Natación

Una segunda vida para la piscina más bonita de Barcelona

El CN Barcelona remodelará la piscina de la Escullera después de años de abandono

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El acto para despedir la piscina del Rompeolas del CN Barcelona

BarcelonaHace una semana fue un día de reencuentros. Más de 300 exdeportistas del Club Natació Barcelona estaban citados a la histórica piscina de la Escullera para despedirse justo antes de que se inicien las obras para remodelarla. Cinco generaciones diferentes, con nombres tan importantes como Manel Estiarte. "No es un día triste. Recuerdo todo lo que he vivido aquí, en la Escullera, y es bonito saber que tendrá continuidad", decía uno de los mejores jugadores de la historia del waterpolo. Nadadores, saltadores y jugadores, socios y socias, reunidos en una piscina convertida en un pequeño monumento en la historia de la ciudad. "No es solo la competición, mucha gente aprendió a nadar aquí", decía Estiarte. La piscina, centenaria, llevaba años abandonada. Y ahora, dentro de un ambicioso plan para remodelar las instalaciones del CNB, volverá a llenarse de agua.

Inaugurada en 1922, la Escullera fue la segunda piscina del Estado, solo por detrás de la inaugurada en Sabadell el 1918. Sí que fue la primera cubierta y climatitzada de España, un hecho revolucionario que abrió a muchos barceloneses al mundo de la natación. Hasta entonces, para nadar había que saltar al mar, a los balnearios y a las primeras instalaciones que surgieron en el litoral con el nacimiento de una nueva cultura deportiva a finales del siglo XIX. Hasta los años 20, todos los deportes de agua se hacían al mar, como los primeros partidos de waterpolo o la Copa Nadal, que todavía resiste. Los primeros Juegos Olímpicos modernos también se hicieron al mar, como los de Atenas de 1896, o a las aguas del río Sena, en 1900. Con el siglo XX, sin embargo, la tecnología permitió crear las primeras piscinas de competición.

La piscina de la Escullera fue el gran proyecto del CN Barcelona, entidad nacida en 1907 por iniciativa de Bernat Picornell en un encuentro en el Gimnasio Solé, el mismo local donde ocho años antes Joan Gamper había fundado el Barça. El 15 de septiembre de aquel año, 18 valientes habían saltado a las aguas del puerto, en la zona de las golondrinas, en la primera edición de la Copa Solé, una carrera impulsada por Manuel Solé, que la había pensado porque fuera el primer campeonato de España de natación. El éxito de la prueba hizo que el 10 de noviembre de 1907 se fundara el CN Barcelona en la sede del Gimnasio Solé, a tocar de la Rambla, con Manuel Solé como primer vicepresidente y Bernat Picornell, que también era profesor de esgrima y futbolista del Barça, como presidente.

El club consiguió alquilar un local en el rompeolas de Llevant en 1915, y forjó deportistas como los que irían a los Juegos Olímpicos de 1920 en Amberes, con nombres como el nadador Joaquim Cuadrada o el primer equipo estatal olímpico de waterpolo, con Enrique Granados Cal, hijo del compositor, que descubrió el estilo crol al ver a los nadadores norteamericanos practicarlo. En aquellos Juegos, una delegación de la que formaba parte Joan Gamper fue a Amberes para defender una primera candidatura olímpica catalana. Se ponía en marcha una época en que se levantaron un montón de recintos deportivos de todo tipo, como estadios, gimnasios y las primeras piscinas. El proyecto del CN Barcelona fue aprobado en 1920 con un presupuesto de 250.000 pesetas, y se encargó al arquitecto Jaume Mestres i Fossas, que era socio del club y presidente de la Federación Catalana de Natación. Mestres, que había viajado a Amberes con Gamper y compañía en 1920, construyó una piscina entonces aún descubierta, que se inauguró el 17 de abril de 1921 con la presencia del presidente de la Mancomunidad de Catalunya, Josep Puig i Cadafalch. Aquel día se hicieron las primeras carreras y un partido de waterpolo en una piscina que aprovechaba el agua del mar.

La cubierta se terminó en 1924, cuando también se puso en marcha la calefacción que permitía nadar durante todo el año. Fue una revolución. Desde entonces, la piscina de la Escullera ha acogido campeonatos estatales, Juegos del Mediterráneo, finales de waterpolo y todo tipo de competiciones, hasta que cerró en 2003, cuando el CN Barcelona inauguró su nueva piscina en el rompeolas. Ahora, el CN Barcelona la remodelará, dentro de un plan para transformar sus instalaciones. Uno de los usos que tendrá la piscina de la Escullera cuando vuelva a abrir será el salto de trampolín. Para conseguirlo, el CNB ha llegado a un acuerdo con el grupo inversor Green Track. El presupuesto de esta inversión tendrá un coste aproximado de 3 millones de euros. "La Escullera es la catedral de la natación catalana", explica el presidente del club, Bernat Antràs, que admite que el club necesitaba modernizarse. "Ahora lo haremos, con este socio que podrá explotar espacios y aportar el dinero necesario para volver a tener instalaciones de primer nivel". Tal como lo era la Escullera cuando se inauguró, hace más de un siglo. Ahora volverá a tener vida. La historia se continúa escribiendo.

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