Toni Ruiz, el hombre tranquilo que asume todo el poder en Mango
El presidente ejecutivo y consejero delegado de la firma abre una etapa continuista tras la muerte de Isak Andic
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BarcelonaCuando Toni Ruiz llegó a Mango como director financiero en el 2015, se halló una situación complicada, con la firma de moda angustiada por la deuda y un rumbo del negocio poco claro. Cuando Isak Andic le confió el cargo de consejero delegado cinco años después, la primera decisión que tuvo que tomar fue firmar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTO) para los trabajadores de las tiendas, cerradas por la pandemia de cóvido -19. El directivo se ha movido en la empresa superando momentos difíciles y esta semana ha vivido un último ejemplo. Su nombramiento como presidente, el cargo que ocupaba Andic antes de su muerte en un accidente en la montaña de Montserrat, llega en medio de un duelo inesperado que Mango quiere superar sin más sobresaltos manteniendo la hoja de ruta prevista. También en lo que se refiere a la cúpula.
El hombre que seguirá dirigiendo la compañía en la nueva etapa sin el fundador nació en Barcelona en 1969. Toni Ruiz Tubau es hijo de un melillense que vino a la capital catalana a trabajar en una fábrica textil y una catalana con quien el ejecutivo siempre iba el domingo al campo del Barça, una de sus grandes aficiones. Licenciado en económicas en la Universidad de Barcelona y con un máster del Iese, el camino preferido de los grandes directivos catalanes, comenzó la carrera en el mundo de la consultoría estratégica. Pero donde cogió experiencia sobre el universo de las tiendas fue en la cadena de bricolaje Leroy Merlin. Entró en ella dedicándose al control de gestión y aplicó una forma de hacer que le reconocen los que le han tratado de cerca: mezclar la teoría y la práctica.
Ruiz cogió sus conocimientos de escuela de negocios privada y los testeó en el día a día real de los almacenes, fijándose en cómo llegaban los camiones a las seis de la mañana, cómo se saludaba a los clientes o de qué manera se col colocaban los productos en las baldas de los establecimientos de Leroy Merlin. Para ello también lució el uniforme de color verde corporativo, como explicaba en un perfil suyo el digital especializado Modaes. Al gigante francés del hogar y las reformas se pasó cerca de quince años, donde pudo vivir de cerca una integración –la de la marca Aki en España y Portugal– y se trasladó a Lille, donde se encuentra la sede central, junto a su familia, para seguir subiendo en el escalafón directivo del grupo.
La llamada de Isak Andic, que buscaba un fichaje para gestionar los números de Mango, le llegó a través de Jordi Canals, profesor y presidente del Centro para la Gobernanza Corporativa del Iese y ahora también consejero independiente de la firma. "Es una persona muy influyente en la familia", destaca una fuente, y "una figura clave" en el fichaje de Toni Ruiz, quien también le considera uno de sus mentores. El aterrizaje en Mango, en una etapa convulsa en la que el fundador intentó –sin salir adelante– dejar el negocio en manos de su hijo Jonathan, no fue fácil. Pero un lustro tras ser nombrado consejero delegado, Ruiz puede presumir de haber dado la vuelta a los resultados de una empresa familiar que ahora cuenta con una dirección del todo profesionalizada.
Bajo su gestión, Mango logró hacerse un agujero en un mercado jugoso, pero extremadamente competitivo, como son Estados Unidos y cumplir un sueño que Andic siempre había tenido en mente: abrir una tienda en la Quinta Avenida de Nueva York, una de las calles comerciales más disputadas del mundo. Este 2025 su plan de expansión prevé abrir otros 20 locales al otro lado del océano Atlántico, hasta un total de 62 en todo el país. Fuentes cercanas al directivo destacan la autoexigencia y la ambición que ha demostrado en estos objetivos a largo plazo, pero también el carácter "afable", "tranquilo", "familiar" e incluso "tímido". Su relación con Andic era estrecha y éste le recompensó el trabajo realizado con un 5% de las acciones de Mango, que nunca había estado en manos de nadie externo a la familia.
"Tiene una visión y una trayectoria lo suficientemente largas como para que en estos momentos la empresa siga estando muy controlada", dice otra voz sobre el papel de Ruiz, que todavía tendrá que buscar la complicidad de los nuevos accionistas de la firma una vez se resuelva la incógnita del testamento de Isak Andic.