El ataque de timidez galopante de los ministros socialistas

Estos días se habla mucho de los rankings de calidad democrática y yo propongo ordenar también los países según la timidez de sus ministros: estoy seguro que la posición de España, en lo alto del Top 10, motivaría una reflexión. Me explico. Hoy El Mundo abre con una cita: "Iglesias es una caricatura que no mide ni su propio personaje". Leyendo los otros elementos, se infiere que la frase la pronuncia un ministro socialista, de quien no se nos dice el nombre. Mientras tanto, el principal titular de primera página en La Razón es "Los ministros elevan la presión a Sánchez con Iglesias: «Es intolerable»". Tampoco sabemos quién pronuncia esta frase, que de nuevo se atribuye a un colectivo a pesar de que se supone que la ha pronunciado un individuo.

Caramba, qué ataque de vergüenza: todo el mundo es muy lanzado a la hora de denigrar el rival –porque un socio, en política, es siempre un adversario– menos a la hora de dar la cara. Diarios que han considerado a Iglesias como un traidor desleal por haber criticado al gobierno que vicepreside se dejan instrumentalizar tranquilamente –qué digo, ¡con entusiasmo!– por unos ministros que, como mínimo, son tan desleales como el de Podemos, y encima con bonus de cobardía. Que sean El Mundo y La Razón quienes amplifican estos mensajes evidencia que estamos más cerca del pistolerismo político que de la información periodística.

Las fuentes anónimas tendrían que ser solo el último recurso. Si la crítica entre socios de un gobierno no puede ser expresada públicamente, la calidad del sistema –tanto del político como del periodístico– se degrada. Es lícito señalar las tensiones en la medida que sean informativamente relevantes. Ahora bien, las descalificaciones personales no se pueden amparar en el anonimato, porque la máscara permite expansiones verbales que, en el fondo, dicen más de quien las emite que de quien las recibe.