Coronavirus

El accidente en el laboratorio de Wuhan es improbable pero no imposible

El origen más probable de la pandemia es el salto del virus de animales a personas

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El  SARS-CoV-2 ver a través de un microscopio.

Barcelona¿De dónde ha salido el SARS-CoV-2? Esta es una de las muchas preguntas del millón sobre la pandemia. La explicación con más consenso científico es que el virus proviene de alguna especie de murciélago del sudeste asiático y que ha dado el salto a los humanos a través de otro animal que ha actuado de huésped intermediario, un proceso conocido como zoonosis. De momento, sin embargo, no se ha dado con la pista de este huésped. Ayer la Casa Blanca ordenó a los servicios secretos investigar si el virus salió accidentalmente de un laboratorio.

"En el caso del SARS-CoV-1, al cabo de unos meses se descubrió que el virus había pasado a los humanos a través de la civeta", explica Joaquim Segalés, profesor de la UAB e investigador del Centro de investigación en Salud Animal (CReSA, por sus iniciales en catalán) del IRTA. "En el caso del MERS —continúa—, después de un año se descubrió que el huésped intermediario había sido el dromedario, pero con el SARS-CoV-2, a pesar de que se le hayan destinado muchos más recursos, todavía no se ha encontrado". ¿Podría esto dar pie a pensar que la pandemia se ha originado de alguna otra manera, como, por ejemplo, en un accidente de laboratorio? No necesariamente: "Hay virus como el VIH o el Ébola de los que todavía no sabemos del todo cómo llegaron a los humanos", dice Segalés. "Trazar el recorrido de un virus es como buscar una aguja en un pajar", remacha.

Encontrar esta aguja, o al menos acotar su origen, era justamente el objetivo de una misión de la OMS en la China, de la cual se publicó un informe de 313 páginas (anexos incluidos) a finales de marzo. Los expertos de la organización concluían que el salto desde un huésped intermediario era un origen entre probable y muy probable de la pandemia, y calificaban de extremadamente improbable un origen de laboratorio, que algunas voces habían situado en el Instituto de Virología de Wuhan, donde se trabaja con coronavirus animales. A mediados de mayo, un grupo de 18 investigadores publicaban una carta en la revista Science en la que criticaban el informe: "Solo 4 de las 313 páginas se centran en la posibilidad de un accidente de laboratorio", escribían. En esta línea, el mismo director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, declaró que no había pruebas que permitieran descartar la hipótesis. Los científicos pedían en la carta que se consideraran las hipótesis de la zoonosis natural y del accidente de laboratorio seriamente hasta que hubieran suficientes datos, y reclamaban una investigación más detallada.

Un problema de transparencia

"El informe de la OMS podría haber sido más detallado, pero está limitado por la transparencia del Instituto de Virología de Wuhan", considera Julià Blanco, jefe de virología e inmunidad celular de IrsiCaixa. "En este instituto trabajan con coronavirus animales y tienen muchísimas muestras, pero no sabemos qué datos han proporcionado ni qué virus tienen almacenados", añade. A parecer de Segalés, el informe "no es muy preciso, pero quizás no lo podía ser, porque en el Instituto de Virología de Wuhan hay miles y miles de muestras de virus almacenadas y analizarlas todas sería como buscar una aguja diminuta en un pajar muy grande".

"Lo que sí que se puede descartar es que el virus sea sintético y se haya creado en un laboratorio", dice Blanco. El investigador de IrsiCaixa considera que un accidente en el cual se liberara el virus "es posible, pero las secuencias genéticas que tenemos del Instituto de Virología de Wuhan no son suficientemente parecidas a la del SARS-CoV-2 para asegurarlo, y, además, de lo que se ha informado es que los virus de murciélago con los que trabajan no son capaces de infectar células humanas". De todas maneras, "no sabemos si hay más información", reitera. "Y en ciencia, si no tienes datos, no puedes descartar una hipótesis", añade. A parecer de Segalés, "el accidente de laboratorio es improbable, pero no imposible".

Según Salvador Macip, investigador de la Universidad de Leicester y la UOC, "se tienen que separar dos cosas: el origen del virus y el origen de la pandemia. El virus casi seguro que surgió de los murciélagos. No hay ningún indicio de que no sea un virus natural. Otra cosa es si la pandemia empezó en un mercado o en un laboratorio. Las dos opciones son plausibles, el problema es que el hermetismo chino impide que se analicen los datos a fondo". De todas maneras, Macip considera que "continúa teniendo más peso la hipótesis del mercado como momento en el que el virus salta de los animales a los humanos, aunque no se tiene que descartar que hubiera una fuga del virus en un laboratorio que lo estudiaba". En este sentido, investigadores del Tulane University Medical Center de los Estados Unidos han publicado recientemente en el foro de debate en virología Virological.org un estudio según el cual han encontrado linajes diferentes del SARS-CoV-2 en varios mercados de Wuhan, lo cual avalaría el origen de la zoonosis natural.

Interferencias políticas

Lo que está claro es que a la complicación técnica de una investigación como esta se le suman los intereses políticos. Pese a tener indicios muy vagos, senadores norteamericanos como Tom Cotton presionaron a la administración Trump desde el principio para que considerara el accidente de laboratorio. A parecer de Segalés, "aparte de esta desconfianza, no hay pruebas de ningún accidente". "Mientras la política esté metida por medio, será difícil aclarar qué pasó", dice Macip. "Los chinos se lo toman como una cuestión de orgullo nacional y, si realmente fue un accidente, lo intentarán esconder", añade.

Tanto Blanco como Segalés están de acuerdo en que investigar con más profundidad la actividad del Instituto de Virología de Wuhan sería provechoso. "Toda la información será útil", dice Segalés. "La información sobre este instituto es relevante para la comunidad científica", asegura Blanco.

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