Ni un día en casa

El Chalet: La cocina total de Francesc

Este restaurante de Ponts parte del legado familiar para caminar hacia un futuro luminoso

Sadika, Paula, Francesc, Marga, David y Nasser en el huerto del restaurante El Xalet.
  • Dirección : Carretera Calaf, 46-48, 25740 Ponts, Lleida
  • Carta : Completa. Con platos clásicos y platos de temporada.
  • Obligado : Arroz seco con panceta ibérica, camagrocs y pluma ibérica de bellota
  • Vino : Con bastante presencia de vinos catalanes
  • Servicio : Muy familiar
  • Local : Ancho y confortable
  • Precio por persona : 40 €

"Soy un chico de treinta y un años con muchas ganas de cocinar y comerse la vida. La gastronomía es mi forma de vivir". Así se presenta Francesc Palà, chef y propietario del restaurante El Xalet en Ponts, Lleida. Es hijo de Sisco y Mercè, que hace veintinueve años abrieron este restaurante familiar y lograron establecerse como un referente gastronómico en la zona.

Francesc recuerda haber pasado su infancia corriente por la cocina del local, observando cómo sus padres trabajaban incansablemente, y dedicaban horas y horas a su pasión. Quizás por eso, inicialmente decidió alejarse de la cocina y estudiar mecánica. "Veía la vida de mis padres y no quería lo mismo para mí", comenta. Sin embargo, la vocación por la gastronomía acabó por imponerse. Dejó los motores y se puso a estudiar cocina. Su carrera profesional le llevó a trabajar a Mallorca y al Disfrutar de Barcelona. Finalmente, un buen día les propuso: "O me quedo el restaurante familiar o abro yo uno". Los padres no dudaron en cederle las riendas del negocio. "Es todo tuyo, haz lo que creas". Han pasado tres años desde entonces, y Francisco se ha volcado en cuerpo y alma en su proyecto. Se quedó con el propio equipo de trabajo, y reconoce que "sin ellos no sería posible hacer nada".

Su visión es clara: ofrecer una cocina total utilizando productos y técnicas de ahora y de antes. "Me gusta cocinar de todo: cremas, carnes, pescados, postres". Para empezar, nos cautivan con un aperitivo sencillo pero que nos deja boquiabiertos: una exquisita crema de calabacín cultivado en el huerto de Francesc. Continuamos con una tostadita salada a la brasa rellena de queso cremoso de hierbas y anchoa de Santoña y, además, catamos diferentes variedades de croquetas: de gamba roja fresca de Palamós con alcachofas, jamón y setas. Para terminar los entrantes disfrutamos de un par de minisándwiches a la brasa rellenos de tártaro de vaca premium y alioli de ajo escalivado y alcachofas confitadas con romesco y jamón ibérico. De segundo, quedamos maravillados con los deliciosos caracoles a la llauna, “eran uno de los platos emblemáticos de los padres” y con el arroz seco con panceta ibérica, camagrocs y pluma ibérica de bellota. Con el postre, un llamativo cremoso de vainilla con nata montada en casa y una crema catalana, nos acabamos las últimas gotas de Jaume Grau i Grau, el vino tinto del Pla de Bages que hoy nos acompaña para comer.

Con los cafés sobre la mesa, aprovechamos para conversar con Francisco, que aprovecha para descansar un rato. Su pasión es evidente; no para ni un minuto. "Soy intenso con el trabajo, con los amigos y con la familia", dice. Su rutina diaria comienza a las ocho de la mañana, y después de pasar por el local, se dedica a jugar a pádel o hacer motocross. Él tiene un objetivo claro: que su restaurante sea el mejor del mundo. "No sé dónde llegaremos, pero lo intentaremos", afirma con determinación y cierta ironía. Una de las claves de su futuro éxito es su propio huerto. Cree firmemente que los restaurantes deben ser autosuficientes y gestionar sus propios recursos, tanto locales como exteriores. Francesc Palà es un chef que vive y respira gastronomía, que lleva adelante con orgullo el legado de sus padres mientras busca constantemente innovar y perfeccionar su arte. Su historia es un testimonio de pasión, esfuerzo y dedicación, valores que sin duda continuarán guiando el camino hacia el éxito.

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