España es el país de la UE con más trabajadoras del hogar y los cuidados: ¿qué condiciones laborales tienen?
Una investigación de Oxfam Intermón expone la precariedad y los problemas de salud de estas trabajadoras


BarcelonaSegún datos del INE, en 2050 la población española de más de 65 años representará más del 30% del total, con la llegada a la vejez de la generación del baby boom. Este envejecimiento demográfico también disparará la tasa de dependencia y la necesidad de recursos –económicos y humanos– para cuidar a estas personas. Mientras que, tradicionalmente, el cuidado de los mayores y las tareas del hogar se habían asumido por el núcleo familiar, sobre todo las mujeres, está cada vez más extendida la contratación de trabajadoras externas que realizan este trabajo. España es el país de la Unión Europea (UE) con más empleadas en ese sector, el 34,5% del conjunto de la región.
¿Pero quién hará estos trabajos y en qué condiciones? En el informe Trabajo invisible y cuerpos rotos. Radiografía del empleo de la llar y cuidados en España, la ONG Oxfam Intermón expone la precariedad y los riesgos para la salud que sufren estas trabajadoras. En 2024 en España había 565.718 personas empleadas en este sector en el Estado, de las cuales un 87% eran mujeres. El 54% son de nacionalidad extranjera. El estudio recuerda que este tipo de trabajo es la primera puerta de entrada al mundo laboral para el colectivo de mujeres migrantes y que en 2033 el 40% de los permisos de trabajo concedidos a foráneas fueron para el trabajo en el hogar.
Pese a la obligación de dar de alta en la Seguridad Social a las trabajadoras del hogar, hay un 32% que todavía continúan en la economía sumergida, lo que les condiciona el acceso a derechos laborales como cobrar la prestación por desempleo.
"Hay una parte de esta informalidad que es innata en el sector, pese a las mejoras que se han aplicado. Hay una barrera invisible que obstaculiza la ocupación formal. Es evidente que no pueden acceder a ella porque están en situación administrativa irregular", dice al ARA Nerea Boneta, una de las investigadoras autoras del '.
Parcialidad y jornadas largas
Por su parte, el 23,9% de los contratos son temporales y un 58,8% de las empleadas trabajan a tiempo parcial. A esto se suman unas jornadas "extremadamente prolongadas, impensables en cualquier otro sector". Este agravio se acentúa en el caso de las internas –en España hay al menos 38.143–, ya que viven en el mismo domicilio en el que trabajan, con jornadas que legalmente pueden llegar a las 60 horas semanales. "Es una modalidad muy difícil de controlar y hay muchos abusos y explotación laboral. Para muchas trabajadoras no hay distinción entre el horario de trabajo y su tiempo libre y sólo viven por trabajar. Estas condiciones las acaban aceptando personas que no pueden decir que no porque no tienen una situación regularizada", remarca Boneta.
El informe de Oxfam denuncia que, a pesar de ser un trabajo esencial, apenas se llega al salario mínimo interprofesional (SMI). El 37,7% de las trabajadoras encuestadas para esta investigación respondieron que tenían dificultades "muy graves" para llegar a fin de mes.
Además, la protección por desempleo no llega a todo el colectivo y la indemnización por despido es inferior al resto de sectores y, en muchos casos, ni siquiera se llega a cobrar: sólo dos de cada cinco trabajadoras que tenían derecho la recibieron en el último año. "También está pendiente de que se reconozca el derecho a la prestación por desempleo con carácter retroactivo, ya que ahora sólo se reconoce desde octubre del 2022, aunque hay varias sentencias que les dan la razón", añade Boneta.
"Cuerpos rotos"
Esta mala calidad del empleo tiene un efecto directo en la salud de las empleadas, por lo que Oxfam habla de un sector de "cuerpos rotos". El 90% expresa que han sufrido dolores musculares en el último año; un 65% han tenido estrés; un 59%, ansiedad; y un 36%, depresión. Estas afecciones vinculadas al trabajo también explican que tres de cada cuatro respondan que consumen calmantes o analgésicos de forma regular para calmar el dolor.
El sector del hogar y los cuidados no tiene reconocida ninguna enfermedad profesional, lo que dificulta a las trabajadoras el reconocimiento de una incapacidad laboral cuando comienzan el proceso en la consulta del médico.
En cuanto a las situaciones de violencia en el ámbito laboral, el 21% asegura haber vivido y el 40% conoce algún caso cercano. Una de las encuestadas durante la investigación, de 24 años y en situación irregular, les explicaba cómo recibió una oferta de trabajo en la que el único requisito era que trabajara desnuda.
"Aunque en los últimos años ha habido una mejora sustancial en el sistema [cuidados], con medidas que han aumentado su cobertura, aún queda mucho por avanzar. Ahora mismo se invierte un 0,85% del PIB y donde no llega el Estado son las familias las que se hacen por ellas, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden, pero se las pueden hacer, pero las que se lo hacen para" concluye Boneta.