El 'factor pelota' en el serial de Dani Olmo
El Barça afronta la semana de la Supercopa de España mientras espera que el CSD sea favorable a su recurso
BarcelonaEl Barça demostró a la Liga la venta de asientos vip del futuro Camp Nou a inversores árabes por unos 100 millones de euros el 3 de enero, pero a día 7 todavía no ha dado ninguna explicación ni detalle a sus socios y seguidores sobre esta majestuosa y polémica operación. De momento, ni rueda de prensa, ni comunicado ni video del presidente Joan Laporta grabado ante las cámaras de Barça One. Silencio. Como el que hubo en el día de Reyes del 2015, cuando Josep Maria Bartomeu acababa de destituir a Andoni Zubizarreta como director deportivo y estaba a punto de convocar elecciones anticipadas para ese verano.
Entonces, la crisis procedía de la sanción de la FIFA sin poder fichar durante dos ventanas de mercado por incumplir reiteradamente la normativa sobre la transferencia de jugadores menores de edad. Pero se agravó con los malos resultados del equipo entrenado por Luis Enrique y la crisis de Anoeta, donde el Barça perdió en el primer partido del año con Neymar, Alves y Messi de inicio en el banquillo, algo que encendió el ánimo del futbolista argentino. La crisis azulgrana había empezado en los despachos, pero no tuvo consecuencias en forma de decisiones hasta que se trasladó al terreno de juego. El partido se jugó el 4 de enero, al día siguiente Bartomeu echó a Zubizarreta y el 7 de enero el presidente comunicó que avanzaba las elecciones.
El factor pelota había vuelto a ser decisivo en Can Barça para marcar el guion de una crisis institucional. Como ahora puede volver a ocurrir. La mezcla entre los eventos que tengan lugar en los despachos y en el terreno de juego a partir de este martes, cuando la junta de Laporta pondrá un recurso en el Consejo Superior de Deportes (CSD), para conseguir la cautelarísima para Dani Olmo y Pau Víctor, marcará el devenir de la gran crisis de Laporta en su segundo mandato. El miércoles, haya ya resuelto o no el CSD el recurso del Barça, el equipo de Hansi Flick disputará ante el Athletic Club la semifinal de la Supercopa de España en Arabia Saudí.
A estas alturas, pese a que desde las fuentes oficiales del club se sigue destilando "optimismo" y se afirma que se ha preparado "una defensa muy firme" para conseguir por la vía judicial la luz verde en las inscripciones, es un escenario más que probable que ni Olmo ni Víctor puedan jugar contra el conjunto vasco. Básicamente, porque la cautelarísima –si fuera otorgada– es una resolución que tiene lugar de forma excepcional y que puede tardar en llegar entre tres y cuatro días. En caso de recibirla el Barça, el CSD podría tardar unos 15 días en hacerla efectiva. Esto dejaría a los dos futbolistas viendo la Supercopa de España desde la grada –como el lesionado Marc Bernal, que también ha querido acompañar al equipo–, pero podrían jugar lo que queda de temporada.
El posible clásico del domingo
En cualquier caso, si el equipo se clasifica para la final de la Supercopa mejoraría la calidad del aire de las oficinas de Aristides Maillol, aunque la chapuza seguirá siendo la misma. Pero si los dos contenciosos salen cruz, el ambiente será prácticamente irrespirable y los movimientos de la oposición, la cual está dejando atrás el modo guerra fría para cambiarlo por el de guerra caliente con la exigencia de dimisión de Laporta y la amenaza de un voto de censura, probablemente se intensificarán. De todas formas, la clasificación para la final solamente daría unos días más de margen a la junta de Laporta. El plato fuerte que marcará el estado de ánimo de la culerada será la probable final de la Supercopa de España del domingo ante el Real Madrid.
Si el CSD vuelve a denegar las peticiones de inscripción del Barça, a la junta de Laporta aún le quedaría la opción de volver por tercera vez a la justicia ordinaria después de que el 27 y el 30 de diciembre ésta ya desestimara sus recursos para que ambos futbolistas catalanes puedan jugar. Llegados a este punto, la tensión puede haberse desbordado. Pese a que Olmo y Víctor de forma pública expresan tranquilidad, en privado tienen la mosca detrás de la oreja y temen un desenlace contrario a sus intereses y a lo que la junta de Laporta les prometió.
El desenlace de la crisis de Bartomeu del 2015, por cierto, finalizó con él arrasando en las elecciones estivales porque los socios del Barça únicamente tuvieron ojos para el triplete que Messi, Luis Suárez y Neymar se encargaron de ganar. Otra vez el factor pelota.