Los Mossos temen que las lluvias hagan crecer las plantaciones de marihuana en la montaña
El fin de la sequía ofrece un mayor acceso al agua, clave para descubrir los miles de plantas escondidas en el territorio


VallesLa lluvia que ha caído este mes de marzo ha provocado que los ríos bajen llenos como hacía tiempo que no pasaba y que vuelva a manar agua por los torrentes que se habían secado. La noticia ha satisfecho a buena parte del país, pero los Mossos d'Esquadra que luchan contra el tráfico de marihuana saben que este aumento del agua beneficia, y mucho, a los traficantes que tienen plantaciones de marihuana escondidas en las montañas catalanas. La sequía de estos últimos cuatro años ha sido una gran aliada de la policía, ya que la mayor dificultad con la que se encuentran los narcos para poder plantar en medio de las montañas es el acceso al agua. Y ésta ha sido, de hecho, la pista que más ha ayudado a los Mossos en su persecución contra esta droga.
El cannabis, que se planta ahora en primavera y se recoge en los meses de octubre y noviembre, necesita riego diario para poder dar su fruto y en los bosques catalanes los accesos al agua son limitados. Una de las comarcas donde los Mossos trabajan con mayor intensidad contra este cultivo es el Alt Camp, donde en el 2021 se encontraron 119.000 plantas en sus montañas, casi el 20% del total de Catalunya. "El año pasado encontramos que habían desbrozado una gran superficie en la montaña, pero que sólo habían plantado en una parte. Y es porque ya sabían que no podrían regarlas todas", explica el responsable de Entorno Rural de los Mossos del Alt Camp, Jaume Carbó, que sabe perfectamente que "el contexto de sequía no les ayuda porque las plantas se desarrollan".
Los datos le dan la razón: en 2021, el 45% de las plantaciones que se encontraron en Cataluña estaban al aire libre (outdoor), mientras que en 2024, después de cuatro años de sequía, sólo representaron el 13% del total. La pregunta, que sólo podrá responderse cuando acabe el año, es si esta tendencia a la baja cambiará ahora que la situación meteorológica ha mejorado. "Este 2025 es una incógnita. La sequía les hizo daño y ahora prevemos que van a subir, pero llevamos muchos años seguidos haciendo mucho trabajo y esperamos que esta presión se note", lamenta Carbó. El equipo que realiza este trabajo, de los más duros dentro del cuerpo porque es muy físico y tiene una dosis de peligro muy importante, tendrá recompensa con una distinción que se les otorgará el día de las escuadras por su trayectoria.
Las balsas, factor clave
Buena parte de la lucha entre los Mossos y los narcos se libra en las balsas que tienen los campesinos o los bomberos. Antes de empezar a hacer una plantación, los narcos necesitan primero una balsa y, una vez la encuentran, buscan un terreno escondido más o menos plano. A continuación desbrozan el terreno –un auténtico trabajo en medio del bosque– y plantan. Hasta ahora, para regar las plantas introducían una bomba dentro de la balsa más cercana e iban bombeando el agua cada vez que debían regar. El problema de este sistema es que, tarde o temprano, el dueño de la balsa, sea un labrador, un pastor o los bomberos, veían la bomba y avisaban a los Mossos, que sólo tenían que ir siguiendo la tubería para descubrir la plantación.
El problema, según Carbó, es que los narcos "se van adaptando" a la estrategia policial para evitar ser detenidos. El nuevo sistema que usan para conseguir agua es mucho más discreto: "Lo que estamos encontrando ahora el 100% de las veces es que, de repente, un particular descubre que el nivel del agua de una balsa está bajando, pero no ve ni ninguna bomba ni por donde está perdiendo agua. Y es porque instalan la bomba por la noche y bombean a partir de un agujero en el suelo cubierto con una lona plástica o con una de jardín", explica Carbó. Una vez llenadas las piscinas, retiran la bomba y ya tienen agua.
Los Mossos ya tienen controladas las balsas y extreman la vigilancia para detectar cualquier movimiento en su perímetro. El problema es que, con el incremento de las lluvias, hay torrentes que habían estado secos y ahora vuelven a ir llenos, convirtiéndose en fuentes para los traficantes. "El 2021 fue el año, con diferencia, con más detenidos y fue un año con mucha agua. Ya no tenían que ir a buscar esas balsas porque todos los torrentes tenían agua", explica Carbó. En algunos casos detectaron que habían construido presas en ríos y torrentes para hacer llegar el agua donde les convenía.
Lo omertó de los albaneses
En una reciente detención de los Mossos a un "jardinero", que es como se conoce con la jerga policial a la persona que vigila la plantación, el detenido, que estaba en el suelo con dos agentes encima que le intentaban esposar, solo se preocupaba por llevarse los dedos en la boca y poder silbar para avisar a sus compañeros. "Son muy fieles entre ellos", explican fuentes policiales. El 90% de los detenidos en estas grandes plantaciones son albaneses y forman parte de diferentes clanes, que a veces se roban entre sí. De hecho, en muchas plantaciones los agentes han encontrado "medios de defensa" que tienen para protegerse de los demás clanes y que, casi nunca, han utilizado para enfrentarse a la policía.
Antes venían a hacer toda la temporada, pero ahora, para dificultar más la investigación policial, sólo están un mes y luego toma el relevo otro jardinero. Por este mes de trabajo cobran entre 1.800 y 2.000 euros, pero el riesgo que corren es muy alto, porque normalmente están cuidando a más de un millar de plantas –en una ocasión encontraron una plantación con 18.000 ejemplares– y eso implica una buena temporada en prisión. Sin embargo, nunca hablan. "Conseguimos detener a los jardinerospero llegar a la cúpula es muy complicado. Son muy opacos y se protegen mucho entre ellos. No dicen ni para quienes trabajan. En declaraciones policiales no conseguimos nunca nada", explican fuentes del cuerpo.
Otro cambio que están ejecutando los traficantes para dificultar el trabajo en la policía es construirse la cabaña donde duermen durante los meses que vigilan, más alejada de donde se encuentra la construcción, que han cosechado toda la hierba. esta manera se ahorran un viaje con toda la mercancía. Si los Mossos no logran evitarlo, esta hierba se transporta en vehículo hasta el centro de Europa, donde se paga el triple de cara a Cataluña.