El análisis de Antoni Bassas: 'Asimilar la amnistía a la corrupción'
El caso Cerdán (de momento, Cerdán) apunta a que es un caso grave de corrupción. Pero no duden en que una parte de la justicia y toda la derecha política y mediática española (y socialistas como Felipe González) están detrás de la idea de que todo –las comisiones y la amnistía– formaba parte de la misma corrupción. Que unas hacían posible a la otra. Por eso, poniendo a Cerdán en prisión, ven más al hombre que pactó con Puigdemont que un corrupto.
Miramos hacia los incendios de la Segarra, Noguera y Urgell, que han provocado dos muertos y esa gran columna de humo, lo llaman pirocúmulo, generada por el fuego mismo y el calor. Crece la preocupación de que la ola de calor lo reseque todo, pero por suerte se avecinan un refrescado de las temperaturas y lluvias por las tardes en medio país, y eso esperamos que sea un respiro, en todos los sentidos.
Están aumentando las temperaturas y la amenaza de incendios incontrolables es una realidad que ya tenemos aquí, como se ha cansado de contar el bombero Marc Castellnou. Tenemos uno muy buen servicio de emergencias, con grandes profesionales, con mucha buena tecnología y experiencia, pero ni el mejor servicio podrá hacer frente a la coincidencia de mucho calor, mucho viento y mucha sequedad. La política debe seguir sirviendo esta realidad.
Sin embargo, mientras estamos distraídos con otras cosas. La política catalana y española sigue girando en torno al caso Cerdán. Ante todo, Feijóo se envuelve.
Cuando tiene el PSOE contra las cuerdas, el jefe del PP ordena unos contactos con todos los partidos, con la intención de que se mojen, con la idea solemne de que si no apoyan al PP son cómplices del PSOE. Lo solemne es la tontería: de un partido que va del brazo de Vox, y que no es el paradigma de la honestidad económica, el resto del Congreso no quiere saber nada. El encargado de realizar los contactos fue Tellado, que apunta a nuevo secretario general popular. El PNV casi le cuelga el teléfono. Estaban enojados, porque si de verdad quieres sondear la posibilidad de colaborar no puedes ir antes a los medios a poner la pistola en el pecho diciendo "o contra Sánchez oa favor de la corrupción". A Junts les envió mensaje y después una llamada de rigor para cumplir. Era tan manual lo que les contestarían que ya les adelantamos ayer aquí: si el PP quiere algo de Junts, que vaya a Bélgica a reunirse con Puigdemont. Y dicho y hecho, esto es lo que le contestaron.
El caso es que lo que era secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, está en prisión, y no tanto para que no pueda destruir pruebas como para que no intente acordar una respuesta con otra gente implicada. Se ve que tenía abiertas cuentas en el extranjero para depositar las comisiones de las empresas a las que el ministro Ábalos adjudicaba la obra. La pregunta sigue siendo si Sánchez lo sabía (porque Cerdán y Ábalos eran gente cercana), si miró hacia otro lado o falló en la obligación de vigilar.
Por eso, por qué ha sido la responsabilidad de Sánchez, que la política española está patas arriba. Y esto complica el futuro inmediato de la carpeta catalana: dentro de tres viernes, el día 18, el Consejo Europeo debe volver a mirarse la cuestión del catalán en Europa, que tiene una fuerte resistencia alemana. Recuerden que el nuevo canciller es de la misma familia política que el PP y, por tanto, muy sensible a las presiones de Dolors Montserrat. No pinta bien para julio. Y antes, el día 14, debemos saber a qué acuerdo han llegado los gobiernos catalán y español para la financiación.
El caso Cerdán (de momento, Cerdán) apunta a que es un caso grave de corrupción. Pero no duden en que una parte de la justicia y toda la derecha política y mediática española (y socialistas como Felipe González) están detrás de la idea de que todo –las comisiones y la amnistía– formaba parte de la misma corrupción. Que unas hacían posible a la otra. Por eso, poniendo a Cerdán en prisión, ven más al hombre que pactó con Puigdemont que un corrupto.
Buenos días.