Conxita Badia, "la música hecha mujer"
La Generalitat homenajea a la soprano catalana, en conmemoración al 50 aniversario de su muerte

BarcelonaConxita Badia i Millàs (Barcelona, 1897-Barcelona 1975) fue una de las sopranos catalanas más relevantes del siglo XX y una "primerísima figura de la canción", según el escritor Joan Alavedra. Discípulo de Enric Granados, Pau Casals y Manuel de Falla, su voz y la profunda pasión por la música, pero también su carácter soñador, cautivó a todos. "Era la música hecha mujer", dijo una vez el compositor Narcís Bonet. "Tenía unamanera especial de dir les paraules, de fer-te sentir la música", recorda Montserrat Bonet, neta de la soprano. Tanmateix, la interrupció de la seva carrera per la guerra i l'exili, el seu caràcter discret i el fet de ser dona, van enterrar en l'oblit la figura i llegat de Badia, que ara recupera la Generalitat en l'Any de Conxita Badia, mig segle després de la mort de la soprano.
Conxita Badia va començar la formació musical a una escola de barri on ràpidament van detectar el seu talent. "Era una nena prodigi i de seguida la van enviar a l'Acadèmia Granados", diu Mireia Domènech, besneta de Badia i comissària de l'Any Conxita Badia. Allà va conèixer el seu primer mestre, Enric Granados, que va descobrir-la en un examen de solfeig i la va convertir en intèrpret de les seves cançons. El 1913, amb setze anys, Badia va actuar per primera vegada al Palau de la Música Catalana fent de Noia Flor en la ópera Parsifal de Wagner. Ese mismo año, también estrenó Canciones amatorias, obra de Granados que contenía un par de canciones dedicadas a ella. Pero en 1916, Badia se quedó sin maestro cuando el matrimonio Granados murió trágicamente en un barco que fue torpedeado por un submarino alemán, en el contexto de la Primera Guerra Mundial.
Los años treinta llegaron con el estallido musical en Barcelona y una época dorada para Badia, que junto a su segundo maestro, Pau Casals, y su orquesta dieron muchos conciertos. "Con Casals, Conxita descubre los grandes oratorios alemanes —explica Domènech—. Su dicción y una gran capacidad de adaptación a todos los estilos musicales la hacían muy especial". Tanto era así, que cuando actuó en el Festival de Viena con Robert Gerhard cantando Seis canciones populares catalanas, recibió la admiración de grandes compositores como Strauss y Schönberg, que le llamaban "la Vienesa de Barcelona". Badia se convirtió en musa de los mejores músicos y poetas contemporáneos, como Gerhard, Eduard Toldrà, Juan Lamote de Grignon, Frederic Mompou, Apel·les Mestres, Tomàs Garcés y Ventura Gassol, que le dedicaban canciones y ofrecían sus obras. "Todo lo que he escrito para voz de soprano ha sido pensando en ti. Todo, pues, te pertenece", escribió Casals en Badia. Desgraciadamente, el bullicio cultural que vivía el país terminó en julio de 1936 a causa del levantamiento militar.
Embajadora de la cultura catalana
"Badia se marcha a París a llevar la canción catalana a Francia por encargo de la Generalitat —apunta Domènech—. Esta misión de embajadora de la cultura de Catalunya no se conoce". A raíz de la tensión creciente de la guerra civil, en febrero de 1937 Bahía y las tres hijas se marcharon a Francia, donde dio los conciertos ¡Por la República!, por las exposiciones de arte románico catalán organizadas por el consejero Ventura Gassol. "Se sentía tanto del país hasta el punto de exportar los valores de la república en un momento de preguerra europea y dejándolo todo atrás", constata Domènech. Lejos de detener la actividad, en aquella época la soprano dio conciertos en toda Europa que le valieron el elogio de la crítica. La soprano rodeaba por el mundo sola con sus hijas —el marido estaba en Brasil—; sin embargo, se encontró con una comunidad de músicos que la sostuvieron. "La red de músicos se convirtió en su gran familia —dice Domènech—. Su carácter encantador y apasionado también le ayudó". En mayo de 1938 y cerca de la Segunda Guerra Mundial, Badia pudo marcharse de gira a Brasil y reunirse con su esposo.
En mayo de 1938 se estrenó en el Teatro Cervantes de Buenos Aires, y enseguida se convirtió en una estrella en Sudamérica. Argentina vivía un buen momento cultural y Badia se mudó con su familia. Allí se reencontró con su tercer maestro, Manuel de Falla, y otros artistas exiliados de la guerra civil, como Jaime Pahissa, Ortega y Gasset, Rafael Albertí, Paco Aguilar y Margarida Xirgu. Durante este período Badia colaboró mucho con De Falla y actuó a menudo en la radio, haciendo un papel activo de difusión de la música catalana. Pero en 1946 decidió regresar a Barcelona por la añoranza, noticia que entristeció a De Falla, que murió dos días después de su partida. "Tenían una relación paternofilial hasta el punto de que ella fue la última en verlo antes de que muriera", explica Domènech.
"Tenía la necesidad de la familia y quizá por eso no hizo una carrera internacional de éxito como otras, porque necesitaba volver, tener a los amigos cerca", reflexiona Montserrat Bonet. Cuando Badia llegó a Barcelona se la encontró muy cambiada y no fue hasta un año más tarde cuando volvió a actuar con La rosa en los labios, obra ganadora del premio Albéniz en 1936 que le había dedicado Eduard Toldrà y que no había podido estrenarse por la guerra.
En esta etapa la soprano fue maestra de grandes voces como la de Montserrat Caballé e hizo de puente cultural. "Barcelona se convirtió en un hub de talento y venía gente de todo el mundo para estudiar con ella. En época de franquismo esto es extraordinario", dice Domènech. "Era muy acogedora y siempre había alumnos en casa que a menudo invitaba a comer", recuerda Mariona Agustí, hija de la soprano. Badia murió el 2 de mayo de 1975 en Barcelona. "Tenemos la suerte de tener su recuerdo, y eso te llena. Todos esos recuerdos de una persona tan vital", expresa Agustí.
El Año Conxita Badia
Coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de la soprano, la Generalitat organiza el Año Conxita Badia, una conmemoración del legado de la soprano y su trabajo como embajadora de la música catalana. Mireia Domènech, comisaria del evento y bisnieta de la cantante, reivindica la importancia de Badia porque "muy a menudo cuando se habla de grandes nombres de la música se habla de hombres"; y añade que "quizás ya es hora de que un personaje que hizo tanto para la música catalana y también de puente cultural se dé a conocer".
El programa quiere realizar una tarea de difusión, digitalización, investigación y divulgación en torno a su figura y obra, a la vez que también quiere establecer diálogos con la contemporaneidad. La conmemoración será de mayo de 2025 hasta mayo de 2026 y tendrá un programa con diferentes actos, actividades y conciertos que se harán dentro y fuera de Cataluña. La inauguración será el 12 de mayo en la Academia Marshall, con motivo del vínculo con Granados y Alícia de Larrocha. Además, Badia será la protagonista de la Feria del Modernismo, del 23 al 25 de mayo.