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Cristina Clemente: "Cuando tenía 14 años pensaban que tenía un tumor en la cabeza"

Estudió la ESO piloto y desde pequeña ha jugado con sus padres y su hermano en inventar historias y personajes aunque antes de estudiar en el Institut del Teatre hizo el bachillerato científico porque era muy buena en matemáticas

Cristina Clemente de pequeña
03/04/2025
3 min
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Cristina Clemente (Barcelona, ​​1977) es dramaturga. Tiene dos obras en cartel, Laponia, en el Teatre Condal, y Mujeres de radio, en La Villarroel. Ambas hasta el 11 de mayo.

Ha vivido y vive en el barrio del Baix Guinardó, en Barcelona. "Me siento mucho del barrio". Fue a la escuela Font d'en Fargues. "Era un centro piloto. Hice ESO cuando aún nadie lo hacía de mi edad". Le gustaba mucho, "porque no decíamos señorita a la maestra y era mucho más moderna que otras escuelas".

El teatro llegó cuando tenía seis años. "En el Baix Guinardó estaba la Penya Pots, un lugar muy barrio que montaban obras de teatro, todo muy casero. Lo organizaba Montse, que, de hecho, era mi canguro. Yo creo que ella tenía unos 18 años y ni cobraba. Íbamos todos los niños del barrio que no teníamos dónde ir de fin de semana". Pero cuando le preguntaban qué quería ser de mayor decía: "Carnicera". "Porque me encantaba cuando veía la carnicera cogiendo los hígados y todo esto. Mucho goreMontse tuvo un papel importante en su niñez. Tenía hermanos pequeños, sobrinos y nos juntaba a todos. Un día nos llevó al cine. Recogió monedas de casa a los padres y cuando llegamos nos faltaba dinero para entrar. Y me dijo: «Cris, llora». Y yo me puse a llorar y nos dejaron pasar. Debía tener unos tres años. Ahora somos amigas".

Cristina Clemente.

Tiene un hermano un año y medio mayor. "Los domingos hacíamos obras de teatro en casa para los padres". Les gustaba inventar historias. "Cuando tenía 13 años, mi padre logró comprarse un coche, un Citroën X, el más barato del mercado. Y fuimos de viaje a París. Durante todo el trayecto, mi madre y yo nos inventamos unos personajes. Estuvimos todo el camino inventando y lo interpretábamos".

De padres trabajadores. "Mi padre era contable y mi madre ha pasado por todos los trabajos del mundo. Era dependienta de una tienda y más tarde se sacó el título de auxiliar de clínica". Quizá de ahí, tantos personajes. "Mi madre me ha inculcado la obsesión por trabajar. Y, de hecho, yo también hago muchos trabajos diferentes. Supongo que por haber pasado por no tener dinero. El miedo abre muchos frentes".

El gusano del teatro

"A los 13 años me apunté en el Timbal y ya empecé a hacer más teatro". Pero todavía no pensaba en dedicarse a ello. "Hice el bachillerato de ciencias porque era muy buena en victimas, pero me cambié los últimos tres meses a letras, porque ya veía clarísimo que no quería hacer ciencias. Empecé la carrera de filología, y después ya me cambié en el Institut del Teatre". A sus 18 años descubre la escritura teatral. "Iba a unos cursos de interpretación de Txiki Berraondo y hacíamos improvisaciones, y ella me dijo, yo creo que tú deberías escribir. Y entonces me apunté a unos cursos de dramaturgia en Beckett y descubrí un mundo".

A Laponia, habla de Papá Noel. "Nosotros éramos de Reyes, mucho. En mi casa siempre ha sido, incluso ahora, el día más importante del año. Encima de que éramos pobres, no teníamos familia. Mis padres son hijos únicos los dos. Y el día de Navidad era un día normal. Pero el día de Reyes nos compraban muchas cosas". Y mamá continúa la magia con los nietos. "Un año colgó los regalos en el techo de casa".

Mujeres de radio habla del cáncer. "Cuando tenía 14 años estuve ingresada dos meses en el hospital porque pensaban que tenía un tumor en la cabeza. Finalmente, no era nada, es una malformación que tengo, pero me lo estuvieron mirando mucho. En estos meses tenía al lado a una niña con cáncer y nos hicimos amigas ya mí me impresionaba mucho." La madre se inventó una historia para que ella no sufriera. "Me explicó que yo estaba ahí porque tenía un problema hormonal. Yo era muy masculina, jugaba a fútbol y pensaba, claro, por eso me gustan más las cosas de chicos". De ella le viene la vena teatral. "La madre teatraliza mucho cuando cuenta historias".

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