El horror vuelve a Gaza: "Hemos tardado días en recuperar todos los pedazos de su cuerpo"
La reanudación de los bombardeos masivos y las incursiones terrestres puede ser el preludio de una invasión a gran escala, con el aval de Trump


BarcelonaEl pasado jueves, un bombardeo israelí golpeó la casa de la familia Abu Daqa, en el sur de Gaza. El ataque se produjo al amanecer y cuando llegaron los vecinos y los equipos de rescate, se apresuraron con palas, palos y las manos desnudas a buscar supervivientes entre los escombros. A través de una pared agujereada encontraron cuerpos inertes y empolvados todavía en el colchón. El padre, la madre y siete hermanos –Omar, Osama, Qusay, Mohamed, Batoul, Hala y Ahmad– quedaron aplastados en la casa despedida. Sus cuerpos y los de otros siete miembros de la misma familia fueron trasladados al Hospital Europeo. Sólo sobrevivieron los abuelos y la pequeña Ayla, una niña de un mes de edad, milagrosamente ilesa. "Ha sido una noche dura", decía al ARA Mahmoud Awad, un vecino que ayudaba a los equipos de rescate. Desde que reanudó los bombardeos a gran escaladespués de dos meses de una tregua que nunca llegó a respetar, el ejército israelí ha matado al menos a 634 palestinos y ha dejado a 1.172 heridos en la Franja.
"El asesinato de civiles no se detiene, el ejército israelí sigue masacrándonos y está aplicando el plan de expulsión masiva que quiere Trump... Todo el mundo lo está viendo y al mundo no le importa", explica al ARA Ahmed al Shufi, alcalde de Rafah. También recuerda que con el sistema sanitario aniquilado y sin suministros las posibilidades de supervivencia de los heridos son muy pocas. "El 90% de los fallecidos son criaturas, abuelos y mujeres: siempre ha sido una guerra contra los civiles", recuerda el alcalde.
Amal Khaled, educadora de guardería que vive en Beit Lahia, en el centro de la Franja, explica al ARA por WhatsApp cómo fue asesinado su hermano Imad: "Lanzaron un misil cuando había ido a visitar a un amigo; hemos tardado días en recuperar todos los trozos". Deja a cinco hijos y dos hijas pequeñas que tienen una afección cardíaca. El viernes el ejército israelí bombardeó el único hospital oncológico que quedaba en la Franja de Gaza y el resto están funcionando bajo mínimos porque hace tres semanas que Tel-Aviv ordenó cortar todos los suministros de medicinas, equipamientos médicos, alimentos y electricidad.
Otro testigo aterrador es el que ha publicado en Instagram Mohamed El Balawui, sobre su amigo Noor, que perdió a una treintena de miembros de su familia en un bombardeo israelí el miércoles. "He ido a darle el pésame y he visto agotamiento, pena y falta de sueño en su rostro. Casi no se aguantaba de pie: llevaba días trabajando sin parar para recuperar los cuerpos de su padre, madre y hermanos entre los escombros, sin ningún tipo de equipamiento. Es para extraerlo. Te rompía el corazón".
Además de los bombardeos, las tropas Israelíes reocuparon posiciones que habían abandonado desde la tregua que entró en vigor el 19 de enero: el corredor de Netzarim, que corta la Franja de este a oeste y la divide en dos partes, y también en el sur, en Rafah.
Invasión a gran escala
Según informa el diario israelí HaaretzLos bombardeos de esta semana y las incursiones terrestres podrían ser los primeros pasos del plan del nuevo jefe del estado mayor, Eyal Zamir, que prevé movilizar varias divisiones para una invasión a gran escala. Zamir ha asegurado al gobierno que cree que podría alcanzar así los objetivos declarados desde el 7 de octubre de 2023 y que Israel no ha logrado en 15 meses allanando a Gaza: la destrucción total de las capacidades militares y de gobernanza de Hamás.
Por eso el movimiento de familiares de los rehenes israelíes se ha lanzado a las calles denunciando que es una sentencia de muerte para los rehenes, en protestas que han sido reprimidas por la policía. "El objetivo es utilizar la campaña de Zamir para establecer una autoridad militar en Gaza –o por lo menos en partes de la Franja–, y transferir el control de la distribución de la ayuda humanitaria al ejército israelí", asegura el diario. El anterior comandante jefe, Herzi Halevi, destituido el 5 de marzo, se había opuesto frontalmente a esta idea alegando que era demasiado arriesgado para los soldados. "Todo apunta a que Israel está creando una cortina de humo para esconder las intenciones reales del gobierno y los militares: mientras todo el mundo espera novedades en el proceso negociador, que son inciertas, se está preparando una operación a gran escala para ocupar a Gaza y restablecer el control total israelí". No está claro qué ha cambiado militarmente para que Israel pueda conseguir ahora el objetivo que se fijó tras los ataques palestinos del 7 de octubre de 2023.
Con sus socios de ultraderecha de nuevo en la coalición de gobierno –el ministro del Interior, Itamar Ben-Gvir, había abandonado al ejecutivo cuando entró en vigor la tregua con Hamás y se ha reincorporado ahora que Israel la ha roto–, Netanyahu no tendrá problemas para superar la próxima semana la votación de los presupuestos. Asimismo sigue acelerando la ofensiva militar en Cisjordania.
Los sectores ultras presionan abiertamente para volver a construir colonias israelíes en Gaza (en el 2005, el entonces primer ministro Ariel Sharon las desmanteló porque defenderlas resultaba demasiado costoso para Israel) y la expulsión forzada de los palestinos, con la administración militar. Todo ello deberá gestionarlo Netanyahu con la oposición de las familias de los rehenes israelíes que siguen cautivos en Gaza y la crisis por la negativa del Tribunal Supremo de aceptar el cese del jefe de los servicios de seguridad interior, Ronen Bar, que Netanyahu quiere utilizar como chivo expiatorio.