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El vino que recuerda los diez kilómetros que caminaba un estudiante para ir a la escuela

El viticultor Josep Grau lo elabora en una finca de la DO Montsant que estaba abandonada desde 1947

Josep Grau, en bodega con una racimo de uva vendimiada
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Se llama El Paso del Estudiante, cuesta 38 euros y el viticultor Josep Grau lo ha elaborado con garnacha peluda, cariñena y garnacha blanca en una finca que estaba abandonada desde hacía más de 75 años, así que el bosque se había hecho suyo el sitio. “La finca se remonta al siglo XIX, y está escrita la expresión "El paso del estudiante", que explica la historia popular que se refiere a un niño que pasaba allí mientras se trasladaba desde la Sierra de Almos hasta a Capçanes para ir a la escuela”. Es decir, andaba más de cinco kilómetros a pie. “¡El interés que debía tener por hacerlo cada día!”, explica Josep Grau. Lo hace en una cata de vinos que ha tenido lugar en el restaurante Coure y en el que ha presentado gran parte de los vinos que le han dado reconocimiento entre sumilleres, prescriptores y amantes del vino.

El Paso del Estudiante (DO Montsant), la novedad de la bodega Josep Grau.

Hace veinte años que Josep Grau llegó al Montsant cuando dejó la profesión a la que se dedicaba, ligada a las finanzas, para hacer vinos. Todo empezó con un viñedo en Capçanes, y actualmente tiene dos bodegas, una dentro de la DO Montsant y otra en la DOQ Priorat, en Gratallops, entre las que sólo hay que recorrer nueve kilómetros, “lo que es una suerte porque en pocos minutos me traslado de un sitio a otro”, dice Josep Grau.

Según explica el viticultor, al llegar al Montsant en el 2003 perseguía la idea de hacer un vino de la variedad garnacha. Y salió adelante, hizo trescientas botellas “sin ningún espíritu comercial, sólo para hacerme pasar la pasión y meter lo que había estudiado a horas libres”. A partir de ahí, un vino llevó al otro. Concretamente, a un total de ocho elaborados en la DO Montsant y otros dos dentro de la DOQ Priorat, que son dos vinos de villa: el Carenes, hecho con garnacha blanca, macabeo y taladrado blanco (una rareza, esta última, como a variedad) y el Pedrabona, con una mitad de garnacha y otra cariñena.

La finca el Paso del Estudiante

La filosofía de los diez vinos que elabora Josep Grau está ligada a un hilo claro: son limpios en nariz, anchos en boca y muy golosos. “He intentado conseguir un equilibrio en las graduaciones alcohólicas tocando los vinos lo menos posible”, señala Josep Grau, y amplía que la precisión ecológica en una bodega significa tener calidad en todos los pasos de la elaboración, desde la uva hasta la elección de la madera de guarda, que en el caso de Josep Grau son foudres provenientes de Austria, de la empresa Stockinger.

Sobre la novedad El Paso del Estudiante, el viñedo que ha ganado terreno en el bosque está situado en una altitud de 325 m, mirando al norte, y se trata de una finca de cuatro hectáreas que adquirió Josep Grau en 2000. “ La buena noticia ha sido que hemos encontrado un acuífero subterráneo, y todo ello nos ha animado a recuperar un espacio que en 1947 estaba plantado de viñedos y olivos, los dos cultivos de subsistencia en la zona”. Cultivar el viñedo para elaborar el nuevo vino también significa “recuperar un patrimonio que se perdía”, comido por el bosque, con todo lo que supone, como se ha demostrado en los últimos incendios ocurridos en la comarca, donde los viñedos han hecho el papel de cortafuegos.

"La DO Montsant es como el hermano pobre del Priorat, y seguramente son muchos los que trasladan esta percepción a los vinos que se elaboran", dice Josep Grau. El maître del restaurante Oria, dentro de Monument Hotel Barcelona, ​​Zoltan Nagy, asegura por su parte que los vinos de Josep Grau "son garantía de calidad, que siempre gustan cuando los proponemos a los comensales, y por eso los tenemos a la carta" . Hay otro hecho indiscutible de la competitividad de los vinos de Josep Grau, que es su precio. Gran parte se mueven entre treinta y cuarenta euros, “cuando por su calidad podría venderlos a un precio más alto, mucho más alto”, afirma el maître Zoltan Nagy.

Florens y el pájaro

Para continuar, Josep Grau también ha recordado los vinos emblema, como Regina, un rosado dedicado a su mujer y una reivindicación de la buena calidad de los vinos rosados, que se han considerado los hermanos pobres de los blancos y tintos. "En una visita a la Champaña con mi mujer, durante la cual probamos rosados ​​muy buenos, ella misma me dijo que por qué no hacía uno". Y así se inició la historia de Regina, que elabora desde el 2014 con un color que consigue con una prensada de las uvas de ocho horas. Otros vinos significativos son La Florens, en recuerdo de su madre Florentina, y con un storytelling detrás que deja cautivado a todo el mundo cada vez que Josep lo cuenta. “Mi madre accedió a trasladarse a Barcelona con mi padre con tal de tener un pájaro en una jaula. El padre dijo que vale, pero que cuando muriera, ya no tendrían otro. El pájaro nunca murió. Duró cincuenta y tres años”, relata, risueño, Josep Grau, quien comenta la sabiduría de su madre ligada con un carácter sin estridencias, “que no gritaba”. El pájaro fue cambiando sin que el padre se diera cuenta nunca. El vino en homenaje es fino y elegante, un monovarietal de garnacha, que en la etiqueta muestra un pájaro y un nombre que reproduce la misma caligrafía de la madre.

La novedad final ligada con la familia es que Berta Grau, una de las hijas de Josep Grau, se ha lanzado a hacer vinos desde el 2022. Ha sacado dos al mercado, uno blanco y uno tinto y ambos bajo el nombre de Volador, elaborados con garnacha. "Vinos ágiles con poca complejidad", según afirma el padre, con los que la hija comienza a introducirse en la elaboración.

Por último, sobre la sequía que acosa a las dos denominaciones de origen, Josep Grau prefiere no hablar de ello, porque “tenemos una gran añada a pesar de que hemos vendimiado menos uvas”. La del 2024 es, pues, una gran añada que dará buenos vinos, y que "permite que en las dos denominaciones de origen sea el momento de compartir conocimiento, de generosidad y que nadie se quede atrás", concluye Josep Grau.

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