Demografía

Las mujeres cada vez tienen menos hijos, pero ¿eso es un problema?

El declive de población genera incertidumbre económica en muchos países y los expertos alertan de que puede ser un reto global

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Una calle vacío de la ciudad japonesa de Narai-juku

BarcelonaUn estudio científico de 2017 decía que la manera más eficaz de luchar contra el cambio climático era tener un hijo menos. Más eficaz incluso que hacerse vegano o vender el coche. Hay personas, pocas pero hay, que han decidido conscientemente no tener hijos para ayudar al planeta. Pero quizás no haga falta ningún sacrificio. Después de más de medio siglo de explosión demográfica y de alarma por la sobrepoblación mundial, ahora parece que el problema es justo el contrario: el declive poblacional. "No nos estamos preparando para lo que se nos viene encima. Igual que la subida acelerada de la población mundial ha tenido efectos disruptivos en el mundo, la bajada de población será tanto o más rápida y disruptiva", asegura Darrell Bricker, investigador de Ipsos y coautor con John Ibbitson del libro Empty planet (Planeta vacío).

La ONU ahora pronostica que la población mundial se reducirá a finales de siglo y cada vez más estados hacen sonar la alarma por despoblación. Justo cuando el mundo supera el umbral de los 8.000 millones de habitantes, gobiernos como el de Japón, Corea del Sur, Italia e incluso China ponen en marcha políticas para elevar la natalidad. Las mujeres cada vez tienen menos hijos, una tendencia que está siendo más drástica de lo que preveían los demógrafos, y que, según los expertos, seguirán tarde o temprano todos los países del mundo. "Empty planet es un libro sobre el empoderamiento femenino, que es una buena noticia, pero los efectos que esto está teniendo en la población son enormes, no decimos que sea bueno o malo, pero decimos que será muy disruptivo", explica Bricker por teléfono desde Toronto.

¿Por qué se frenará la explosión demográfica?

Si hace unos años la explosión demográfica global parecía no tener fin, ahora la ONU ya prevé que la población mundial llegará a su pico en 2080 con 10.400 millones, y después empezará a decrecer. Bricker asegura que los datos de la ONU se quedan cortos: un estudio de Lancet pronostica que el pico poblacional será en 2060 con 9.700 millones de habitantes. Sea como sea, el declive de la población mundial está claro.

“El cambio de proyección lo hicimos en 2016, y el principal motivo fue China, que dio nuevos datos de fecundidad muy bajos”, explica al ARA el director de la División de Población de la ONU, John Wilmorth. La tendencia se confirmó en 2020 con el nuevo censo público del gigante asiático, y este enero China anunciaba que en 2022 ha perdido población por primera vez en 60 años. El país acoge a una sexta parte de la población mundial. Después de décadas de “política de hijo único”, ahora el gobierno chino tiene problemas para fomentar la natalidad, más todavía en plena crisis económica. Pero China no es el único país que pierde población. Incluso India, que este año se espera que supere a China como estado más poblado del mundo, “también va por este camino”, dice Wilmorth. Solo el África Subsahariana mantiene una alta natalidad durante todo este siglo, pero su tendencia es también a la baja.

Todos los países desarrollados han acabado ya la transición demográfica, que les hizo pasar de 6 hijos de media a tener 2, gracias a la caída de la mortalidad infantil y a la mejora económica en general. Muchos países en vías de desarrollo también han hecho esta transición o están en proceso, pero todos la harán. "Pero, ¿por qué pasamos de 2 a tener 1,5 o menos de media, de manera sostenida? Aquí hay más explicaciones que tienen que ver con el género", apunta Clara Cortina, socióloga especialista en demografía de la UPF. El número clave es el 2,1, que es el índice de fecundidad (número medio de hijos que tiene cada mujer) que se considera como la tasa de reposición: por encima de esta tasa la población crece y por debajo decrece. Lo que ha sorprendido a los demógrafos es la caída sostenida y radical por debajo de esta cifra, que ya afecta al 70% de los países del mundo.

¿Por qué las mujeres ya no tienen hijos?

En Corea del Sur, el país con la tasa de fecundidad más baja del mundo (0,8), muchas mujeres se han declarado en huelga de nacimientos. No tener hijos es una decisión consciente y voluntaria que prioriza su carrera profesional. "En sociedades tan tradicionales como esta, la mujer educada y con aspiraciones sabe que si tiene un hijo quedará anulada, y decide no tenerlo", apunta Cortina, pero señala que este "efecto rebote contra el patriarcado" puede ser una explicación en Japón o Corea, pero no en otros países del mundo. En España, por ejemplo, la generación de mujeres nacida a finales de los 70 es la primera en la que hasta una cuarta parte (más del 25%) no tendrá nunca ningún hijo. "Pero los estudios y encuestas demuestran que en la mayoría de los casos sí que habrían querido tener", dice Cortina.

Un estudio del Centro de Estudios Demográficos de la UAB determinaba que, si bien una parte de estas mujeres lo ha decidido voluntariamente y otra era infértil biológicamente, en muchos casos no han tenido hijos porque lo fueron retrasando y no encontraron la pareja adecuada o las condiciones económicas y laborales adecuadas. Según Bricker, “el primer motivo por el cual las mujeres no tienen hijos son razones médicas, el segundo razones financieras y el tercero porque no han encontrado la pareja para hacerlo”. Las razones médicas tienen que ver también muchas veces con el “retraso en la edad de maternidad”.

¿Por qué la igualdad real podría elevar la natalidad?

Suecia consiguió recuperar la tasa de fecundidad del 2,1 cuando impuso las bajas de natalidad remuneradas de nueve meses, y otras ayudas, a finales de los 70. A pesar de que después han vuelto a caer (ahora están en el 1,6), el ejemplo sueco y otros países nórdicos apunta a algunas soluciones. Unas políticas públicas favorables, “no solo en forma de ayudas, sino también de regulación que impida que tener un hijo te penalice laboralmente”, incentivaría la natalidad, dice Cortina. “Pero, además del factor del estado, está el de la pareja, que en muchos países todavía no asume de manera equitativa la carga de los hijos”. Esto, como demuestran las encuestas, desanima a muchas mujeres a tener un segundo hijo. “Cuanto más equitativa en términos de género sea una sociedad, tanto por parte del estado como del mercado laboral y de los hombres, será más fácil que las mujeres puedan satisfacer sus deseos reproductivos, que están alrededor de los 2 hijos”, explica la socióloga.

¿Por qué la economía quiere una población creciente?

El cambio no es solo cuestión de cifras, también de envejecimiento poblacional. En Japón, un 28% de la población tiene más de 65 años. En muchos países del mundo, las generaciones en edad productiva se reducen mientras crece el gasto social en pensiones y atención a la dependencia. "Habrá una explosión de enfermedades como la demencia, y también se reduce el número de consumidores, que están en las franjas jóvenes", remarca Bricker, que insiste que "hay que adaptar las sociedades lo antes posible a todos estos cambios".

El economista Xavier Ferrer ve claro que muchos países tendrán que subir la edad de jubilación, a pesar de que el caso de Francia demuestra los conflictos que esto puede generar. "Con el aumento de la esperanza de vida, mucha gente mayor pasa hasta 30 años jubilada y con buena calidad de vida. Sería bueno, y muchos lo querrían, que alargaran la vida laboral o bien que pudieran hacer alguna actividad útil para la sociedad", apunta Ferrer, miembro del Col·legi d'Economistes de Catalunya. "El decrecimiento de población se ha solucionado históricamente con migraciones", apunta también el experto. De hecho, en muchos países europeos, como España, ha sido justamente la inmigración la que ha impedido que la población se reduzca. Ante el poco éxito de las políticas de fomento de la natalidad, Japón ensaya también con la robótica para suplir la fuerza de trabajo que disminuye o la demanda de algunas tareas. Pero Ferrer cree que "la tecnología tampoco es la solución" por su elevado coste, que implica "la necesidad de un impuesto específico que tendrían que pagar las empresas y las familias".

¿Por qué hacen falta más nacimientos si tenemos sobrepoblación?

"No hay ninguna solución", remarca, fatalista, el investigador canadiense Darrell Bricker, convencido de que el declive poblacional "igual es bueno para el planeta, pero no para el ser humano". El economista Ferrer, en cambio, sigue pensando que "el crecimiento poblacional actual es insostenible, tanto para el planeta debido a la sobreexplotación de recursos, como por la disfunción que genera en el mundo, donde unas zonas crecen más que otras". Pero en medio de opiniones contradictorias, hay una que reclama cambiar radicalmente el enfoque. "La población global no es un problema ecológico. Sabemos empíricamente que es posible asegurar una vida decente y alimentos para más de 10.000 millones de personas en el planeta, dentro de los límites ecológicos, pero requiere grandes cambios del sistema económico: reducir la producción de carne, pasar del coche privado al transporte público y reducir las desigualdades", dice Jason Hickel, investigador del ICTA-UAB.

"Los países que están preocupados por su baja fecundidad lo están precisamente porque les es difícil mantener el crecimiento capitalista en el contexto de una población en declive –añade Hickel–. Durante 500 años, el capitalismo ha buscado mantener una población creciente, hasta el punto de limitar los derechos reproductivos de las mujeres y su independencia económica. Esta es una de las principales razones por las cuales el capitalismo es patriarcal".

Impactos del cambio demográfico en el orden mundial

“China se calcula que llegará a 2100 con unos 800 millones de personas, una rebaja brutal”, dice el profesor de relaciones internacionales Rafael Grasa. Mientras tanto, Estados Unidos podría evitar el declive gracias a la inmigración, según los demógrafos, y esto “puede cambiar la fisonomía del país” y hacerlo más latino. La demografía tiene impacto geopolítico, admite Grasa, pero también considera que la pugna entre EE.UU. y China se decidirá, al menos a corto plazo, por otros factores. ¿China se verá obligada a reducir el gasto militar para atender a una población envejecida? “Puede ser, pero en los próximos años no es previsible, teniendo en cuenta el contexto –dice–. Pronto la India será el país más poblado del mundo, lo que tendrá un impacto en la lucha geopolítica con China”. Mientras tanto, el crecimiento demográfico de África, el continente más joven, “mantendrá la presión migratoria sobre Europa”, que, a pesar de ser un beneficio económico, precisamente por el declive poblacional europeo, puede derivar –todavía más– en un auge de los populismos.

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