Gastronomía y ocio

El vino se quita el corsé: música, relatos eróticos y actividades 'vilenniales'

El sector idea un montón de propuestas para jugar en casa o disfrutar del aire libre en primavera

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Ilustración

El viñedo ha empezado a brotar con la primavera, una época del año que se aprovecha para celebrar una buena retahíla de actividades alrededor del vino. El turismo del vino, el denominado enoturismo, se está sofisticando y ya ofrece un montón de propuestas que rehuyen la clásica explicación técnica de cómo se elabora el vino con la sala de botas de trasfondo. Ahora que los días invitan a disfrutar del aire libre, se organizan catas singulares, a veces con acompañamiento culinario y musical, y es el momento idóneo para acudir a los wine bars de las bodegas o realizar un encuentro con familia o amigos para ponerse a prueba con algún juego ideado a partir del vino.

'Wine bars', dormir entre viñedos y un 'escape room'

Las bodegas han diversificado su oferta enoturística. El festival Vívid que acoge el Empordà ha incluido experienciasvilennialespara jóvenes, como la de la bodega Mas Geli que, para conocer gente, proponía degustar cada vino con compañeros de mesa diferentes. También se abren camino los nuevos wine bars de las bodegas, donde tomar una copa y picar algo, así como los alojamientos para despertarse a pie de viñedo. En las webs de las rutas enoturísticas se encuentran recopilaciones. También están las bodegas que buscan diferenciarse, como la Bodega Masroig, con la suya escape room, Enigmasrojo. Es un recorrido a través de esta cooperativa del Priorat para hacer con los niños, para que aprendan sobre su historia, y vean cómo se elabora el vino mientras descifran una serie de enigmas con premio final.

El 'escape room' organizado en el Celler Masroig

Que el humor no falte en la mesa

Otras iniciativas hacen hincapié en el carácter lúdico del vino, como hacen los hermanos Virgilio. Han creado el vino Xitxarel·lo, un xarel·lo DO Penedès con más de 70 insultos y tacos en catalán en la botella (tabalote, galifardeo, desvirga gallinas...). Tenía de hermano El Cabronet, un vino tinto que han tenido que dejar de hacer por la sequía. También han ideado el vermut El Bandarra, con el que quieren hacer frente a la cerveza, y del acto de hacer el vermut han hecho un juego con el pack Vermunova. Además, tienen la ratafía La Hostia, con la que aspiran a frenar el auge del licor alemán Jägermeister entre los jóvenes. Con todo ello quieren atraer a nuevos consumidores, sin hablarles del terroir ni de otros tecnicismos. "El 99,9% lo que pretende cuando abre una botella de vino es socializar y pasarlo bien con su familia, amigos o quien sea", asevera Àlex Virgili, y reivindica que lo fomentan con humor: "Por encima de todo , el humor salva a la humanidad".

El 'siete' de Vermunova

Conversaciones para intimar tomando una copa

Para favorecer a la socialización también nació Round Table. Son dos vinos, un blanco aromático de gewürztraminer, sauvignon blanco y muscado (DO Penedès) y un tinto con coupage clásico de garnacha y cariñena (DO Montsant). Se distinguen por proponer un tema de debate, que se revela rascando el círculo rojo de la etiqueta y que no deja indiferente. Martí Cirera quiere contribuir así a quitar el "miedo" al vino reivindicando su dimensión social. "Al final sirve para juntarnos, hablar, tener conversaciones...", subraya. Empezaron sugiriendo temas más serios, como Trump o el precio del alquiler, pero se han decantado por quienes más pueden animar una conversación. Rascando dos botellas nos aparecen "bisexualidad" y "cagadas memorables".

Un juego de mesa y uno para oler

Hay propuestas con un afán más didáctico, como el juego de mesa La Viña, del grupo editorial Devir. Lo creó el riojano José Ramón Palacios en el 2019, cuando los que había de vino eran complejos o no estaban en castellano. Para jugar en La Viña, que ha llegado hasta Corea del Sur, basta saber que "las uvas deben vendimiarse y luego procesarlas en la bodega", relata Palacios. Es un juego de cartas que simula un viñedo y se debe vendimiar con unos muñecos para llevar la uva hasta la bodega. Además, Pinord tiene los vinos Diorama, proyecto de Mireia Tetas, nueva generación de esta bodega originaria del Penedès. Son monovarietales –ahora de garnacha blanca, tinta, chardonnay y syrah– y hacen estuches con aromas para ayudar a detectarlas. Tetas sostiene que el sector vinícola debería promover más "todo lo que haga que el consumidor interactúe con el vino y se sienta implicado".

El juego Round Table

En abril, actividades mil

El estallido enoturístico primaveral a pie de viñedo ha comenzado con el festival Vívid, que hasta el 4 de mayo ha programado unas sesenta actividades en la Costa Brava, entre las que se hace valer el papel de las mujeres en el vino ampurdanés. A estas alturas todavía se puede disfrutar de rutas y desayunos de tenedor entre viñedos, maridajes con productos del territorio o con música en directo y propuestas en familia. Además, del 18 al 22 de abril llega la Primavera de la DO Terra Alta, con Batea de epicentro: acoge la muestra de vinos de la denominación de origen terralte y la segunda edición del Cruïlla DO Terra Alta, con Oques Grasses , Gertrudis, Higo Flawas y El Pony Menut.

El Penedès, un activo epicentro enoturístico

En Avinyonet del Penedès se celebra el Microvi hasta el 25 de mayo, con actividades como la cata de las pequeñas bodegas o de la variedad sumoll, visitas teatralizadas al yacimiento ibérico de la Font de la Canya –referente de la historia del vino en Cataluña– o Visexual, una cata con lectura de relatos y poemas eróticos. Uno de los momentos álgidos en el Penedès se vivirá el fin de semana del 3 al 5 de mayo, cuando se hará el Ressons Penedès by Cruïlla, que también lleva el sello del festival barcelonés. Actuarán una treintena de artistas en las calles y plazas de 13 municipios y en 10 bodegas. Los cabezas de cartel son La Pegatina, Ladilla Rusa, The Tyets y Mushkaa.

El concierto en la cava Oriol Rossell en el Ressons Penedès del año pasado

La imperdible feria de los vinos del Priorat

El fin de semana del 3 al 5 de mayo también hay una de las citas más esperadas del año para los amantes del vino: la 29ª Feria del Vino de Falset, en la que se pueden degustar los vinos de 71 bodegas de la DOQ Priorat y la DO Montsant. Ya se ha abierto la venta anticipada de tickets para la feria, que también acogerá actuaciones musicales, y en paralelo se organizan catas de renombre (como la de cariñenas de Porrera, la Cata con Lobos de Gratallops, la de las Minas de Bellmunt, el de Cal Compte o el de brisatos de La Bacchanal), mientras que del 6 al 31 de mayo se harán en bodegas.

El ritmo no afloja el resto de mayo y junio

El frenesí enoturístico de mayo prosigue con la Primavera del Cava, que del 4 al 26 de mayo ofrece propuestas en 16 bodegas del Alt Penedès, Alt Camp, Maresme, Anoia y Conca de Barberà. El 11 de mayo estaba previsto el Som Rosats, el primer festival de Cataluña dedicado a los vinos rosados ​​y que debía acoger la bodega Rendé Masdéu de la Espluga de Francolí (Conca de Barberà), pero finalmente ha quedado aplazado y por ahora se desconoce su nueva fecha. Y el 18 y 19 de mayo se celebra Raíces de Vino en Sant Martí d'Empúries, una feria profesional abierta a todo el mundo con el foco puesto en el vino DO Empordà. Ya de cara a junio, por ahora están confirmadas citas que tendrán lugar durante el fin de semana del 1 y el 2: en el Penedès, la Fiesta de la Floración de la Carretera del Vino en la bodega Rovellats de Sant Martí Sarroca y la feria Vinos Rebeldes de mínima intervención en Vilafranca. En Barcelona, ​​se hará Vins a la Vila en la calle Verdi.

El hedonismo es inherente al vino

El experto en enoturismo Lluís Tolosa constata que "tanto el vino como el enoturismo han buscado formas más innovadoras, informales y lúdicas de relacionarse con el público en general", y vaticina que "la tendencia irá a más", con las posibilidades que brindan innovaciones como la realidad virtual. En su opinión, en el turismo del vino convivirán propuestas tradicionales con otras más modernas y "algunos cambios revolucionarios y transgresores", pero opina que no debe perderse de vista que el vino está fundamentalmente relacionado con un estilo de vida hedonista : "Creo más en una copa de vino viendo una puesta de sol, con vistas al mar y música chill-out que impartiendo catas formales con análisis visual, olfativo y gustativo".

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