La OMS pide no poner todavía una tercera dosis

El organismo apela a priorizar los países pobres con bajas tasas de inmunización

4 min
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en rueda de prensa este lunes

Londres"No vamos por buen camino" en relación con el proceso de vacunación global contra el covid, ha dicho este miércoles, en conferencia de prensa, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus. En otras palabras, el egoísmo nacional supera a estas alturas cualquier signo de solidaridad global, actitud fundamental en medio de una pandemia que también lo es.

Consciente del acaparamiento de vacunas de los países ricos, Adhanom ha pedido a la comunidad mundial establecer una "moratoria sobre los refuerzos" –es decir, sobre poner una tercera dosis de refuerzo– hasta, como mínimo, finales del mes de septiembre. El objetivo es, según estos cálculos, "permitir vacunar al menos al 10% de la población de todos los países" al llegar a esta fecha. "Pero para hacerlo posible –ha seguido–, necesitamos la cooperación de todo el mundo, especialmente del grupo de países y empresas que controlan la oferta mundial de vacunas".

A pesar de esta petición casi desesperada, algunos estados, como por ejemplo Israel, ya han empezado a inocular una tercera dosis en determinados grupos poblacionales. Y otros, como Alemania, Francia, Reino Unido, o emiratos del golfo Pérsico, han anunciado que lo harán pronto. Los países ricos también se enfrentan a la decisión de vacunar a sus niños antes de solidarizarse con el resto del mundo.

Los mucho más que desiguales datos sobre inmunización arrecian la afirmación del máximo responsable de la OMS. Los países más ricos han administrado alrededor de 100 dosis por cada 100 personas –la mayoría de las vacunas requieren dos para una protección completa–, pero los de ingresos más bajos solo han inoculado 1,5 por cada 100 personas, en buena medida "por la falta de suministro". El ritmo de vacunación y de abastecimiento, pues, tiene que "cambiar de dirección", y hay que dar "prioridad a las personas más necesitadas y, actualmente, completamente desprotegidas", ha exigido Adhanom.

Relación 80/20

Según los diversos contadores de la pandemia, como por ejemplo el de la Universidad Johns Hopkins o la web Our World in Data, participada por la Universidad de Cambridge, hasta ahora se han administrado en todo el mundo poco más de 4.177 millones de dosis de las diferentes vacunas autorizadas contra el covid. En términos de media, esto supone el 56% de la población del planeta. Más del 80% de las dosis, sin embargo, han ido a parar a los habitantes de países de ingresos medios y altos.

Por continentes las diferencias son abismales. Algunos pocos ejemplos pueden servir para ponerlas de manifiesto. Mientras que China ha administrado casi 1.700 millones de dosis (o, lo que es el mismo, 115 por cada cien personas), Ghana ha inoculado 1,2 millones, o solo 4,09 dosis por cada cien personas. Canadá (49,5 millones y 131 por cada cien personas) es uno de los casos más evidentes de acumulación de vacunas, puesto que tiene para inocular siete veces su población. Al otro extremo se puede encontrar un país como la República Democrática del Congo, que, con 5,6 millones de habitantes, ha conseguido administrar tan solo 81.384 vacunas. La cifra supone menos de 0,1 dosis por cien personas.

El llamamiento de la OMS coincide con las denuncias de diferentes organismos y entidades solidarias, como Oxfam o Amnistía Internacional, para poner de manifiesto estas flagrantes desigualdades respecto al ritmo de vacunación, el precio que se paga y los enormes beneficios que obtienen las farmacéuticas.

Además, no hay todavía un consenso total sobre las razones terapéuticas que impelen a administrar una tercera dosis, sobre todo porque esto implica dejar de administrar entre miles de millones de personas que todavía no han recibido ninguna.

Un documento interno de la OMS, difundido por la revista Nature, considera que si los once países más ricos del mundo estuvieran administrando refuerzos a todo el mundo de más de 50 años utilizarían, aproximadamente, 440 millones de dosis. La OMS sostiene que estas vacunas tendrían mucha más utilidad entre la población de los países con ingresos más bajos, donde unos 3.500 millones de personas todavía no han recibido ni una sola punzada.

En este sentido, Gian Gandhi, coordinador de Covax en la división de suministros de Unicef –una de las entidades clave que participan en la distribución de vacunas a los países más pobres del mundo–, ha asegurado este miércoles que los países ricos vuelven a repetir los mismos "errores egoístas" ya vistos en anteriores etapas de la pandemia. "Estamos a punto de entrar muy rápidamente en un periodo en que algunos países intentarán aumentar las dosis o las vacunaciones infantiles, y hay un riesgo muy real que todo lo que pasó hace 12 meses vuelva a pasar".

"La salud global no existe"

La situación la ha resumido muy bien este lunes Gavin Yamey, profesor de salud pública global en la Universidad de Duke, en Estados Unidos. A través de un tuit ha expresado su preocupación por la desigual distribución de las vacunas: "La salud global (sea cual sea) ya no existe; se ha acabado. Ahora son las naciones ricas para ellas mismas. En un momento decisivo que pide una acción colectiva internacional, asistimos al contrario: un regreso al nacionalismo y el acaparamiento grotesco de las vacunas por parte de los [países] ricos".

stats