10 establecimientos con encanto y con mucha historia detrás
Os proponemos una ruta por algunos de los establecimientos centenarios más emblemáticos del país
BarcelonaHacer maletas con la ilusión de descubrir nuevas maneras de hacer y de vivir. Empiezas a planificar el viaje y piensas que tocará pasar por el centro de aquella ciudad que has elegido visitar, de forma que cuando llegas te das una vuelta, llena de expectativas. Sin embargo, en los últimos años, visitar los centros de las grandes ciudades europeas acostumbra a ser experimentar aquello que se llama un déjà vu, puesto que las calles comerciales parecen fotocopias, con establecimientos de grandes cadenas que pueden tener buen producto o buenas ofertas pero a los que les falta personalidad. De hecho, esta es una de las grandes quejas de los comercios tradicionales, aquellos que llevan toda la vida contribuyendo a hacer barrio y que tienen que competir con estas cadenas y grandes superficies en inferioridad de condiciones. Establecimientos emblemáticos –muchos de ellos históricos– que a pesar de todo continúan dando carácter a las ciudades y que tendríamos que preservar como es debido.
Josep Maria Roig, secretario de la Associació d'Establiments Emblemàtics y propietario de la pastelería La Colmena, una de las pastelerías más antiguas de Barcelona, reivindica la necesidad de poner en valor y preservar este patrimonio comercial, puesto que "son un punto de referencia en pueblos y ciudades. Han pasado varias generaciones y, desgraciadamente, cada vez quedan menos", dice.
"Estamos perdiendo la memoria comercial del país y esto no nos lo podemos permitir. Si se hacen museos para preservar la memoria artística y de otro tipo, ¿por qué no nos ayudan a nosotros, que somos un museo viviente y conservamos las tradiciones y los productos artesanales propios de cada zona?", se pregunta. "Los comercios históricos y emblemáticos también contribuimos a la memoria del país". Antes la gente sentía estas tiendas como propias, pero, como denuncia Roig, "son comercios que con los años han ido quedando aislados, que no pueden competir con grandes comercios y cadenas y que se han ido viendo abocados a cerrar".
Según el secretario de la Associació d'Establiments Emblemàtics, hay varios factores que han contribuido a esta sangría de desapariciones de comercios emblemáticos, como "la competencia de grandes cadenas y de internet". "También ha influido la falta de relevo generacional, especialmente en los comercios menos rentables, y el tema de la subida de alquileres en los locales situados en las zonas más turísticas, especialmente en las ciudades más grandes", dice. Intentando ser positivo, Roig apunta que, por el contrario, "la especialización y el buen oficio será lo que ayude a mantener estos establecimientos. Puedes encontrar cosas que no encontrarás en ningún otro sitio y, además, conocen el producto que tocan, y esto tiene un valor". Y añade que, para que puedan mantener puertas abiertas, "también hace falta que la gente vaya a comprar, no con solo que pase por delante y se lo mire".
Un apoyo que tiene que ir más allá de premios
Desde el año 2000 la Generalitat, por medio del departamento de Empresa y Trabajo, ha distinguido un total de 867 establecimientos de Catalunya con los Premios Nacionales a los Establecimientos Comerciales Centenarios, con el objetivo distinguir los establecimientos comerciales y mercados municipales en activo que a lo largo de más de cien años han ofrecido un servicio de calidad y personalizado a sus clientes, adaptándose a los cambios en las necesidades de compra de la ciudadanía que se han ido produciendo a lo largo de su trayectoria profesional. Unos reconocimientos que Josep Maria Roig encuentra insuficientes, puesto que no contribuyen a preservar este patrimonio. "Estas tiendas históricas tendrían que estar protegidas de verdad –dice–. Si conviene, los edificios tendrían que ser adquiridos por las administraciones y que estas establecieran un alquiler correcto. Un local hace una calle y si tenemos uno diferencial, ayudará a los otros. Es cierto que tenemos establecimientos emblemáticos que en teoría están protegidos, pero no siempre es así y muchos se van desvirtuando", denuncia.
Se hace difícil hacer una elección de los muchos comercios centenarios que hay en el país, gracias a la dedicación y el esfuerzo de familias que mantienen vivo un legado que es historia viva del comercio en Catalunya. Aquí tenéis algunos a guisa de homenaje, pero podemos hacer una lista entre todos juntos para dibujar el mapa de establecimientos con historia del país. ¿Nos ayudáis? Podéis enviarnos aquí vuestras tiendas centenarias preferidas.
Casa Adroguer Nou (Solsona)
Un emblemático establecimiento comercial de Solsona, fundado en 1870, Casa Adroguer Nuevo se reinauguró en 2016. Después de casi tres meses de reformas, la tienda, inconfundible por la imagen de la botella de Codorniu de la fachada, reabrió con una nueva actividad pero manteniendo la esencia de una tienda del siglo XIX. El establecimiento se centra básicamente en la venta de vinos, bebidas y licores y también ofrece un punto de degustación.
El Barato (Reus)
Reus conserva un catálogo envidiable de comercios centenarios, como las pastelerías Padreny y Poy, las ópticas Salas y Creu Blanca, las sastrerías Jofré y Pujol, la cerería Salvadó, la mercería Parisi, la lencería Amill o la tienda de ropa El Barato, en la calle Mayor, algunas de las cuales todavía conservan la estética antigua. El Barato abrió sus puertas en 1881. Se dedican a la venta y al alquiler de disfraces, y además se encargan de vestir todas las fiestas y los carnavales de la localidad de Reus.
Broc-Art (Girona)
En la Plaça del Vi de Girona encontramos este establecimiento que abrió sus puertas por primera vez en 1911. Cuando se entra en Broc-Arte, lo primera que hay que hacer es mirar hacia arriba. En el techo hay unas pinturas originales, realizadas por el pintor de Banyoles Pigem, con bonitos motivos de nubes y rosales. El escaparate también es original y se conserva la madera y unos espejos antiguos. Hoy es una tienda de segunda mano, pero antes había sido una lencería regentada por la bisabuela de la propietaria actual.
La Casa de les Boines (Terrassa)
Tienda fundada en 1886 y situada en el centro histórico de Terrassa, en el Carrer Església, junto a la catedral de Terrassa. Ahora mismo la gestiona la cuarta generación, dedicada a la venta de gorras y sombreros, así como otros complementos de vestir. También venden artículos regionales y, por Navidad, el juego del quinto.
Can Vilanova (Vic)
Los inicios de Can Vilanova, en 1850, estuvieron en la Plaça Paradís y con los años se instaló en la calle Argenters, en el laberinto de calles estrechas que conforman el casco antiguo de la ciudad, donde todavía está actualmente. A lo largo de este tiempo se ha adaptado a los cambios, pero siempre manteniendo su origen: frutos secos, cera, vino, harina, vino de misa y sagradas formas.
Casa Corderet (Tarragona)
Una de las tiendas más antiguas de Catalunya. En el año 1751, la Cereria Antigua Casa Corderet revolucionó el mundo del comercio local como el primer obrador en diferenciar el espacio de fabricación del punto de venta. Pese a alguna pequeña renovación, el establecimiento conserva el aire del pasado, con los mismos azulejos, los mismos estantes y el escaparate idéntico del siglo XVIII.
Pastisseria Andreu (Montblanc)
La Pastelería Andreu, fundada en 1845 en el corazón de Montblanc, es uno de los negocios más emblemáticos de la ciudad medieval. Elabora de forma artesana dulces típicos de la zona, como por ejemplo los merlets y montblanquins, especialidad de la casa.
Drogueria Farreny (la Bisbal d'Empordà)
Desde 1880, en la calle de la Riera de la Bisbal d'Empordà pervive esta droguería, que se fundó con el nombre de La Fidelidad, donde se despachaban víveres, licores, colonias, pinturas y sobre todo pastelería. Con la Guerra Civil se dejó el obrador de pastelería y cada vez más la orientación y la especialización de la tienda han sido a la droguería y la pintura. La estructura de la tienda de estilo modernista se renovó en 1906 y se mantiene actualmente intacta y funcional hasta hoy día.
Cal Muntó (la Seu d'Urgell)
Mercería y tienda de ropa fundada en 1895 y situada bajo los porches de la calle Mayor de la Seu d'Urgell. Todavía hoy continúan vendiendo artículos de moda para hombre y mujer, ropa del hogar, vestuario laboral y ropa interior.
Farmàcia Bausili (Igualada)
Parece que el establecimiento ya existía en el siglo XV. Desde 1748 ha sido regentada por la familia Bausili y se considera la farmacia más antigua de Europa, abierta sin interrupción. La decoración modernista, con cristaleras plomadas decoradas con flores y formas geométricas, es del 1909.