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Elecciones en Alemania

Alemania encara la recta final de campaña con el miedo a que la extrema derecha sea decisiva

El candidato de la CDU-CSU sigue siendo el favorito en las encuestas pese a la polémica por haber votado medidas antiinmigración junto a la extrema derecha

Gente en el mitin de inicio de la campaña electoral del partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) en Halle.
Beatriz Juez
07/02/2025
4 min
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BerlínLos grandes empresarios alemanes exigen al futuro gobierno alemán un cambio de política económica y se vuelven a movilizar en contra del voto ultra, a dos semanas de las elecciones del 23 de febrero. Los presidentes de Deutsche Bank, Siemens y Mercedes-Benz han abogado esta semana por una apertura a la inmigración de mano de obra calificada. "Vemos una erosión de nuestros valores democráticos y socioeconómicos. Hemos llegado a un punto crítico, o incluso lo hemos superado", afirmaba Roland Busch, presidente de Siemens, quien ha advertido contra "el aumento masivo" de posiciones xenófobas en la campaña electoral alemana.

"Las elecciones al Bundestag no deben convertirse en unas elecciones de protesta", ha dicho el presidente de Siemens, quien ha remarcado que "sin una democracia estable no habrá prosperidad ni crecimiento". El llamamiento de los grandes empresarios alemanes se ha realizado en el marco de la iniciativa "Defendemos los valores", una alianza económica de casi 40 grandes empresas y organizaciones alemanas que se fundó en mayo del 2024 para posicionarse de cara a las elecciones europeas y que ahora llama a votar en las elecciones alemanas. Aunque no mencionan directamente ninguna formación, la advertencia de los empresarios llega pocos días después de que los conservadores de la CDU-CSU votaran junto al partido xenófobo deextrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) –que aboga por la salida de Alemania de la Unión Europea y del euro– por aprobar medidas antiinmigración.

La extrema derecha es, según las encuestas, la segunda fuerza política en Alemania tras los conservadores de la CDU-CSU y frente a los socialdemócratas. A dos semanas de los comicios, los conservadores alemanes resisten a las encuestas, a la espera del primer gran duelo televisivo el domingo entre el canciller saliente, Olaf Scholz, y el candidato conservador de la CDU-CSU, Friedrich Merz. La polémica suscitada por el flirteo de Merz con la extrema derecha en materia de inmigración parece que no ha surtido efecto en el principal partido de la oposición.

La projecció dels resultats a les eleccions d’Alemanya
Intenció de vot a cada partit segons la cadena pública del país

CDU/CSU Unió Cristianodemòcrata / Unió Social Cristiana de Baviera

30%

AfD Alternativa per a Alemanya

20%

SPD Partit Socialdemòcrata

15%

Els Verds

15%

Die Linke (DL) L’Esquerra

6%

FDP Partit Liberal

4%

BSW Aliança Sahra Wagenknecht

4%

Altres

6%

Si este domingo se celebraran elecciones en Alemania, la alianza conservadora –formada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU)– volvería a situarse en el 30% de intención de voto, algo más que la semana pasada, según el barómetro político de la cadena pública alemana ZDF publicado este viernes. La CDU-CSU había perdido inicialmente terreno en las encuestas después de que la semana pasada aprobaran en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán, una moción para endurecer las medidas en materia de refugiados y asilo, gracias a los votos de la extrema derecha. Los conservadores fueron acusados ​​por la izquierda de romper el cordón sanitario o cortafuegos en los ultras, un tabú hasta ahora en Alemania por su pasado nazi.

Ante esta polémica, el candidato conservador Friedrich Merz aseguró el lunes que su partido "jamás" trabajará con la AfD, su principal adversario en estos comicios. Tras la aclaración, la CDU-CSU ha recuperado el terreno perdido en las encuestas. El partido de extrema derecha de Alice Weidel sigue siendo la segunda fuerza electoral que tiene más apoyo en las encuestas de intención de voto, con un 20% de apoyos, aunque desciende un punto respecto a la semana pasada, según el mismo sondeo de ZDF.

En tercera posición, aparecen empatados con el 15% el Partido Socialdemócrata (SPD) del Scholz (sin cambios respecto a la semana pasada) y Els Verds (sube un punto). El partido liberal (FDP) obtendría el 4% (sin cambios); La Izquierda, el 6% (+1), y la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), el 4% (sin cambios). Ningún partido podría gobernar en solitario, por lo que deberían buscar aliados para formar gobierno. Entre las coaliciones más probables está la gran coalición que podría formar la CDU-CSU con el SPD o también con Els Verds.

El conservador Merz, el favorito de los electores

Cuando se pregunta a los votantes alemanes cuál de los cuatro principales candidatos preferirían como canciller, el conservador Merz sigue siendo el favorito con un 32% (dos puntos por encima que hace una semana) por delante del candidato de los Verdes, Robert Habeck, con un 24% (sin cambios). Les siguen Scholz con un 18% (-2) y Alice Weidel con un 13% (sin cambios).

La política migratoria y de asilo sigue siendo el tema principal y más polémico de esta campaña electoral. En este ámbito, el 29% de los encuestados consideran que la CDU-CSU es el partido más competente, el 17% confían en el SPD, el 16% en la AfD, el 13% en los Verdes y el 7% dicen explícitamente que "ningún partido". En cambio, la economía es un tema del que curiosamente se habla poco en esta campaña electoral pese a que Alemania encadenó en el 2024 dos años en recesión. Los votantes alemanes consideran que los conservadores (37%) son los más competentes en materia económica, mientras que el 13% confían en las recetas económicas del SPD, el 9% en las de los Verdes y sólo el 8% en las de la extrema derecha.

El SPD de Olaf Scholz ha estado desde diciembre del 2021 al frente del gobierno alemán en alianza con Los Verdes y los liberales del FDP. Pero esta "coalición semáforo" –llamada así por los colores de sus socios (rojo, verde y amarillo)– se rompió después de meses de peleas internas y desavenencias profundas sobre la política económica del gobierno en un momento de recesión en Alemania. Esto provocó el adelanto de las elecciones al 23 de febrero.

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