
Los medios de la derechísima a menudo marcan alguna distancia con Vox para quedar bien frente a su lector más centrado, pero en el fondo les hacen el juego cada dos por tres. Miremos a estos dos titulares sobre la misma pieza: "El PSOE se une a Bildu y el PNV para que los jóvenes vascos de 14 y 15 años no estudien ETA" (portada delAbc) y "El PSOE blanquea a ETA: vota con Bildu y el PNV para ocultar los crímenes etarras en las escuelas vascas" (Libertad digital). Los artículos hacen referencia a una proposición no de ley presentada por la formación ultra en la que pedía incorporar por ley al currículum educativo una serie de contenidos relacionados con ETA. Naturalmente, lo planteaba desde un maniqueísmo sideral que quizá harta alguna conciencia, pero que como herramienta de conocimiento sobre la historia resulta bastante depauperada.
Lo que cuenta es el mecanismo mediático que ha operado aquí. Un partido al que la aritmética condena a la impotencia presenta un texto en unos términos que la mayoría de gobierno no puede aceptar. Como no recibe su apoyo, acusa a los demás de ir en contra de su propuesta, lo que es de una lógica delgada como uno tranchette, e igual de grasa. Si Vox realmente esperaba su apoyo, debería haber negociado términos de consenso. Pero lo único que quería era despeñar el texto contra las rocas para acudir a los colaboradores necesarios de los medios de la caverna para que publiquen titulares manipuladores. No se ha votado esconder a ETA, no se ha votado no estudiarla: se ha votado no hacerlo tal y como lo planteaba la tropa de Abascal. Una tropa, por cierto, que se escandalizaba sonoramente cuando se introducían valores en los temarios educativos y les hacía exclamar "¡Adoctrinamiento!" si, por ejemplo, se hablaba de respeto a lo diferente, de sexualidades no normativas o de aquel capricho filocomunista de intentar que el planeta no pegue un pedo como un bellota.