Machismo

Una de cada cuatro chicas de 15 a 24 años ha sufrido violencia sexual a manos de su pareja

El estudio más ambicioso hecho hasta ahora, con la OMS, alerta de que las peor paradas son las mujeres de 30 a 39 años

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Una mujer tiene una cruz de cartón con el nombre de una joven asesinada durante una protesta desencadenada por las recientes masacres a Samaniego y Cale el 21 de agosto de 2020 en Bogotá, Colombia

BarcelonaLa violencia contra la mujer es una auténtica pandemia mundial, según los datos que ha presentado esta tarde la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el estudio a escala mundial más ambicioso que se ha hecho hasta ahora. Al menos un tercio de las mujeres del planeta (cerca de 736 millones) sufren o han sufrido violencia física o sexual a manos de su pareja u otras personas. El dato es todavía más aterrador si se tiene en cuenta que la violencia empieza muy pronto: una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 24 años que ha tenido relaciones sexuales habrá sufrido conductas violentas de su compañero íntimo cuando cumpla los 25, concluye el informe.

Esta macabra fotografía, que corresponde a los datos recopilados desde el 2000, ha empeorado con la pandemia de covid-19, según constata el estudio, que se ha hecho con la colaboración también de la ONU y de Unicef, entre más organismos. La situación real, advierten los autores, puede ser todavía mucho peor, teniendo en cuenta que muchos abusos sexuales no se denuncian por la estigmatización que continúan sufriendo las víctimas. En definitiva, la violencia contra las mujeres es una de las principales violaciones de los derechos humanos y un problema de salud pública internacional.

La violencia más extendida se produce en el ámbito de la pareja en un 26% de las mujeres, mientras que un 6% habrían sufrido violencia sexual de personas que no son su marido ni su compañero íntimo. El dato más alarmante es que las tasas de violencia no se rebajan con las generaciones más jóvenes, al contrario: una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años ya ha sufrido violencia sexual o física al menos una vez en la vida a manos de su pareja. El estudio recopila los datos de 161 países.

"No olvidamos que estamos hablando de la situación previa a la imposición de medidas para afrontar la pandemia, como los confinamientos domiciliarios. Sabemos que hay una pandemia oculta de todos los tipos de violencia contra las mujeres y las niñas, como demuestra el incremento de los casos notificados", ha recordado Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora de ONU Mujeres. El informe señala que en muchos países han aumentado las denuncias telefónicas por situaciones de violencia de género dentro de casa, que han llegado tanto a la policía como al personal sanitario o al profesorado, pero advierte: "Solo podremos saber el auténtico impacto de la pandemia cuando puedan volver a hacerse encuestas".

El estudio constata también el vínculo entre violencia y pobreza: las mujeres con ingresos más bajos sufren estas violencias "de manera desproporcionada". En los países más empobrecidos el porcentaje de mujeres que han sufrido estos abusos se eleva hasta el 37% y en algunos, como Bangladesh, Afganistán, Uganda y Bolivia, la violencia dentro de la pareja llega a afectar a la mitad de las mujeres. En Europa, la incidencia más elevada se da en los países nórdicos, con un 23% de mujeres de entre 15 y 49 años que han denunciado violencia dentro de la pareja en algún momento de la vida, respecto a un 16% a los países del sur del continente.

Las mujeres víctimas de violencia pueden quedar afectadas para toda la vida y presentan un riesgo mayor de depresión, trastornos de ansiedad, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y otros muchos problemas de salud. "La violencia contra las mujeres es endémica en todos los países y culturas. Hace daño a millones de mujeres y a sus familias y se ha visto exacerbada por la pandemia. Pero no disponemos de vacunas para frenarla", ha dicho Thedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, que ha instado a adoptar "medidas para cambiar actitudes perjudiciales, mejorar la igualdad de oportunidades y los servicios para las mujeres y las niñas y fomentar relaciones saludables y de respeto mutuo".

Combatir las desigualdades

El informe destaca que para prevenir la violencia contra las mujeres hay que reducir las desigualdades económicas, salariales y sociales sistémicas, favorecer el acceso a la educación y a trabajos seguros y combatir las leyes e instituciones que discriminan por razón de género. También apuesta por los programas que garanticen los servicios esenciales para las supervivientes de la violencia, sobre todo con servicios específicos en el ámbito de la sanidad, para apoyar a la organización de las mujeres y potenciar mecanismos jurídicos. La lucha contra la estigmatización de las víctimas y la formación del personal sanitario, así como las actuaciones entre los adolescentes y jóvenes, incluida la educación sexual integral, para promover la igualdad también son estrategias que han resultado eficaces.

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