Próximo Oriente

Reanudación del diálogo nuclear con Irán para recoser el desgarrón de Trump

Las conversaciones con el nuevo equipo ultraconservador de Teherán vuelven a arrancar con bajas expectativas

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La bandera iraní en la sede de la Organización Internacional de la Energía Atómica.

BarcelonaDespués de cinco meses de pausa, las negociaciones para resucitar el acuerdo nuclear con Irán de 2015 se retoman este lunes en Viena. El pacto, firmado entre Teherán y las seis grandes potencias (lo que se conoce como P5+1: los Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Gran Bretaña, que son los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania), garantía que Irán sometía a control internacional su programa nuclear de forma que no se utilizara para desarrollar armamento, a cambio de salir del ostracismo económico al que lo habían sometido las sanciones internacionales.

Con el acuerdo, dentro de Irán la situación económica mejoró sensiblemente, puesto que comportó el regreso de grandes multinacionales, sobre todo europeas, interesadas a entrar en un mercado de 80 millones de personas que se volvía a abrir a el mundo. Y los sectores ultraconservadores del régimen quedaban en segundo plano, detrás del presidente moderado, Hassan Rouhani. 

Pero en 2018 Donald Trump se desmarcó unilateralmente del pacto –otro de sus gestos de apoyo incondicional a Israel–, volvieron las sanciones de los EE.UU. contra Teherán (las ya establecidas y más de 1.500 nuevas) y el régimen de los ayatolás respondió ignorando los límites establecidos en el acuerdo.

Las potencias europeas (y la UE, que se ha implicado a fondo) intentaron mantener vivo el acuerdo porque no quieren más tensiones con Irán. Teherán en los últimos años ha ganado peso en el Próximo Oriente en su enfrentamiento por el dominio regional con Arabia Saudita, aliada de los Estados Unidos, y hoy tiene una fuerte influencia en Irak, el Líbano, Siria y el Yemen. Con Trump fuera de la Casa Blanca, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, aceptó continuar el diálogo bajo la condición de no tener que hablar directamente con los Estados Unidos. 

Europa no consigue esquivar las sanciones de Trump

En los últimos meses de la presidencia de Rouhani se celebraron seis rondas negociadoras en Viena. “Con mucha presión de los ultraconservadores, el presidente iraní apostó por seguir negociando con la idea de garantizar la supervivencia económica, pero la realidad es que las empresas europeas tuvieron muchas dificultades por mantener las transacciones con Irán bajo el bloqueo norteamericano: Renault, Peugeot y empresas españolas de la construcción que se habían establecido en Irán después de 2015 acabaron marchándose”, explica al ARA Massoud Sharifi, profesor de la UAB. La economía iraní, dependiente del petróleo, volvió a sufrir mucho: si en 2015 el país exportaba 3,5 millones de barriles diarios, el año pasado apenas llegó a los 700.000. 

La crisis económica fue uno de los factores de la ola de protestas populares contra el régimen de finales de 2019, brutalmente reprimida, con al menos 500 muertos. Irán ya no era un país estable en medio de una región turbulenta. “Por eso Rouhani siguió negociando, porque la inestabilidad interna y el bloqueo exterior eran una combinación muy peligrosa para el régimen, aunque el tema nuclear se ha convertido en una cuestión ideológica y de legitimidad: desconfiaba de Occidente, pero a la vez quería mantener el diálogo para sobrevivir económicamente y para que quedara claro que eran los Estados Unidos los que no habían respetado los compromisos”, añade Sharifi. 

Ultraconservadores en Teherán

Pero las elecciones en Irán de junio, con una participación históricamente baja (48% oficial), devolvieron a los ultraconservadores al poder: los reformistas habían intentado impulsar políticas neoliberales fiándolo todo a la mejora de la economía con el acuerdo de 2015, pero las cosas no fueron así y el régimen había demostrado en la calle que margen de reforma real no había. Y el malestar continúa: el viernes las protestas en la ciudad de Isaphan por la sequía también fueron reprimidas, con al menos dos muertos. 

Con la excusa que tenía que nombrar un nuevo equipo negociador, el nuevo presidente, el ultraconservador Ebrahim Rahisi, dejó las negociaciones en modo de pausa. En estos meses Teherán ha buscado ganar tiempo para poder negociar desde una posición de fuerza, y ha pasado del 20% al 60% de la tasa autorizada de enriquecimiento de uranio como respuesta a las sanciones norteamericanas. Los ultras, que ahora controlan todas las ramas del poder, criticaban a Rouhani y a su negociador, Javad Zarif, por haber cedido a las exigencias del "Satanás" norteamericano. 

Las conversaciones se retoman en Viena, pues, en un ambiente pesimista. De hecho, ya antes de que Trump torpedease el acuerdo, Ali Bagheri Kani, el general elegido por el nuevo gobierno de Teherán para dirigir las negociaciones, había acusado a Rouhani y a su equipo de ser demasiado blandos por haber aceptado el acuerdo. “Entonces, ¿cómo pueden ahora los partidarios de la línea dura volver al acuerdo original y justificarlo ante su base social?”, se pregunta en Middle East Eye el analista irano-canadiense Shahir Shahidsaless. La Guardia Revolucionaria, uno de los principales centros del poder, ha dejado claro que no habrá acuerdo si no se levantan todas las sanciones (incluyendo las que se justifican por las vulneraciones de derechos humanos, el programa de misiles balísticos y el rol desestabilizador a la región), y si los Estados Unidos no formalizan una declaración comprometiéndose a no volver a abandonar el acuerdo. Una exigencia que nadie cree que el Congreso de los Estados Unidos acepte, por mucho que Biden, después de la retirada norteamericana del Afganistán, quiera evitar una escalada con Irán sin dejar de apoyar a sus enemigos regionales, Israel y Arabia Saudita.

Cronología: 40 años de tensiones

1950

El programa nuclear iraní se puso en marcha en los años 50 bajo el régimen del Xa del Irán, con el apoyo de los Estados Unidos y de Francia.

1979

Con la revolución iraní y la presa de la embajada norteamericana, los dos países quedan enfrentados y los proyectos nucleares se paran.

 

2002

Después de los atentados de Al-Qaeda del 11-S, los Estados Unidos invaden Irak y sitúan Irán en "el eje del mal" y le imponen sanciones. En 2005 los ultraconservadores llegan al poder en Teherán.

2012

Barack Obama intenta restablecer la imagen de los Estados Unidos en el mundo musulmán y busca una salida en el problema nuclear iraní. Empiezan las negociaciones para un acuerdo.

 

2015

Las principales potencias y Teherán llegan a un acuerdo por el cual los Estados Unidos levantan las sanciones e Irán acepta el control internacional. La economía iraní se recupera.

2018

Cediendo a Israel, Donald Trump rompe unilateralmente el acuerdo. La UE y las potencias europeas intentan mantenerlo, a pesar de las sanciones norteamericanas.

 

2021

Sin Trump en la Casa Blanca, el abril empiezan las negociaciones (indirectas) para hacer volver los Estados Unidos al acuerdo y resucitarlo.

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