Netanyahu asegura que entrará en Rafah "con o sin acuerdo de tregua"

La presión de Washington y el avance de las negociaciones con Hamás no calman el deseo del primer ministro israelí de atacar lo antes posible al sur de la Franja

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Un campo de desplazados cerca de Rafah.

WashingtonEl primer ministro de Israel, Binyamin Netanyahu, ha afirmado este martes ante las familias de los rehenes retenidos por Hamás que Israel atacará Rafah "con o sin acuerdo de tregua". Netanyahu quiere que el ejército israelí entre en esta localización en el sur de la Franja, donde se acumulan más de un millón de palestinos, para acabar con los cuatro presuntos escuadrones de Hamás que todavía están allí. Las declaraciones del primer ministro israelí no sólo desatienden lo que le pide su principal aliado, Washington (que la ofensiva se haga con un plan claro para evacuar a los civiles), sino que parece ir en el sentido contrario de las negociaciones que se desarrollan en El Cairo. El lunes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió con sus homólogos árabes después de que Egipto se mostrara "optimista" con la posibilidad de un acuerdo entre Israel y Hamás.

Hamás está estudiando la última propuesta de tregua presentada por los mediadores. El texto incluye un alto el fuego de 40 días y la liberación de miles de presos palestinos a cambio de los rehenes israelíes que aún permanecen en Gaza, según exponen medios israelíes.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también habló por teléfono con Netanyahu este domingo sobre el envío de mayor ayuda humanitaria a Gaza y sobre las negociaciones con Hamás para liberar a los rehenes y conseguir un alto el fuego. Durante esa conversación, Biden reiteró a su homólogo su "clara posición" sobre Rafah, según recoge el comunicado de la Casa Blanca. Estados Unidos lleva meses dibujando el ataque sobre Rafah como una línea roja en las relaciones con Tel Aviv.

El ataque de Irán contra Jerusalén –en respuesta al ataque mortal israelí contra el consulado iraní en Siria– ha obligado a Washington a cerrar filas con su socio (Biden firmó la semana pasada el paquete de ayuda exterior donde hay 27 millones de dólares para Tel-Aviv) y Netanyahu está aprovechando la coyuntura para poner más presión en la toma y daca sobre Rafah. Estados Unidos volvió a decir que se opondrá a "cualquier operativo" israelí en la zona que no tenga en cuenta las "preocupaciones humanitarias" en la zona. El portavoz adjunto del departamento de Estado, Vedant Patel, aseguró que no ven todavía un "plan creíble" de Israel que responda a las exigencias de Biden de garantizar la protección de los civiles.

Blinken, de gira en la región

En la otra punta del globo, este martes el secretario de Estado estadounidense se ha reunido en Ammán con el ministro de Exteriores jordano, Ayman Safadi, con quien también ha hablado sobre la necesidad de poner fin al empleo israelí en los territorios palestinos. Durante su visita aseguró que pondrá más presión sobre Tel Aviv para continuar con el envío de ayuda humanitaria a Gaza. "Ahora puedo ir a Israel y repasar con el gobierno las cosas que aún están por hacer si quiere superar la prueba para garantizar que la gente tenga lo que necesita", ha dicho Blinken en referencia al ultimátum que le hizo Biden en Netanyahu sobre que o Israel trabajaba para mejorar y proteger la situación de los civiles o habría consecuencias. La agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha avisado de que el hambre sigue planeando sobre Gaza pese al incremento del envío de ayuda durante el mes de abril.

El miércoles se prevé que Blinken se reúna en Tel-Aviv con Netanyahu. Paralelamente a las presiones de sus socios occidentales, el primer ministro israelí también debe lidiar con las presiones internas. Este martes el ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir, ha vuelto a amenazar con romper al ejecutivo de coalición si Netanyahu no invade a Rafah y accede a negociar con Hamás.

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