Para acceder al festival existen varios modelos de entradas que se pueden comprar aquí anticipadamente. Puede adquirir la entrada que permite acceder al recinto, así como las que ya incluyen saldo para poder comprar platos y bebida. Y, además, los menores de 12 años entran gratuitamente. Si es de los que hace planes en el último momento, no es necesario sufrir, porque se podrán comprar entradas una vez llegue a través de la plataforma online 3cket. Aquí es dónde se puede cargar saldo para la comida y las bebidas. El festival es sostenible y no habrá tickets ni entradas, ya que se ha procurado generar la menor cantidad de residuos posible. Encontrará toda la información que necesite en la web Festifest.cat .
Éxito de público del primer día del Festí Fest, un festival para todos
El festival gastronómico organizado por el diario ARA y la Fira Àpat se encuentra en la Antigua Fábrica de Estrella Damm
BarcelonaÉxito de público el primer día del Festí Fest, el festival gastronómico que se está celebrando este fin de semana en la Antigua Fábrica de Estrella Damm y que organiza el diario ARA junto con la Fira Àpat. Los más madrugadores a entrar en el festival han sido dos parejas que se han conocido gracias al ARA. Son Josep y Anna, de Sabadell, y Eva y Pau, de Barcelona. Ellos son suscriptores premium y, en el caso de los vallesanos, han ido a más de 47 actos organizados por el diario. Era justo, pues, que fueran los primeros en llegar y que quisieran asegurarse un lugar a la cata de vinos que han organizado Empar Moliner y Trinitat Gilbert, que sólo con la apertura de la primera botella ya han arrancado un aplauso. Era un jerez, para abrir hambre de esa actividad que maridaba vino y literatura, la primera de muchas actividades gratuitas que vendrán. Y quizá de actividades futuras, porque la cata ha acabado con un grupo de personas conjurándose –capitaneados por la escritora– para realizar una serie de catas y visitas a bodegas juntos bajo el paraguas del Comemos, la sección de gastronomía del ARA.
Tan entusiastas como las personas que realizaban las catas de vino eran las que han ido al de cervezas. Seguían con mucho interés las explicaciones de la Sira, de Estrella Damm. Los ha formado tan bien que casi han acabado siendo maestros cerveceros. "Hombre, es que hace años que bebemos!", ha dicho una asistente, que ha celebrado con ilusión cuando ha sido el turno de la Voll Damm, "la mejor", según esta fan. Otra participante del acto estaba maravillada de haber descubierto a la Malquerida. Hasta la fecha su preferida era Inedit, pero ahora parece que, por culpa del Festín Fest, le ha salido una contrincante. Las actividades son de libre acceso, pero se consigue plaza por orden de llegada, así que no es necesario distraerse.
En el apartado de productores, la cosa se complica. Un montón de puestos (de los que te dejan probar lo que vienen) entre los que se hace difícil elegir. Hay más de 40. Como la de Xu y Xo, una historia preciosa de dos amigas del Maresme. Eva, de Sant Pol, y Maria, de Malgrat de Mar, se acaban de asociar, y después de haberlo petado haciendo buñuelos se han decidido a hacer chuchos. En el festival puede comprar los de ratafía o los de chocolate. Pero el trabajo se acumula: pastelitos venidos de la Fatarella, del Verger, artesanos, rellenos de cabello de ángel. Y la sobrasada para quitarse el sombrero de Xesc Reina; hay un antes y un después cuando has comido esta sobrasada, porque probablemente no querrá ninguna otra. O los chocolates de Kina, que ya tienen dos premiadas y hablan en pasión.
10 restaurantes y 20 platos
A medida que avanzaba el día y el hambre hacía acto de presencia, se empezaron a ver las primeras colas en los 10 restaurantes que participaban en el evento, con sus 20 platillos. Pero hay uno de ellos único y creado especialmente para la ocasión. Es en la parada de Sant Croi, donde encontrará Albert Roca preparando esta delicia que ha ideado expresamente por el Festín Fest: agar de pera, chocolate con leche y jengibre, avellana caramelizada de Reus, chocolate deshecho con canela, vainilla y clavo . Irresistible. Como las pizzas de Mama, los bikinis de La Bikineria, el arroz de Dr. Zhang, la bomba del Bar Pimentel (aunque su otro plato, el bocadillo de calamares, ha sido uno de los preferidos del día), el taco de Cal Pastor, el bocadillo de oreja del Fismuler, el pollo frito del Piel de Gallina, elsmash burger sin gluten de Manioca o los pasteles de queso de Jon Cake.
En el Festí Fest también había otra novedad, y es la línea de congelados Maheso para air fryer, que está a punto de llegar a los supermercados, y que estaban repartiendo entre los asistentes bastoncillos de calabacín, croquetas de jamón ibérico duroc, pollo teriyaki o churros. Según el chico que les preparaba, es prácticamente imposible equivocarse cocinándolos. También tenían trabajo repartiendo fruta en la parada de los Mercados Municipales de Barcelona. Peras y manzanas que volaban.
Ha tenido una gran acogida la charla contra el desperdicio alimentario que hacía Jordi Ávila de la mano de la Agencia de Residuos de Cataluña. Los consejos han sido muy bien recibidos. ¿Qué hacemos con la cáscara de la zanahoria? En el cajón del congelador. Cuando necesite, la ponga en el horno, la torre y después haga un caldo oscuro de verduras. La cáscara de la manzana se deshidrata y se hace harina y sirve para hacer bizcocho. Y otras mil ideas, que mañana se centrarán sobre todo en sorbetes y batidos licuados.
La tortilla nunca sobra
Rafuel, el cocinero instagramer que se hizo famoso una vez jubilado, se ha puesto al público en el bolsillo en dos segundos. En un taller dedicado a los bikinis, ha dado consejos valiosos como el siguiente: “Si el bikini es para invitados, un corte de queso. Si es para vosotros, dos”. También ha explicado que las truchas no hay que guardarlas en el frigorífico porque, si las haces medianamente buenas, nunca sobra. Y que el jamón ibérico no hace falta ponerlo a la plancha; lo pones después y con el calor del queso deshecho ya es suficiente. Y que jamón saludable no habrá porque él nunca ha visto ninguna que salude. Y que la tortilla, si es con pan con tomate, es una combinación imbatible.
La Antigua Fábrica Damm es un hervidero y hay actividades para todos. Como las infantiles, organizadas por Kids&Us, Cacaolat y El Culturista. Los niños tan pronto hacía una receta de pizza vegetal, como escuchaba una cuentacuentos o participaba en la carrera de botellas. También hay un espacio con juguetes para los pequeñitos que prefieren ir a sus anchas. Lo mismo para los adultos; en el festival hay varios espacios con sillas para los grupos que les gusta hacer la suya, lejos de multitudes.
Como el mundo cambia, otro de los puntos de interés era la parada de Altervego, la línea de embutidos vegetales de la Selva. Mantienen la calidad a la que nos tienen acostumbrados pero no tienen ni un gramo de carne. Especialmente el chorizo, que diría que era el producto que generaba más caras de asombro. Está hecho de soja, y nadie lo diría. También tienen sobrasada y bacon. Rafuel, en su intervención, sin embargo, de lo que se ha declarado fan es de su jamón dulce. Ideal para hacer bikinis.
De Osona vendían las kombuchas –concretamente, de Sant Martí Sescorts, en el Cabrerès–. Ellos son Enso Ferments y han hecho una cata en la que se ha podido descubrir su kombutxa de menta, la de tomillo y naranja, la de té verde, la de hibiscus o la de hierbas. Y, atención, también tienen kimchi. Quien debía decir que la afición por los productos coreanos nos la resolvería la buena gente de Osona. Sus bebidas se pueden disfrutar en lata en las barras del Festival.
Seguramente porque venimos de un año complicado en el mundo del aceite, las paradas en las que venían eran uno de los grandes reclamos de los productores. Como el Arbequí de Vila-Sana, donde tenían varios tipos para escoger, y hacían que la elección fuera difícil. No eran los únicos.
A medida que el día cae, el público va siendo cada vez más festivo, y las colas se trasladan al wine bar de Torres. ¿Quién dice que al público joven no le gusta el vino? Al ritmo que se acababan las existencias nadie lo diría. De hecho, la zona dedicada al vino, ha ido creciendo "en población" a medida que oscurecía, cuando los primeros compases pinchados por DJ Coco han empezado a sonar y el baile se ha apoderado del festival; la guinda para cerrar el primer día del Festín Fest. Y con la tranquilidad de que el domingo, santo volvamos. Una segunda oportunidad para gozar de este festival sostenible, delicioso y sobre todo divertido.