Crisis energética

España rechaza la propuesta de Bruselas de limitar el consumo de gas si empeora la crisis energética

La Comisión Europea presenta un plan de contingencia para reducir el consumo un 15% en invierno

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La presidenta de la Comisión  Europea, Ursula Von der Leyen, durante la rueda de prensa de este miércoles.

MADRIDEuropa se prepara para un invierno con poco gas. Con la mirada puesta en el gasoducto Nord Stream 1—este jueves se tendría que reactivar después de días parado por tareas de mantenimiento—, la Comisión Europea ha preparado un plan de contingencia de cara al invierno. El objetivo: reducir el consumo y, si hace falta, prepararse por si Rusia corta el suministro. Pocas horas después del anuncio, España mostró su disconformidad con la medida. La ministra Teresa Ribera ha dicho que España "no ha vivido por encima de sus posibilidades desde el punto de vista energético", ha afirmado que la medida perjudicaría a España, Francia y Portugal y ha asegurado que el gobierno no aplicará ningún corte de gas ni de electricidad.

En el documento Ahorrar gas para un invierno seguro hecho público este miércoles, el ejecutivo comunitario deja negro sobre blanco un conjunto de medidas que tienen como objetivo final reducir el consumo de gas hasta un 15% hasta la primavera. En concreto, Bruselas pide a los Estados miembro que reduzcan la demanda de gas un 15% entre el 1 de agosto del 2022 y el 31 de marzo del 2023.

A priori, estas recomendaciones no serán vinculantes, puesto que Bruselas confía en que los países desplieguen las medidas oportunas para conseguirlo. Ahora bien, si el escenario energético empeora, es decir, si Rusia realmente corta el grifo del gas, el ejecutivo comunitario se ha guardado la capacidad de transformar en obligatorias todas las recomendaciones, según se desprende del documento. Esto pasaría si se activa el nivel "de alerta europea". Además, las medidas serían obligatorias para todos los países, independientemente de cuál sea su dependencia de Rusia. España, por ejemplo, también las tendría que aplicar a pesar de que el impacto de un posible corte del suministro es mucho menor. "Rusia está presionando, reduciendo el suministro de gas", ha recalcado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la rueda de prensa de este miércoles.

¿Cómo reducir el consumo de gas?

Para llegar a este 15% el ejecutivo plantea una batería de medidas, pero también pide a los Estados miembro que actualicen, como muy tarde en septiembre, sus planes de emergencia y recojan cómo afrontarán el invierno. De hecho, España hace días que está preparando su plan. El plan de contingencia de Bruselas afectará a administraciones, familias, empresas, en particular en la industria, así como a los proveedores de energía, advierte la Comisión.

En cuanto a las medidas más cotidianas, la Comisión Europea aconseja la reducción del consumo energético en edificios y hogares. Se pide no tener el aire acondicionado por debajo de los 25 grados, mientras que en invierno la calefacción se tendrá que poner, como mucho, a 19 grados.

De cara a la industria y las empresas de producción de electricidad, Bruselas pide que el Estado incentive a través de ayudas públicas el uso de combustibles alternativos y limpios como son la energía solar, la biomasa o el biometano para sustituir el gas. Además, plantea la creación de subastas o licitaciones de energía a través de las cuales los gobiernos insten a la reducción del consumo de gas de los grandes consumidores industriales a cambio de compensaciones financieras o ahorros.

Consumidores prioritarios

El plan de Bruselas también incluye una "guía" de criterios para que los diferentes Estados miembro identifiquen y prioricen los consumidores que se pueden ver más afectados por un corte del suministro y, por lo tanto, a quien habría que proteger enseguida en caso de que la Unión Europea decida limitar el suministro de gas. "Se tendrá que dar prioridad a los sectores y a las cadenas de valor de importancia clave y crítica, que, si interrumpen [su actividad por falta de gas], podrían repercutir negativamente en la seguridad, la alimentación y la salud", apunta el documento.

El ejecutivo comunitario establece cuatro criterios: el papel social (por ejemplo, si se trata de una actividad indispensable como la de la alimentación o la salud); el rol en el funcionamiento de las cadenas de suministro; los daños a las instalaciones, es decir, si se paraliza una actividad, qué consecuencias puede tener y, finalmente, la posibilidad de reducir el uso de gas o sustituirlo por otros combustibles.

"Mecanismo de solidaridad"

El plan también incluye un "mecanismo de solidaridad". Algunos países, en particular los de Europa del Este, pueden sufrir situaciones de emergencia energética si Rusia corta el suministro. Estos podrían pedir que otros Estados miembro con más capacidad de gas –ya sea porque dependen menos de Rusia o porque tienen más reservas– los ayuden, es decir, hagan de proveedores. En todo caso, el ejecutivo comunitario pedirá a los países que se encuentren en esta situación que demuestren si antes han tomado medidas para reducir la demanda interna y no llegar a un nivel de alerta.

En el mes de mayo, Bruselas ya previó coordinar racionamientos de suministro y también mecanismos de solidaridad para aquellos países que se verían más afectados. En aquel momento también se habló de la compra conjunta de gas, una medida que vuelve a aparecer en el plan de contingencia presentado y que el ejecutivo comunitario se compromete a "acelerar" para fortalecer el aprovisionamiento de la Unión Europea.

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