El consultorio

¿Qué hay detrás de un niño demasiado obediente?

Es un buen síntoma que las criaturas se cuestionen las normas siempre que lo hagan sin agresividad

Unos niños poniendo platos en el lavavajillas
18/02/2023
3 min

Barcelona"El niño o el adolescente que preocupa más a los psicólogos es el que es asintomático, el que nunca cuestiona nada y es obediente a todo". La afirmación es de Sylvie Pérez, profesora de los estudios de psicología y ciencias de la educación de la UOC. Aunque se tiene tendencia a asociar que un niño que se lleva bien es el que obedece y viceversa, según la docente, no es hasta los 12 años cuando un menor asocia correctamente los conceptos del bien y el mal.

¿Entonces por qué obedecen a los niños?

"Lo hacen respondiendo al método de castigo y recompensa", dice Pérez, quien añade que hacen las cosas para evitar castigos o recibir premios. Lo habitual es que el adulto dicte una serie de pautas que el niño debe aceptar, pero hay menores que no obedecen porque se cuestionan estas normas y preguntas. "Si lo hacen sin agresividad, es un buen síntoma", deja claro la experta Pérez.

Consecuencias de un exceso de autoridad

El exceso de autoridad por parte de los mayores puede marcar al adulto que la criatura será algún día. "De forma general, más de la mitad de los problemas psicológicos del adulto comienzan en la infancia y la adolescencia", explica Paula Morales, también profesora de los estudios de psicología y ciencias de la educación de la UOC. De ahí que un niño demasiado obediente llegue a preocupar a los psicólogos: "Tiene que ver con un exceso de contención que en algún momento estallará", dice Pérez.

¿Pero qué pasa si hay una desobediencia sistemática en la norma?

Existen diferentes factores que pueden influir en este tipo de desobediencia, como elementos genéticos, neuropsicológicos, el estilo educativo familiar por poca supervisión o exceso de control, el estrés o problemas psicológicos de los adultos, entre otros. "Además, no debemos olvidar el entorno social, el barrio o la escuela, donde se suele aprender a través de los modelos predominantes", aseguran las expertas. Según Morales, la desobediencia del niño es sólo lo que vemos, pero debajo está la parte más importante: las causas que le han motivado, los elementos que le han hecho llegar a este estado. "Pensamos en qué hay debajo: ¿lo han encasillado en la escuela? ¿Hay algo que dificulta su bienestar? En este sentido, los padres debemos actuar como detectives y buscar pistas que nos permitan completar el puzzle", puntualiza.

Debe permitirse que se cuestionen la norma

Si bien existen límites que un menor, sea de la edad que sea, no debe traspasar nunca, "hay normas o pactos en la convivencia diaria que deben poder ser cuestionados por parte de los niños", aclara Pérez. Hay que darles –añade– la oportunidad de que manifiesten su voluntad y de validar si lo que dicen es aceptable o no. También recomienda "no centrar la conversación en si se han llevado mejor o peor, sino en los hechos: "¡Cómo has comido bien!", "está muy bien que hayas jugado con los abuelos!" "Porque llevarse bien o mal es un juicio moral de los adultos, pero jugar con los abuelos es positivo, aunque no responda al buen o mal comportamiento", añade.

Pasar tiempo con los niños y prestar atención a sus necesidades es esencial. Asimismo, según Morales, es importante dedicar este tiempo a escucharlos, a tener en cuenta sus opiniones. Los recursos emocionales y comunicativos de los padres son esenciales para educar a niños que, en lugar de obedecer sin más, sientan que los adultos confían en ellos. "Serán personas más autónomas y que mejor gestionarán sus emociones", concluye la experta.

stats