que crecen por culpa de la contaminación ambiental, pero todavía no hay evidencia suficiente para asegurar con rotundidad cuáles son los contaminantes que hacen que los casos suban y de qué manera.

Viteri sostiene que la vida de los pacientes ha cambiado radicalmente en los últimos años gracias a los esfuerzos que se han realizado para conocer mejor la enfermedad. Ahora cuando un paciente llega a la consulta por un tumor en el pulmón se le hace un estudio molecular para saber cuáles son "sus apellidos", es decir, averiguar qué subtipo de cáncer de pulmón tiene porqué cada uno es diferente y el tratamiento que debe recibir también. Actualmente existen hasta nueve mutaciones diferentes de cáncer de pulmón, tratables cada una con su terapia particular, un hito que se ha logrado estudiando a fondo la biología de este cáncer.

Detección y resistencias

Este conocimiento es el que ha permitido desarrollar inmunoterapias y terapias dirigidas específicas a cada tumor pulmonar. Las primeras estimulan a nuestras defensas para que reconozcan el tumor y lo ataquen, mientras que las segundas son fármacos capaces de identificar la mutación específica del tumor y atacarlo directamente, sin dañar las células sanas. Pero queda mucho camino por recorrer en la lucha contra esta enfermedad, con deberes pendientes en la prevención, la detección precoz y las resistencias al tratamiento, según explica el oncólogo del Instituto Gustave Roussy de Francia Jordi Remon.

"Los cánceres son muy inteligentes y acaban haciéndose resistentes a la inmunoterapia. Tenemos que entender por qué acaba pasando esto para poder evitar o retrasar estas resistencias", sostiene Remon, que también cree que se debe mejorar la accesibilidad a los tratamientos y encontrar nuevas estrategias terapéuticas pronóstico de los enfermos "será mejor". En este sentido, Viteri defiende que es necesario desplegar un programa de detección precoz en el Estado que permita identificar los casos de cáncer de pulmón en una etapa en la que la enfermedad todavía no haya progresado y sea más fácil de tratar.

"El 80% de los cánceres de pulmón que detectamos ahora están en fase avanzada y sólo un 20% son candidatos a un tratamiento curativo como una operación", alerta Viteri, que propone realizar pruebas a las personas de riesgo (gente que lleva más de 30 años fumando) con regularidad para, en caso de presentarse indicios de . De hecho, Reguart detalla que actualmente existen iniciativas en marcha en España para evaluar el coste que supondría desplegar un programa de estas características y asegura que está demostrado que realizar esfuerzos en la detección precoz comporta un descenso de la mortalidad. "Hacer pruebas a fumadores evitaría una quinta parte de las muertes por cáncer de pulmón", concluye.