Los hoteleros de Barcelona dan el verano por perdido
El sector confía en el turismo de congresos de otoño como fórmula para salvar los muebles
BarcelonaEl palpable incremento de turismo extranjero en las calles de Barcelona no ha mejorado la situación de los hoteleros de la ciudad. Desde el Gremio de Hoteles aseguran que si fuera un verano normal habría unas 60.000 personas durmiendo cada día en hoteles barceloneses y que de momento todavía no se llega a las 15.000. "Hace tres meses eran unas 5.000, por lo tanto, sí que hay más turismo y es normal que se vea movimiento", explica Manel Casals, director general de la entidad. Esto no quiere decir, sin embargo, que se puedan tirar cohetes.
"Siempre hemos dicho que damos el verano por perdido: sabíamos que tendríamos un mal verano, evidentemente mejor que el del año pasado, lo que no es difícil, pero las previsiones eran malas y siguen siéndolo", sintetiza este portavoz del sector.
Es cierto que grandes cadenas como Meliá, Barceló o RIU ya han abierto todos sus establecimientos, pero esto no altera de manera importante, parece, las tasas de apertura y ocupación de la capital catalana: el Gremio de Hoteles de Barcelona calcula que todavía están cerrados más de la mitad de los hoteles, y que en los que hay abiertos la media de ocupación se sitúa entre el 40% y el 45%.
Esto se explica, en buena parte, porque los hoteles de Barcelona viven de los viajeros de larga distancia y de los huéspedes que visitan la ciudad por convenciones, congresos o reuniones de trabajo. Si bien repunta el número de extranjeros que llegan a la capital catalana, la mayoría continúan siendo europeos, y la actividad de congresos es prácticamente inexistente en verano.
Es por eso que los hoteleros miran hacia el otoño como posible mesa de salvamento. Para ellos, explica el director del Gremio de Hoteles, "el verano es una época correcta, pero no es una época alta: lo son mayo y junio y sobre todo septiembre y octubre", explica Casals. "No haremos una temporada para ganar dinero, pero tendríamos que empezar a salvar los muebles, porque si no pasaremos un invierno muy duro", anticipa.
De hecho, uno de los grandes miedos de esta entidad es que si durante el otoño no se recupera la actividad turística a mejor ritmo de lo que lo ha hecho hasta ahora, esta situación sea la que haga que muchas empresas no superen el invierno.
Los inversores miran hacia los hoteles
Es precisamente por eso que los inversores se han lanzado hacia los hoteles. La consultora inmobiliaria Laborde Marcet asegura que el segmento hotelero vive, en este sentido, su "agosto" particular. La crisis del covid, explica Gerard Marcet, socio fundador de la firma, "ha llevado a una situación de tensión financiera límite en el sector por la drástica caída del turismo, y ha llevado a algunos propietarios a lograr acuerdos a precios algo más competitivos".
Con todo, lo que los indican sus datos es que los precios no han caído de manera muy notable: el impacto negativo de la crisis económica, dicen, ha quedado compensado por el aumento de la demanda para comprar hoteles.
Esta consultora afirma que el activo más buscado es un hotel de mínimo 80 habitaciones, con un precio de entre 200.000 y 600.000 euros por habitación. Es decir, que el precio total del perfil de hotel más buscado oscilaría entre los 15 y los 50 millones de euros.