Farmacéuticas

Grifols sale indemne del ajuste de la deuda

La farmacéutica asegura que la actualización de las obligaciones financieras no representa "ninguna deuda nueva"

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La sede de Grifols en Sant Cugat del Vallès.

BarcelonaEl termómetro que mide la magnitud de cada episodio de la crisis vivida en Grifols no se ha movido. Y es noticia. Las acciones de la farmacéutica crecían ligeramente hasta media tarde, pero terminaron la sesión de este viernes en negativo, después de que ayer la compañía catalana actualizara la cifra de su deuda, siguiendo las recomendaciones del regulador. ¿Es el fin de las turbulencias?

Una vez cerrada la sesión del jueves, Grifols comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que su deuda neta era de 10.527 millones de euros, lo que suponía un incremento de 1.100 millones y un aumento de el ratio de apalancamiento de dos puntos, que se situaba en 8,4 veces su ebitda (beneficio antes de impuestos, intereses y amortizaciones), respecto a las cuentas de 2023 presentadas hace un mes. El fantasma de Gotham, que había acusado a la compañía de maquillar su deuda, volvía a aparecer.

'Leasings' operativos

Pero la compañía aplacaba las dudas poco después: a última hora del jueves despejaba en otro comunicado que estos 1.100 millones no constituyen una deuda financiera porque están relacionados con los futuros alquileres de los inmuebles de más de 390 centros de donación de plasma en todo el mundo y , por tanto, "no representa ninguna deuda nueva".

"Estos alquileres de bienes, conocidos como leasings operativos, son contratos ya firmados en los que Grifols se obliga a pagar una cantidad fija en los próximos años, pero cuando la compañía reportaba la información del ratio de endeudamiento no lo tenía en cuenta, porque no lo rige ninguna normativa contable", explica al ARA el profesor del máster en mercados financieros de Barcelona School of Management de la UPF Xavier Brun.

"Queremos aclarar que todas las deudas y obligaciones financieras de Grifols ya han sido incluidas y divulgadas en los estados financieros auditados publicados el 8 de marzo de 2024 y ratificados por el regulador", explicaba la compañía sobre la información divulgada, que respondía al requerimiento de la CNMV de finales de marzo, publicado a raíz de las acusaciones de Gotham, en el que el regulador apuntaba a "deficiencias significativas" en su información financiera, pero no le obligaba a rehacer sus cuentas. Grifols cayó ese día un 6%, pero superaba al match ball.

Parece que esta última actualización ha tranquilizado a los inversores: las acciones de Grifols se mantienen por encima de los 9 euros, un valor que no alcanzaba desde principios de mes, pero muy por debajo de los 14 euros de finales del año pasado y en años luz de los 30 euros por título de antes de la pandemia. Con las cuentas actualizadas y la ampliación de capital descartada –había planeado sobre la compañía con sede en Parets del Vallès como mecanismo para secar deuda–, este episodio puede ser el inicio de una nueva etapa para la farmacéutica. Pero habrá que seguir mirando al termómetro.

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