Patrimoni

Patrimonio catalán en peligro

Murales, iglesias, palacios, murallas y fábricas en estado ruinoso en todo el país

Castillo de la Popa y Palacio de Alfarràs
6 min

BarcelonaEs imposible conservar todo el patrimonio que ha repartido por todo el país. Tan solo en los Pirineos hay centenares de iglesias y ermitas que llevan años que están cerradas. Aun así, hay imponentes castillos, pinturas murales, grafitis medievales, importantes edificios industriales y murallas que explican buena parte de la historia de Catalunya y que están en peligro de desaparecer porque llevan años abandonados. Muchos de ellos están protegidos por la ley patrimonial y, por lo tanto, tendrían que ser conservados por sus propietarios o titulares. Siempre, sin embargo, falta presupuesto.

1.
Castillo de la Popa

La rápida decadencia del castillo medieval de Castellcir

Castell de la Popa

El castillo de Castellcir (Moianès), conocido popularmente como el castillo de la Popa, por su silueta, que emerge de la roca como un barco navegando en el horizonte, se ha degradado mucho en las últimas décadas. Está documentado desde el siglo XI y durante siglos se mantuvo en muy buen estado, pero a mediados del siglo XX empezó una rápida decadencia hasta acabar en un estado ruinoso. "Su estado es catastrófico. Ha perdido todas las cubiertas y los pisos interiores, exceptuando la bóveda de la torre principal y de la capilla", según detalla la Lista Roja de Hispania Nostra, una herramienta de participación social creada para dar a conocer el patrimonio en peligro. Hace muchos y muchos años que no se hace ninguna intervención y las murallas están prácticamente derribadas. Si no fuera porque es destino habitual de muchos excursionistas, la vegetación habría acabado por hacerlo inexpugnable.

"Hay muestras de deterioro propias del abandono, que requieren una intervención de consolidación", asegura la Diputación de Barcelona en su web de patrimonio. Son muchos los gritos de alerta, pero de momento no se hace nada. La Generalitat admite que hace años que no se interviene. Está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional y en sus orígenes pertenecía a la familia Castellcir. Escenario de diferentes disputas entre señores feudales, en 1294 fue asaltado por las tropas de Jaime el Justo, y pasó por diferentes familias hasta acabar siendo posesión, en 1383, de los Planella, una alcurnia que lo mantuvo hasta1942. Aquel año lo vendieron a Enric Torelló i Cendra.

2.
Las pinturas de la Iglesia Vieja de Miravet

Sin financiación para restaurar un conjunto único de pinturas barrocas

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Miravet es famoso por su castillo templario, que hasta 1990 estuvo en manos privadas. Aquel año los propietarios del castillo lo dieron a la Generalitat, que lo declaró Bien Cultural de Interés Nacional. Desde hace años, el Govern le ha destinado diferentes partidas presupuestarias: la última, anunciada en marzo, es de 1,3 millones de euros. Cerca, y asentada sobre una mezquita, hay una iglesia construida en el siglo XVI por la Orden del Hospital que no ha tenido la misma suerte. Fue decorada con pinturas barrocas en el siglo XVIII, pero estas, que ocupan buena parte de las paredes, se han ido degradando mucho y están desapareciendo por falta de mantenimiento. Se considera un conjunto importante y bastante único en las Terres de l'Ebeo, donde la Guerra Civil arrasó buena parte del patrimonio. La fecha 1731 pintada coronando el ábside es un testigo que hoy prácticamente solo se puede apreciar en fotos antiguas. El año pasado el Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya hizo un estudio según el cual, para restaurar las pinturas, se necesitaba un presupuesto de 27.000 euros. "La Generalitat nos dijo que solo podía aportar 8.000 y nosotros, como consistorio, no tenemos suficiente dinero para aportar el resto. Hemos pedido ayuda a la Diputación de Tarragona, pero hasta octubre no sabremos si podemos tener subvención o no. De momento, hemos tenido que renunciar a restaurar las pinturas", lamenta el alcalde de Miravet, Antonio Llambrich.

3.
La muralla islámica del Plan de Almatà de Balaguer

Un gran tesoro islámico por descubrir y en peligro de desaparecer

Muralla del Pla d'Almatà de Balaguer

"Las murallas peligran. Cada vez que llueve cae un sillar, y con los fenómenos meteorológicos extremos que vivimos últimamente su deterioro será todavía más rápido", dice Carme Alòs, directora del Museo de la Noguera. El origen de las murallas islámicas del Plan de Almatà, en Balaguer, se remontan al siglo VIII, cuando las tropas árabes y bereberes llegaron a la Península. "Una de nuestras teorías es que originariamente era un campamento militar, porque la intención de árabes y bereberes era avanzar hacia el norte", detalla Alòs. Con el tiempo se convirtió en una ciudad: había mezquita, aljama, castillo señorial (suda), zona residencial, plazas, barrio de alfarerías y una necrópolis que está siendo excavada desde hace cuatro años y de la cual ya se han exhumado 34 tumbas, que están siendo analizadas. Las murallas, únicas en Catalunya porque se utilizó una técnica constructiva mixta en base de tabicado y tapia islámica, protegen un espacio de 27 hectáreas. "El georradar nos dice que todo está ocupado, pero solo hemos podido excavar una pequeñísima parte", explica Alòs. Bajo tierra hay un verdadero tesoro arqueológico. "Entre el 2012 y el 2014 se hicieron pruebas piloto para restaurar la muralla. El proyecto era hacer una rehabilitación integral, pero no se llegó a hacer nunca", lamenta Alòs. 

4.
La Casa dels Lleons de Banyoles

La vida militar de los siglos XIII y XIV en una casa deshabitada

Casa dels Lleons

Los grafitis de la Casa dels Lleons de Banyoles se han conservado durante más de seiscientos años, casi por accidente o casualidad, porque nadie ha hecho nada por que fuera así. Los grafitis más antiguos datan del siglo XIII y son inscripciones grabadas con letra menuda. Entre los siglos XIII y XV se dibujaron escenas de la vida militar como el asalto y defensa de una muralla. Se pueden distinguir tres ballesteros a la muralla, un combatiente en el primer piso de la torre o una máquina de guerra. Entre los siglos XIV y XV, se dibujaron caballeros; todavía ahora se ven las calzas, las lanzas y los zapatos. Hay figuras que van a pie y otros a caballo, y peones, motivos heráldicos y animales, como los impresionantes leones que dan nombre a las pinturas. Son pinturas góticas catalogadas como Bien de Interés Local, si bien se está tramitando que tengan protección por parte de la Generalitat. El Centro de Estudios Comarcales de Banyoles batalla desde que fueron descubiertos, en 2001, para que se protejan. Se trata de un conjunto pictórico bastante singular en Catalunya porque no proviene del mundo religioso o de los grandes palacios, sino de una casa acomodada de la sociedad civil. Actualmente, se encuentran en un edificio, en la plaza del Teatro, que tiene dos propietarios y donde no vive nadie desde hace años. "Prácticamente, no existen decoraciones murales similares conservadas en arquitectura civil en Catalunya –aseguran fuentes del Centro de Estudios Comarcales de Banyoles–. Las pinturas se encuentran estables, muy sucias y con algunas partes tapadas. El tabique que las soporta es estructuralmente débil y presenta grietas preocupantes. Además, entra agua en la sala del lado y haría falta una actuación con urgencia". Pero hay cierta esperanza: "Últimamente, el consistorio está más receptivo y esperamos que se pueda hacer algo. Se podrían arrancar las pinturas o comprar el edificio, hay diferentes opciones, pero todas son muy complicadas", dice Roser Masgrau, del Centro de Estudios Comarcales de Banyoles.

5.
La Tabacalera de Tarragona

Un imponente edificio vacío y con futuro incierto

La Tabacalera

Unos mil obreros y cuatro años fueron necesarios para construir la Tabacalera de Tarragona entre 1923 y 1927. Aun así, la fábrica no pudo abrir hasta junio del 1931. De allí salieron millones y millones de pitillos Bisonte, Ducados, Fortuna o Nobel, hasta que cerró sus puertas en 2003. Es un imponente edificio de 47.200 metros cuadrados de futuro incierto. De propiedad municipal, tenía que ser la nueva sede del Museo Nacional Arqueológico de Tarragona, pero después de las últimas inversiones que el Estado ha hecho en la actual sede, en la Plaça del Rei, esta opción se ha descartado. "Los edificios nobles están cerrados desde hace años y hay un cierto proceso de degradación, con ventanas rotas. Además, ha habido algunos actos de incivismo, pero la estructura está intacta", explica el regidor de Urbanismo de Tarragona, Xavier Puig. "Es una lástima que no se hiciera nada en el momento en que nos dieron las llaves porque entonces estaba en perfecto estado y ahora se tendrán que invertir millones", añade. Unos millones que el consistorio no tiene. "Se tendrán que buscar subvenciones y fondos europeos como los Next Generation y, para pedirlo, primero tenemos que tener un proyecto definido. A nosotros nos gustaría que tuviera diferentes usos culturales y sociales y que acogiera la biblioteca provincial", detalla el regidor. De momento, no hay ningún compromiso por parte del Estado de hacer una biblioteca provincial en Tarragona, pero Puig dice que ellos lo reclaman. Cuando haya actividad, se abrirá al público, que podrá disfrutar de los impresionantes jardines de este patrimonio industrial que se levanta junto al río y en medio de la ciudad.

6.
El Invernadero de la Ciutadella y el Palau Alfarràs de Horta

El Ayuntamiento de Barcelona se ha comprometido a rehabilitar los dos edificios

Palau Alfarràs

El Palau Alfarràs o Palau Desvalls, justo a la entrada del Laberinto de Horta de Barcelona, está desde hace años en estado ruinoso. La familia frecuentó el palacio y los jardines, seguramente en épocas de vacaciones, hasta finales de los sesenta del siglo XX. En una operación entre el Ayuntamiento de Barcelona y la familia Desvalls, la finca fue intercambiada por una gran manzana de propiedad municipal: Diagonal - Pius X - Dr. Ferran y Passeig de Manuel Girona, de 9.245 metros cuadrados. Se han rehabilitado los jardines, pero se ha hecho muy poca cosa en el palacio y en la Torre Soberana, que tiene casi mil años de antigüedad. Tan solo una parte del palacio fue rehabilitada entre 1983 y 1987 para acoger el Centro de Formación del Laberinto, pero el resto se cae a trozos. Después de años de desidia, el Ayuntamiento de Barcelona anunció en enero que se rehabilitaría y se consolidaría la estructura, que sufre una degradación importante, y se arreglarían las fachadas y las soleras. Las obras tendrían que empezar en noviembre y el presupuesto es de 1,4 millones de euros. Este septiembre también tendrían que empezar las obras para recuperar el Invernadero de la Ciutadella, uno de los pocos edificios que se conservan de la Exposición Universal de 1888. Cerrado desde el 2006, está en estado de abandono y el presupuesto para reparar las patologías estructurales que afectan tanto a la nave central, más alta, como las laterales, la nave Picasso y la nave Magnòlies, es de 2 millones de euros.

Más patrimonio en peligro
  • Can el Ardiaca de Tarragona A pocos metros de la catedral de Tarragona, está el que había sido el palacio del ardiaca mayor de Tarragona. Edificado sobre ruinas romanas, se levantó en el siglo XIII y en sus paredes hay pinturas góticas de gran valía relacionadas con la Pascua y la Redención. Después de muchos años cerrado, el Ayuntamiento de Tarragona asegura que el privado que lo tiene en propiedad está a punto de conseguir financiación para pagar los más de 6 millones de euros que costará rehabilitarlo y convertirlo en un hotel "con valor patrimonial".
  • Las Capuchinas de Girona Las Capuchinas de Girona tienen un futuro incierto. Las monjas se trasladaron a este edificio de la calle del Llop en 1618. Como no tenían dinero para levantar un nuevo convento, aprovecharon un edificio medieval que se conoce como Baños Árabes. Se desconoce si esconde bajo tierra vestigios de la Girona romana, de la época tardoantigua, de los carolingios y de toda la época feudal. El convento, que abandonaron las dos últimas monjas en 2017, continúa en manos de la Federación de Clarisas Capuchinas.
  • Castillo de Oroners de Àger El lugar donde está ubicado ya es singular, una cueva a los pies del embalse de Camarasa. Antiguamente, había también una iglesia y un poblado. El castillo está documentado desde el siglo XI y, en su interior, se conserva un importante conjunto de grafitis de principios del siglo XIV; hay caballeros, caballos, bailarines, algunos personajes sueltos y motivos decorativos.
  • Santa Maria de la Clua Santa Maria de la Clua, en el término municipal de Sant Esteve de la Sarga, en el Pallars Jussà, es una iglesia románica de una sola nave en un grave estado de abandono. Sus paredes esconden pinturas románicas todavía por descubrir.
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