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Acuerdo para un alto el fuego en Gaza: Hamás da luz verde y el anuncio es inminente

Está previsto que el primer ministro de Qatar anuncie el pacto este miércoles

Funeral por palestinos muertos por ataques israelíes, este miércoles en Deir Al Balah, en la Franja de Gaza.
15/01/2025
5 min
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El CairoHamás dio luz verde al acuerdo para un alto el fuego en la Franja de Gaza, tras 15 meses de guerra que dejaron más de 46.700 muertos en el enclave palestino. La organización palestina ha entregado su respuesta positiva a los mediadores en Doha, según han informado en un comunicado después de la reunión de urgencia de su cúpula política, informa la agencia Efe. Está previsto que este miércoles por la noche haya una rueda de prensa desde Doha del primer ministro y ministro de Exterior de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, para anunciar el entendimiento.

Las informaciones que apuntaban a un acuerdo inminente habían cogido fuerza desde el lunes, tras un avance "significativo" durante las negociaciones del fin de semana en Doha, con la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, que ayer dijeron que el entendimiento estaba más cerca que nunca.El acuerdo prevé la liberación de los rehenes israelíes que fueron secuestrados por Hamás el 7 de octubre de 2023 a cambio de la excarcelación de más de un millar de presos palestinos encerrados en prisiones israelíes. el gobierno israelí convoque una reunión del gabinete de seguridad para votar sobre el acuerdo próximas horas, según un comunicado del ministerio de Exteriores, que informó de que el ministro, Gideon Saar, acortará su gira por Europa "Después del progreso en las negociaciones para la liberación de los rehenes, el ministro Sa'ar ha interrumpido su visita diplomática, que estaba programada que continuara mañana en Hungría", dice el comunicado.

Acuerdo en tres fases

Según los detalles filtrados en varios medios, el acuerdo está dividido en tres fases. Durante la primera, que duraría seis semanas, Hamás liberaría de forma paulatina a 33 rehenes considerados vulnerables, incluidas criaturas, mujeres y hombres de más de 50 años o heridos y enfermos. Según Reuters, el grupo islamista liberará a tres rehenes cada semana. A cambio, Israel se compromete a un alto el fuego ya liberar a unos 30 presos palestinos por cada rehén israelí. También permitirá desde el primer día un substancial aumento de la ayuda humanitaria que entra en Gaza, 600 camiones diarios, incluidos envíos de combustible.

Las versiones del acuerdo publicadas contemplan otras concesiones importantes por parte de Israel en la primera fase. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parece dispuesto a aceptar que el ejército se retire de dos corredores en el centro y en el sur de Gaza hacia una zona almohada cerca de la frontera con Israel, donde permanecería hasta que completara todo el acuerdo. Según varias informaciones, el anuncio se ha retrasado precisamente por acabar de cerrar los detalles respecto a la retirada de las tropas y su presencia en el corredor de Philadelphi. Hamás exigía a Israel los mapas y plazos de retirada de las tropas de la Franja, ya que denunciaba que Tel-Aviv había hecho un planteamiento demasiado ambiguo.

Israel también permitiría el regreso de palestinos al norte de la Franja, aunque no está claro bajo qué condiciones ni dónde, porque el extremo norte ha sido totalmente devastado. La parte del acuerdo relativa a la retirada del corredor del sur, en la frontera con Egipto, se ha negociado en El Cairo en paralelo al resto.

Qatar, Egipto y Estados Unidos serán responsables de garantizar la implementación del acuerdo. Dos semanas después del inicio de la primera fase se tendrán que empezar a negociar los detalles de la segunda, en la que se espera el retorno de todo el resto de rehenes vivos, un alto el fuego permanente y la completa retirada de los soldados israelíes de Gaza. En la tercera fase se espera el retorno de los cuerpos de los rehenes fallecidos en cautividad y el inicio de la reconstrucción del enclave palestino.

Presión de Trump

Los esfuerzos por pulir los detalles de la primera fase se aceleraron durante el fin de semana, después de un tiempo en el que las negociaciones parecían tan estancadas como en los últimos meses. Sin embargo, desde el sábado las conversaciones se han elevado al máximo nivel, y en mayor o menor medida se ha involucrado Netanyahu y el jefe negociador de Hamás, Khalil Al Haya, así como los jefes de Estado de Estados Unidos, Qatar y Egipto y un enviado de Donald Trump.

Uno de los principales motivos que parecen haber empujado a Netanyahu a aceptar ahora un acuerdo es precisamente la presión ejercida por Trump y su entorno, que volverán a la Casa Blanca el próximo lunes. El futuro presidente de Estados Unidos ha expresado en varias ocasiones, incluso con amenazas dirigidas aparentemente a Hamás, que quiere que se liberen a todos los rehenes israelíes y que acabe la guerra cuando tome posesión del cargo. En esa línea, el acuerdo entre Israel y Hamás es muy similar a versiones anteriores que Netanyahu había considerado inadmisibles.

Justamente Trump ha sido el primer líder político en anunciar el pacto: "Tenemos un acuerdo para los rehenes en Oriente Próximo. Serán liberados pronto", ha dicho en un mensaje a su red social Truth Social.

Otra clave que ha facilitado que se hayan desatascado las negociaciones es que se han dejado buena parte de las desavenencias entre Israel y Hamás sin resolver y pendientes de abordar durante la primera fase. Entre estos arrecifes se encuentra la duración de la tregua, detalles sobre cuándo y dónde se retirarán las tropas israelíes, y el intercambio de los hombres cautivos. Los mediadores de Qatar, Egipto y Estados Unidos parecen confiar en que, una vez anunciado el alto el fuego, el coste para Israel de reanudar la guerra será demasiado alto, pero esta jugada ya falló en una breve tregua en noviembre del 2023.

La extrema derecha israelí, en horas bajas

Asimismo, el equilibrio de fuerzas en el gobierno israelí también da ahora un mayor margen de maniobra a Netanyahu. Los dos partidos más escorados en la extrema derecha del ejecutivo han amenazado con derribarlo si se llega a un acuerdo con Hamás, pero las opciones de revalidar el actual gobierno en el futuro son mínimas y las encuestas dejan a uno de los partidos de extrema derecha prácticamente fuera del Parlamento si se celebran elecciones hoy, así que el coste de dimitir sería muy elevado. Su oposición al acuerdo se da por hecha, pero no necesariamente una salida del gobierno.

Paralelamente, uno de los líderes de la oposición, Yair Lapid, ha vuelto a ofrecer esta semana estabilidad en Netanyahu para implementar el acuerdo aunque abandonen el ejecutivo los dos líderes de extrema derecha, el ministro de Finanzas , Bezalel Smotrich, y el de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir. Además, aun sin un acuerdo con Hamás, la estabilidad del gobierno tampoco está garantizada a corto y medio plazo por desavenencias profundas con el sector ultraortodoxo del ejecutivo, así que el acuerdo podría llegar a ofrecer ahora a Netanyahu una salida temporal.

Por otra parte, la ofensiva militar de Israel en Gaza ya hace algún tiempo que se encuentra instalada en una especie de inercia destructiva sin objetivos tangibles a la vista, una situación que han estado aprovechando sectores extremistas dentro y fuera del ejército para avanzar con hechos consumados su agenda de limpieza étnica y ambiciones coloniales en la Franja, empezando por el extremo norte. Además, la apuesta de Netanyahu de aniquilar a Hamás, obtener una victoria total y liberar rehenes por medio de la presión militar también se ha demostrado cada vez más insubsistente e insostenible.

La implementación irregular del acuerdo de alto el fuego firmado a finales de noviembre entre Israel y el movimiento libanés Hezbollah también deja entrever que un acuerdo con Hamás en Gaza no será sencillo de aplicar. Según la hoja de ruta prevista en Líbano, el ejército israelí debería haberse retirado del país el 26 de enero, pero en las últimas semanas se ha estado preparando para alargar el plazo más allá de los 60 días pactados, ha seguido realizando ataques aéreos y operaciones terrestres en el sur país bajo el pretexto de que el ejército libanés no ha tomado el control de la región.

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