¡Yo elijo vino catalán...!
El Incavi presenta la campaña 'El vi és cultura', la mayor hecha nunca para promocionar las 11 DO catalanas
Barcelona“Buenas tardes, autoridades y sobre todo amantes del vino o wine lovers, que a mí esta palabra me da un poco de rabia”, dice Llucià Ferrer, en el escenario del Born Centre Cultural, de Barcelona. El público aplaude a Diana Roig, cantante y actriz, protagonista de una campaña de amor al vino catalán que se presenta hoy. Acaba de cantar País petit, que no puede ser una canción más acertada para esta noche. Cada vez que la oigo río por dentro, porque no siempre la he entendido cómo es. Llach dice “canto i sempre em sabré malalt d'amor” pero yo entendía “canto i siempre en sabré... Malalt d'amor...”.
Alba Balcells, presidenta –la primera mujer presidenta– del Institut Català de la Vinya i el Vi, explica que se pone en marcha la campaña “El vi és cultura”, en la que las 11 denominaciones de origen catalanas son protagonistas. Como se hace en países vitivinícolas como Sudáfrica, en regiones como la Champaña, en nuestro país se pone en marcha una campaña de promoción, la más grande jamás hecha en Cataluña, que propone el hashtag #jotriovicatalà. El anuncio de Diana se verá en TV3, se oirá en Catalunya Ràdio y, seguramente, lo encontraremos también en este diario. Se trata de pensar que no puede ser que, por ejemplo, en el Poble Espanyol, cada día visitado por cientos de turistas, no haya ni una carta con vino catalán.
Me acerco a la barra y ahí está, efectivamente, una representación de cada una de las DO en forma de botella. Me encuentro con Sergi Cortés, de la revista Cupatges, Margalida Ripoll, redactora jefe de la revista Arrels, Xavier Agell, del Incavi. “¿Es el Foranell este? ¿De qué añada?”, pide al camarero Margalida. “Éste es el dos mil diecisiete”, dice él. Yo, bagenca, pido Sanmartí. Y saludo a Ramon Roqueta, de Abadal, que habla con el presidente de la DO Penedès. En ese momento, Alba Balcells dice: "Nos bebemos nuestro país a pequeños sorbos". No puede ser más cierto. Veo a Marta Clot, una divulgadora con muchos seguidores en Instagram (Viicompanyia es su perfil), que está probando el Sisqueta, de la Terra Alta.
David Mascort, el conseller de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, sube al escenario. “El vino es la mejor manera de explicar nuestro país, es una forma de vivir y de entender el país y la tierra”, dice.
Lo elegimos porque es bueno
Necesitábamos una campaña como esta, grande, cobijando las DO y diciéndole al consumidor final –nosotros– que el vino catalán es paisaje y que lo elegimos no porque sea catalán, sino porque es bueno. Hay que poner fin a la anomalía absurda: en La Rioja las cartas están llenas de vinos de La Rioja, naturalmente. En Cataluña también. Y está claro que deben estar, si se quiere, pero no pueden faltar los de aquí.
Se acaba el acto. Llucià baja del escenario y se toma una copa de Anhel, del Empordà. Vuelvo a reír. La talentosa Diana Roig era una de las artistas deEl Petit Príncep de Manu Guix, musical en el que se cantaba, justamente, “la canción del bebedor”.
Hacía falta esta campaña, en estos tiempos difíciles, de cambio climático, de subida de precios y de incertidumbre. Los viticultores son paisajistas, son artistas. Esta frase, “el vino es cultura”, se la he oído más de una vez a Pitu Roca, el camarero de vinos de El Celler de Can Roca. Con las 11 DO catalanas, no lo olvidemos, podríamos hacer una comida de arriba a abajo, empezando por los espumosos y terminando por los vinos de postre, sin repetir ninguna DO. Qué campaña más fácil de defender, pienso, mientras por los altavoces suena Smuth, de Carlos Santana.