Washington y Londres ultiman la decisión de levantar las restricciones a Kiiv para las armas de largo alcance

Zelenski lleva meses atacando las bases militares desde donde Rusia bombardea Ucrania

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reúne con el primer ministro británico Keir Starmer en la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos

WashingtonLa primera vez que el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente Joe Biden se reunieron fue en el marco de la cumbre de la OTAN, que señaló a Rusia como la principal amenaza de Occident en la declaración firmada por los aliados. Dos meses más tarde, Starmer ha vuelto a visitar la Casa Blanca bajo la nube de la amenaza del presidente ruso Vladimir Putin. Si Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos autorizan a Ucrania utilizar misiles de largo alcance dentro de territorio ruso más allá del límite actual de los 100 kilómetros, Moscú lo considerará como una declaración de guerra.

Aunque los misiles son de fabricación franco-británica, uno de los componentes que se utiliza para producirlos se fabrica en Estados Unidos. Por eso Starmer se ha encontrado con Biden este viernes para ultimar la decisión de dar luz verde a que Kiiv pueda dispararles sin restricciones dentro de territorio ruso. A la salida de la reunión el presidente estadounidense no hizo ningún anuncio significativo sobre su posición en la autorización, mientras que Starmer afianzó su apoyo a Ucrania en "esta vital guerra para la libertad".

En la reunión entre ambos mandatarios también se preveía que se abordara la estrategia a seguir en los próximos meses en la guerra de Ucrania, así como la situación de Oriente Próximo y la guerra de Gaza, sobre todo después de que el Reino Unido decidiera suspender las licencias de exportación de 30 componentes de armas en Israel, una decisión que Washington ha respetado.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski quiere recibir la autorización para poder atacar objetivos dentro de territorio ruso a una distancia de unos 250 kilómetros, porque la mayoría de bombardeos que están recibiendo las ciudades ucranianas se lanzan desde bases situadas además de 100 km de distancia de Ucrania. "El terror sólo se puede frenar de forma fiable de una manera: golpeando los aeródromos militares rusos, sus bases y la logística. Debemos conseguirlo", exponía Zelenski en una publicación en X en la que denunciaba que Rusia ha lanzado " más de 800 bombas guiadas, casi 300 drones y más de 60 misiles de diferentes tipos" contra el territorio ucraniano.

A la petición de Zelenski se le suma la entrega de misiles balísticos iraníes en Rusia para utilizarlos contra Kiiv de los que Washington y la UE han alertado esta semana. Moscú y Teherán lo niegan, pero la OTAN lo considera una escalada, que ha espoleado las conversaciones sobre el uso de los misiles de largo alcance por parte de Ucrania.

Londres, que se ha erigido en uno de los grandes aliados de Ucrania, está a la espera de lo que diga Washington para tomar una decisión sobre la petición de Zelenski. Los franceses de momento guardan silencio. "Estamos trabajando", respondió Biden a principios de semana cuando se le preguntó si finalmente permitiría que los misiles occidentales pudieran ir más allá del límite actual. Según han explicado fuentes europeas al New York Times, Biden parece estar abierto a que los misiles de largo alcance puedan penetrar más dentro del territorio ruso. Ahora bien, la letra pequeña diría que Zelenski tendría permiso siempre que no utilizara armas proporcionadas por Estados Unidos, sino que utilizara las franco-británicas.

División interna

Dentro de la administración Biden, el debate ha enfrentado a algunos funcionarios que apoyan la flexibilización de las restricciones contra otros que parecen más escépticos y cautelosos, tanto por el riesgo de escalada como por la utilidad de una medida de este tipo.

Paralelamente, un grupo de antiguos generales, diplomáticos y expertos británicos y americanos publicaron una carta conjunta a principios de semana en los que pedían que se autorizara a Kiiv a poder atacar objetivos más lejanos con los misiles. En el texto también hacían referencia al rol de Irán en el conflicto como uno de los motivos por los que tomar medidas. "Irán ha intensificado su apoyo a la invasión rusa proporcionando misiles balísticos de corto alcance que se utilizarán contra civiles ucranianos", advertían, y recordaban a los aliados que "es mucho más eficiente destruir al arquero que la flecha".

Autorizar a Kiiv para que pueda utilizar los misiles más allá de los 100 kilómetros establecidos puede ser clave para que las tropas ucranianas mantengan su posición después de ocupar por sorpresa la región rusa de Kursk. Ahora bien, implicaría también escalar la tensión del conflicto, que entraría en un nuevo escenario. Las dudas de Biden responden también a las advertencias de los servicios de inteligencia sobre que Rusia podría responder ayudando a Irán a atacar a las bases estadounidenses en Oriente Medio. Para los estadounidenses evaluar hasta qué punto puede creerse Putin no es fácil, ya que desde el inicio de la guerra el dirigente ruso ha amenazado con represalias. Aunque la amenaza del jueves ha sido una de las más claras que se acuerdan.

Sanciones a tres medios rusos

Estados Unidos ha anunciado este viernes un nuevo paquete de sanciones a medios de comunicación estatales rusos, a los que acusa de recaudar fondos para comprar armamento para la guerra de Ucrania y de intentar influir en las elecciones presidenciales en Moldavia. El Departamento de Estado ha bloqueado los activos de la agencia Rossiya Segodnya y de TV Novosti.

El paquete llega tras las sanciones impuestas la semana pasada en la cadena RT, bajo la acusación de haber intentado influir en la campaña de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre.

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