Israel

La era Netanyahu llega a su final

La coalición "del cambio" presenta su acuerdo al presidente para formar el primer gobierno sin Bibi en 12 años

L'encara primer ministro en funciones, Benjamin Netanyahu, en la sesión de la Knesset que ha escogido nuevo presidente.
03/06/2021
4 min

BeirutLas elecciones parlamentarias del mes de marzo en Israel, las cuartas que ha celebrado el país en menos de dos años, fueron un referéndum a Benjamin Netanyahu, pero, como se avanzó entonces, la continuidad de Bibi no se tenía que resolver en las urnas sino posteriormente con las lealtades de los partidos políticos. Netanyahu, de quien la supervivencia política cuelga de un hilo, se siente traicionado por los partidos a los que apoyó desde su gobierno. Sin embargo, el primer ministro interino "se equivoca cuando piensa esto, porque son los partidos los que lo apoyaron a él en un principio y ahora han dejado de contar con él", explica al ARA Yaron Frieman, de la Universidad de Haifa. Pero la realidad es contundente, y Netanyahu, acostumbrado a salir vivo de crisis inmensas, lo sabe. Esta vez, de hecho, no lo conseguirá.

La dividida Knesset (Parlamento israelí) ha unido fuerzas para formar una coalición anti-Netanyahu, que ha puesto fin a su liderazgo de doce años. Después de días de negociaciones, el partido opositor Yair Lapid ha presentado este miércoles, cerca de la medianoche cuando expiraba el plazo, su propuesta de gobierno de coalición al presidente del país, Reuven Rivlin. El nuevo ejecutivo, sin embargo, tendrá que ser votado en el Parlamento israelí, probablemente la semana que viene.

Israel tendrá por fin un nuevo gobierno sin Netanyahu, después de cuatro tentativas electorales en las que él jugaba como favorito. Aún así, no se presentan muchas posibilidades de éxito para el nuevo gobierno "del cambio", puesto que une a partidos ultraortodoxos con liberales y de extrema izquierda. Los asuntos de estado y religión no podrán mantenerse al margen por mucho tiempo y entonces podrían producirse las primeras fisuras en este ejecutivo multicolor.

La caída de Bibi empezó con la ruptura con su ministro de Defensa y aliado natural, Benny Gantz, con el que ya se empezó a ver que su gobierno de coalición se debilitaba. Tampoco lo benefició su situación judicial –está siendo procesado por casos de corrupción, de fraude y de abuso de confianza, por los que le podrían caer diez años de prisión– para ganarse apoyos políticos. Con el futuro oscuro que se le acercaba, muchos analistas sospecharon que la última ofensiva entre Israel y el grupo extremista Hamás, que controla la franja de Gaza desde 2007, fue una maniobra política para ganar tiempo en la formación del gobierno israelí. De poco le ha servido ahora su beligerante campaña en Gaza, puesto que, en opinión de Frieman, "la tentativa de Netanyahu, que durante las elecciones buscó apoyos entre los partidos árabes israelíes, demostró después que los incidentes violentos en Cisjordania y el desalojo de palestinos en el barrio de Sheij Jarrah, en Jerusalén, alejarían a los árabes de pactar con él".

Posible vicepresidente árabe

De hecho, el líder del partido árabe Raam, Mansur Abbas, se ha unido a la "coalición del cambio", liderada por el centrista Yair Lapid. Se trata de un momento histórico, puesto que por primera vez podría haber un viceministro árabe que podría bregar en los asuntos de los asentamientos ilegales, el aumento de las partidas de desarrollo para los pueblos árabes y el reconocimiento de los beduinos como ciudadanos. En cambio, el otro partido árabe, la Lista Unida, ha mostrado su rechazo a un gobierno encabezado por el antiguo lugarteniente de Netanyahu, Naftali Bennett, y promotor de los asentamientos de colonos.

El líder ultranacionalista esperó el alto el fuego en Gaza para retractarse oficialmente de su apoyo a Netanyahu y ofrecer su alianza al líder centrista opositor Yair Lapid –el partido Yesh Atid es el segundo con más votos en la Knesset–, con la idea de formar un gobierno de unidad que expulse al líder del Likud. A pesar de la naturaleza dividida de la Knesset, representada por grupos que comprenden todos los espectros políticos, finalmente se ha obrado el milagro de un gobierno de "salvación" para no tener que ir a unas quintas elecciones, cosa que el país no podría soportar.

Israel ha vivido una fuerte crisis económica en los últimos años, debido a la pandemia, y ahora que el país ha vuelto a abrirse después de una exitosa campaña de vacunación necesita también estabilidad política para recuperarse económicamente. Otro factor a tener en cuenta son las elecciones presidenciales en Irán, que están cerca y en las que los ultraconservadores van al frente. Bennett, que aspira a ser el nuevo primer ministro, ha dejado claro en el pasado que será intransigente con el régimen de Irán y que no aceptará la solución de dos estados (uno israelí y otro palestino).

Naftali Bennett ha aceptado la oferta de Yair Lapid y será el próximo primer ministro israelí si obtiene suficiente apoyo en el Parlamento.

Este mismo miércoles, el Parlamento israelí ha confirmado el nombramiento de Isaac Herzog, ex líder laborista, como undécimo presidente de Israel, que tomará posesión de su cargo el próximo 9 de julio a sustitución de presidente Reuven Rivlin.

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