Ir a Montjuïc es un espectáculo triste


BarcelonaAntes del derbi del domingo entre el Sant Andreu y el Europa, los dos clubs promocionaron el partido bromeando. "El derbi catalán con más ruido", decían en las redes con imágenes de ambas aficiones. No les faltaba razón. En cualquier duelo del Sant Andreu o Europa se canta y se anima. En el estadio Olímpico de Montjuïc, no.
El conflicto entre el Espacio de Animación y la directiva del Barça es complejo. Como siempre ocurre, la verdad se pierde entre las proclamas de unos y otros. El caso es más complicado de lo que parece, pero el resultado es que el estadio del Barça es cada vez más triste. Poca gente anima. Muchos de los que intentan cantar canciones no encuentran a compañeros que las sigan, básicamente porque muchos son turistas que no saben cantar en catalán. Contra el Girona, se hizo la ola mexicana: ya sabéis, la gente se levanta cuando toca para dar la impresión de una ola. Pocas cosas más tristes que una ola en un estadio lleno de gente que acude a un recinto deportivo como quien acude a una fiesta de cumpleaños o un parque de atracciones. Al parecer, la empezaron jóvenes que hacen vídeos en las redes, buscando hacerse virales. Así es el fútbol moderno, donde manda más tener visibilidad que formar parte de un colectivo.
Ojalá se solucione todo y los grupos de animación que tienen actitudes positivas, que son muchos, puedan volver. También en el Espacio de Animación deben hacer autocrítica de errores cometidos. Y en la directiva, lo mismo. El resultado es ese estadio cada vez más triste, convertido en una gran máquina de hacer dinero. Gente haciendo cola para ver entrar a los jugadores de cerca, pagando más. Gente que paga para que sus hijos se hagan una foto en el césped. Gente que paga por entradas vip. Un DJ y ambiente más propio de festival que de partido. Todo convertido en un negocio que cada vez atrae a menos socios. ¿Sabéis qué encuentra tanta gente joven en el campo de Europa o el Sant Andreu? Sentirse parte de una comunidad en la que la prioridad no es lo que pagues.
En el Barça, lo que pasa en el césped anima. Es fantástico, pero es mejor no mirar lo que ocurre en la grada. Ojalá el Camp Nou del futuro tenga alma. Que no sea un gran parque de atracciones. Ya ni pido que sea como Alemania, donde tienen los estadios llenos con precios populares y se priorizan los socios por encima de los turistas. Sólo firmo encontrar el equilibrio. Que el club pueda hacer dinero pero que se cante. Que el Barça gane en el campo, en la grada y cuide a la vez la economía. No queremos un Camp Nou convertido en un partido de la NBA. Queremos un estadio que genere dinero, pero también conecte con la historia del club y la gente de aquí. Las comparaciones duelen, especialmente con el Camp Nou de hace no tantos años y otros estadios europeos.