La costumbre de hacer sexo con una cortina
Sayaka Murata hace, en 'La ceremonia', una defensa enconada de las personas que no encajan en una sociedad llena de normas prefijadas, a menudo estúpidas


'La ceremonia'
- Sayaka Murata
- Editorial Empúries / Duomo
- Traducción Agnès Pérez Massegú
- 288 páginas / 18 euros
En La ceremonia, Sayaka Murata (Inzai, 1979), una de las escritoras más interesantes del panorama narrativo japonés, ha decidido reflexionar sobre el concepto de normalidad. Humor y fantasía se combinan en una escritora empeñada en defender la diferencia, a las personas que no encajan en una sociedad llena de normas prefijadas, a menudo estúpidas. Temas como la familia, la amistad, el sexo, la soledad o el egoísmo planean por los cuentos de la autora del bestseller La chica de la tienda 24 horas (2016), motivos que analiza desde una mirada teñida de extrañeza y grotesco.
Estamos ante doce ceremonias o rituales de vida cotidianos escrutados desde un punto de vista oscuro: la comida, el sexo, la muerte, las relaciones, el poder, etc. En palabras de Jordi Nopca en el prólogo de esta edición: "A grandes rasgos, La ceremonia es un libro donde Sayaka Murata cuestiona una vez más el sentido y la finalidad de muchas relaciones de pareja, expande los hábitos alimentarios de sus personajes [...] y da una segunda vida al ser humano". Porque, en el fondo, la normalidad como afirma Murata, no es sino un tipo de locura.
En todos los cuentos de La ceremonia, la autora es observadora y tiene visión de altura, un mecanismo narrativo que también caracteriza la obra de Valle-Inclán. En el caso de Murata, encontramos adolescentes que adoptan empresarios como mascotas, ropa hecha con tejidos humanos, ceremonias funerarias que acaban con canibalismo o la costumbre de hacer sexo con una cortina... unas tramas que, de entrada, pueden parecer surrealistas o propias de una ciencia ficción escada costumbre y el horror. Una absurdidad que deberíamos adoptar como normal, propia de la absurda condición humana.
Incomodar, ésta es la principal función del art. Sayaka Murata pretende incomodar al lector para que se dé cuenta de las presiones y expectativas sociales que se ejercen hacia las mujeres, sobre todo en entornos románticos, laborales y familiares. Lo hace desde una mirada asexual, lo que desestima cualquier juicio de género. El instinto no existe, la moral —una mera construcción, como el lenguaje o los rituales— no existe, repite la autora. El cuento que da título al libro, por ejemplo, está ambientado en un futuro indeterminado, cuando la sociedad ya está a la deriva y comer carne humana ha pasado de ser un tabú a un ritual social común. Los funerales se llaman ceremonia de la vida y los asistentes se comen la carne del difunto: "Su marido es delicioso, señora Nakao [...] Es una tradición de lo más bonita, ¿no encuentra? Consumimos vida, creamos nueva...", dice uno de los invitados a un funeral. El sexo, a su vez, ya no es un acto sucio e íntimo, sino que se practica a la intemperie.
La capacidad de Murata para combinar humor negro con temáticas profundas y serias crea un interesante contraste que mantiene la atención del lector. La ceremonia puede entenderse como una metáfora de las restricciones sociales y las convenciones que los individuos debemos superar para encontrar nuestra verdadera identidad, por poco normal que sea. De ahí que Murata construya personajes femeninos víctimas del aislamiento social o emocional que luchan entre la persistencia y la conformidad.