Zaid Amali: "En Palestina se está estableciendo un precedente muy peligroso para todo el mundo"

BarcelonaZaid Amali, refugiado palestino de tercera generación, es el director de la ONG Miftah, que promueve principios de democracia y buena gobernanza entre la sociedad palestina y busca apoyos internacionales en su causa a través de la incidencia política. Establecido en Ramala, ha visitado Barcelona esta semana invitado por CIDOB.

Cada día hay más rumores de que Israel se prepara para invadir a Rafah, la última ciudad de la franja de Gaza que no ha sido arrasada en la ofensiva que comenzó hace seis meses y medio.

— La situación en toda la franja de Gaza es muy crítica. Y si hay una invasión terrestre de Rafah estaremos frente a una catástrofe aún mucho peor. Israel está librando una guerra indiscriminada contra la población y la infraestructura civil que tiene un coste humano terrible, pero estratégicamente no ha logrado nada. Lo que está haciendo Netanyahu es prolongar la guerra por sus propios intereses políticos. Pero la realidad es que, medio año después, Israel está muy lejos de controlar a Gaza. No lo logró con 17 años de bloqueo y sucesivas guerras y no creo que ahora con el genocidio pueda llegar a controlar militarmente tampoco a la gente de Gaza.

Así, ¿cree que Netanyahu no está logrando sus objetivos en Gaza?

— Depende de cómo se mire. Los objetivos declarados son rescatar a los rehenes y destruir a Hamás. Esto no lo están consiguiendo. Pero yo creo que el objetivo real de Israel es otro, y es el mismo que ha perseguido desde su fundación, en 1948. Lo que busca es quedarse con la tierra de Palestina sin los palestinos. Esto lo hacen utilizando distintas herramientas: en el caso de Gaza, con el asedio y el genocidio. En Cisjordania, actúan con la violencia de los soldados y de los colonos, que se sienten totalmente impunes. Por eso decimos que la nakba [catástrofe en árabe, como se conoce la expulsión de 750.000 palestinos con la fundación de Israel] nunca se ha detenido, sino que ha tomado distintas intensidades. Y cuando vemos dos millones de desplazados forzados en Gaza o las fosas comunes que ahora se están descubriendo en el hospital de Al Shifa pensamos que lo que está ocurriendo hoy es aún peor que hace casi 80 años. Es muy frustrante ver resoluciones del Tribunal de la ONU, del Consejo de Seguridad... y que nada cambie sobre el terreno. Hay que detener ya el genocidio. El derecho internacional no puede aplicarse selectivamente: en Palestina se está estableciendo un precedente muy peligroso para todo el mundo.

¿Está la crisis entre Irán e Israel funcionando como una cortina de humo?

— Palestina sigue siendo central en la región. Es cierto que Irán ha atacado a Israel por primera vez de forma directa, pero hay que recordar que esto ha sido una respuesta al ataque israelí en el consulado de Damasco. Para mí, la solución a la escalada regional es que Israel tenga que afrontar las consecuencias de sus actos. Si se hace esto y existe justicia para los palestinos, la región tendrá paz y estabilidad. Pero las grandes potencias parecen dispuestas a arriesgarse a una guerra regional, con dimensiones internacionales, antes de que sentar Israel en el banquillo de los acusados.

Estados Unidos vetó el viernes el reconocimiento del estado palestino en el Consejo de Seguridad de la ONU.

— Los que defendían la salida de ambos estados deberían haber reconocido el estado palestino hace décadas. No lo hacen porque, aunque sería un gesto simbólico, reforzaría el derecho internacional. Pero ahora los palestinos hemos perdido la escasa fe que nos quedaba en el derecho internacional. Hace 13 años, cuando el presidente palestino Mahmud Abbas acudió a la ONU para pedir el reconocimiento de Palestina [entonces obtuvo el estatuto de estado observador] y se izó la bandera palestina en la ONU por primera vez, la gente lo siguió con entusiasmo con pantallas gigantes. Pero ahora existe escepticismo. Porque con los acuerdos de Oslo de 1993 nos vendieron un proyecto de soberanía que sólo nos ha traído más muertes y más colonización. Lo único positivo de todo lo que está pasando es que la causa palestina vuelve a resurgir en todo el mundo.