Veinte lugares donde ir a cenar un lunes a Barcelona
Hacemos una lista de restaurantes que abren el primer día de la semana para que los tenga para elegir y remover
Vivimos acelerados (la mayoría de nosotros) y hay personas con una agenda de ministro. Este artículo es para aquellos que se afanan por encontrar una fecha de consenso para hacer una cena, y se encuentran con que cuando por fin se abre una ventana de oportunidad resulta que cae en lunes. Lugares buenos que abren la noche del lunes hay más de los que pensamos, pero no siempre caemos. He aquí una lista con vocación de servicio público.
Empecemos por la Viblioteca, en Gracia. Templo de los quesos y el vino. Un sitio agradable para parejas o grupos de cuatro personas máximo. Cocina sencilla y para compartir. Si de compartir va la cosa, hay dos casas de platillos que también resolverán la situación (con nota). Uno de ellos está en el Eixample y se llama Paco Meralgo. Si tiene aversión por los nombres de establecimientos que hacen juegos de palabras, haga una excepción aquí porque se come muy bien, y además el servicio lleva siempre un ritmo trepidante. El otro sitio de platos para compartir que es garantía de éxito es el Bar del Pla, en el Born. Sus croquetas son ya patrimonio de la ciudad. Eso sí, reserva antes, haga el favor.
Si somos pandilla, yo ni lo dudo, nuestro sitio es el Xix Kebab, en el Eixample. Cocina tradicional siria y, para mí, el mejor humus de Barcelona. Le atenderán de cine, le saldrá bien de precio y, si sobra, tendrá la mejor fiambrera jamás vista para el día siguiente.
En caso de que el presupuesto no sea un problema para que estemos de celebración (por ejemplo) hay tres opciones excelentes que abren el lunes. El Suculento, en el barrio del Raval; el Gresca, en el Eixample, y el Cobre, en Sarrià-Sant Gervasi.
Si lo que desea es sushi, entonces indiscutiblemente debe ir a Can Kenji, en el Eixample junto a Gràcia, uno de los clásicos y uno de los más fiables. En caso de estar exóticos pero que el cuerpo le pida mexicano, en el Born hay uno despampanante, el Tlaxcal. No se pierdan sus refrescantes margaritas, tan buenos como peligrosos. Si lo que desea es una tortilla que le caliente la barriga y el alma, hay un restaurante delupper que le acogerá con ilusión, es el gauchediviniano Flash-Flash.
Imaginémonos, sin embargo, que estemos muy informales, la Bodega La Palma, en el Gòtic, con sus botas de madera le darán cena. Donde no falta la buena comida tampoco está en Maitea. Pinchos y platos calientes en un entorno familiar y alegre. Atentos a su selección de vinos porque, como buenos entusiastas de la buena bebida, saben muchísimo. Donde también saben un nido es en el Denassus, en el Poble-Sec. Es uno de los pocos lugares de la calle Blai que merecen la pena, tanto en lo referente a la teca como al vino.
En Poblenou hay un lugar que no le fallará aunque ese día no haya función: El Comedor de la Beckett. Es un sitio de cocina sencilla y buena conversación. Un punto de encuentro a tener en cuenta, también los días que vayan al teatro.
Si lo que desea es brisa marina, hay varias opciones cerca del mar. El clásico Ca la Nuri, y sus arroces a pie de playa de la Barceloneta, o lo que tienen también en la Vila Olímpica, el Xiroi. Otra opción es probar el Vraba, el restaurante de Albert Ventura que ha abierto en el Muelle de España con motivo a la Copa América de Vela. Las vistas son inmejorables. Como las del FiskeBar, del Grupo Tragaluz, que ocupa el Real Club Marítimo de Barcelona.
Termino con dos propuestas buenas y bonitas. El Bar Muy Buenas, con estética modernista y que hace cocina tradicional catalana en el Raval. La última propuesta es el Bar Alegría, en el Eixample; siempre tendrá un rincón en el estómago para su bikini trufado. Un buen bocado para cerrar el primer día de la semana.