Laporta despide a uno de los últimos símbolos de la era de Bartomeu, el CEO Òscar Grau

BarcelonaJoan Laporta sigue poniendo orden en el Barça para cerrar la etapa de Josep Maria Bartomeu. En una reunión esta mañana con la presencia del vicepresidente Rafa Yuste, la junta directiva ha comunicado al CEO de la entidad, Òscar Grau, que prescinde de sus servicios. Grau ya se lo esperaba, pero ha seguido trabajando hasta hoy como si tuviera que mantenerse en el cargo. "No ha puesto problemas, ha sido estiloso", dicen fuentes del club. Grau fue escogido nuevo CEO del Barça en 2016 y ahora sus funciones las cogerá Ferran Reverter, que todavía es el CEO de Media Markt, un cargo que abandonará en los próximos meses. Él es uno de los nuevos rostros importantes del Barça del futuro.

Grau se ha despedido personalmente de buena parte de la plantilla –entre los cuales el propio Koeman– en la Ciutat Esportiva, después de unas semanas en las que ha ayudado en el traspaso de poderes de la directiva. El ex jugador del Barça de balonmano, que antes también había dirigido las FCB Escoles, ya sabía que su despedida era cuestión de tiempo, tanto por la gestión económica hecha por el club como por su papel en el caso Barçagate. De hecho, es uno de los trabajadores del club que fueron detenidos y tendrá que declarar como imputado en el caso abierto en la justicia social por malversación de fondos. Laporta, sin embargo, prefirió no echarlo de entrada para facilitar el inicio de su mandato, y siguió invitando a Grau a los desplazamientos del club, como a la final de Copa. Además, el nuevo presidente ha querido esperar a los resultados de la auditoría interna sobre el estado del club, en la que se han detectado, según ha avanzado L'Esportiu, que se pidió a algunos futbolistas cambiar de representante antes de fichar por el club. La directiva de Laporta ha constatado también cómo los contratos de buena parte de los deportistas fijan que el sueldo aumenta a partir de la temporada que viene, es decir, cuando Bartomeu ya no estará.

Grau era definido como una persona "tranquila" dentro del club, pero su papel en el caso Barçagate le había ganado enemigos entre los trabajadores, que lo acusaban por haberse posicionado siempre a favor de Bartomeu para tapar el escándalo. De hecho, Grau era partidario de limpiar la ropa sucia en privado. Nacido en Sabadell, hijo de una familia del sector textil, estudió en el Liceo francés primero. Después se licenció en administración y dirección de empresas mientras jugaba en el Barça de balonmano, llegando a ser internacional. De hecho, su camiseta está retirada en el Palau. Antes de entrar en el Barça, Grau formó parte de la precandidatura de los Juegos de invierno de Barcelona de Jordi Hereu, pero fue despedido cuando entró en el consistorio Ada Colau. En 2015, Bartomeu lo fichó para el Barça, primero para estar en las escuelas y después como CEO. A pesar de que había explicado muchas veces que el Barça tenía que ser sostenible, Grau no consiguió frenar la escalada de gastos de la directiva de Bartomeu. Y al final ha acabado cayendo con la anterior junta, convertido en el último símbolo de una época que poco a poco se cierra, dejando deudas como legado.

La despedida de Grau es el último de una larga lista de cambios que se han ido produciendo los últimos meses. También han caído Albert Soler como director de secciones, Xavier de las Moras (seguridad), Román Gómez Ponti (servicios jurídicos), Nacho Rodríguez (mánager del baloncesto), Jordi Joly (director corporativo) y Pere Jansà, exjefe de comunicación que ahora estaba en el área social y que fue despedido el lunes.

Con estos cambios, el nuevo Barça va quedando poco a poco casi del todo definido, con nuevas caras como Mateu Alemany como director deportivo, el vicepresidente económico Eduard Romeu, el nuevo jefe de seguridad proveniente de los Mossos Ferran López y el CEO Ferran Reverter, así como nuevos rostros en el área de marketing como Àlex Barbany y Cinto Ajram. Del legado de Bartomeu, en cambio, cada vez quedan menos supervivientes.